Internacional Por ANDREA RODRIGUEZ LA HABANA. AP. — Fidel Castro desempolvó su uniforme verde olivo, el viernes, al pronunciar un discurso en un mitin político con estudiantes en la universidad capitalina, aunque sin sus insignias de comandante en jefe. El ex mandatario, quien lucía sano y enérgico, leyó un mensaje en el cual fue intercalando […]
Internacional
Por ANDREA RODRIGUEZ
LA HABANA. AP. — Fidel Castro desempolvó su uniforme verde olivo, el viernes, al pronunciar un discurso en un mitin político con estudiantes en la universidad capitalina, aunque sin sus insignias de comandante en jefe.
El ex mandatario, quien lucía sano y enérgico, leyó un mensaje en el cual fue intercalando opiniones propias sobre el tema que acaparó su atención en estas semanas: una potencial guerra nuclear en Medio Oriente.
“Le ha correspondido a Cuba la dura tarea de advertir a la humanidad del peligro real que está confrontando. En esa actividad no debemos desmayar”, expresó el líder de 84 años, quien se recupera de una enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte y lo obligó a delegar el poder en 2006.
El acto comenzó en la mañana muy temprano, esquivando el sol del verano tropical, y miles de personas, sobre todo los estudiantes –el ciclo lectivo comenzará el lunes venidero– se congregaron frente a la escalinata del “Alma Mater”, la estatua que identifica a la Universidad de La Habana, donde Castro estudió hace más de 60 años.
“Frente a los escépticos nuestro deber es seguir librando la batalla, me consta que un buen número de personas están tomando conciencia de la realidad”, agregó en su discurso de 45 minutos, en relación a sus advertencias sobre una conflagración nuclear.
Desde su reaparición hace algunas semanas, Castro fue tomando paulatinamente los atributos simbólicos que antaño lo identificaban como comandante en jefe y líder revolucionario: primero, sólo fue una camisa de vestir verde olivo; luego, otra de corte militar, para pasar ahora a un uniforme con su gorra. Aunque todavía no volvió a lucir las insignias con la estrella y los laureles sobre sus hombros, con su grado.
En julio de 2006 entregó el poder a su hermano Raúl Castro y durante años no apareció en público, hasta el mes pasado, cuando comenzó a aparecer casi diariamente, a recibir personalidades y a conceder entrevistas.
Esta vez, ante los estudiantes usó también lentes de aumento y bromeó sobre el tema al comienzo de su discurso, pues pocas veces los usaba en público antes de su enfermedad.
Castro leyó despachos cablegráficos y comentarios de analistas internacionales.
Su opinión es que la vida de los seres humanos en el planeta pende de un hilo si las potencias usan sus armas nucleares para agredirse entre ellas a partir de un ataque estadounidense-israelí contra Irán.
“Que la vida humana se preserve, que los niños y los jóvenes disfruten de ella en un mundo de justicia, que los padres y los abuelos compartan con ellos el privilegio de vivir la distribución justa de las riquezas materiales y espirituales que el hombre es capaz de crear con el fabuloso desarrollo de sus fuerzas productivas, la única alternativa posible”, manifestó Castro.
Fue su discurso más significativo desde que regresó al escenario público, pronunciado en un mitin al aire libre, formato que le dio figuración mundial antaño.
Internacional Por ANDREA RODRIGUEZ LA HABANA. AP. — Fidel Castro desempolvó su uniforme verde olivo, el viernes, al pronunciar un discurso en un mitin político con estudiantes en la universidad capitalina, aunque sin sus insignias de comandante en jefe. El ex mandatario, quien lucía sano y enérgico, leyó un mensaje en el cual fue intercalando […]
Internacional
Por ANDREA RODRIGUEZ
LA HABANA. AP. — Fidel Castro desempolvó su uniforme verde olivo, el viernes, al pronunciar un discurso en un mitin político con estudiantes en la universidad capitalina, aunque sin sus insignias de comandante en jefe.
El ex mandatario, quien lucía sano y enérgico, leyó un mensaje en el cual fue intercalando opiniones propias sobre el tema que acaparó su atención en estas semanas: una potencial guerra nuclear en Medio Oriente.
“Le ha correspondido a Cuba la dura tarea de advertir a la humanidad del peligro real que está confrontando. En esa actividad no debemos desmayar”, expresó el líder de 84 años, quien se recupera de una enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte y lo obligó a delegar el poder en 2006.
El acto comenzó en la mañana muy temprano, esquivando el sol del verano tropical, y miles de personas, sobre todo los estudiantes –el ciclo lectivo comenzará el lunes venidero– se congregaron frente a la escalinata del “Alma Mater”, la estatua que identifica a la Universidad de La Habana, donde Castro estudió hace más de 60 años.
“Frente a los escépticos nuestro deber es seguir librando la batalla, me consta que un buen número de personas están tomando conciencia de la realidad”, agregó en su discurso de 45 minutos, en relación a sus advertencias sobre una conflagración nuclear.
Desde su reaparición hace algunas semanas, Castro fue tomando paulatinamente los atributos simbólicos que antaño lo identificaban como comandante en jefe y líder revolucionario: primero, sólo fue una camisa de vestir verde olivo; luego, otra de corte militar, para pasar ahora a un uniforme con su gorra. Aunque todavía no volvió a lucir las insignias con la estrella y los laureles sobre sus hombros, con su grado.
En julio de 2006 entregó el poder a su hermano Raúl Castro y durante años no apareció en público, hasta el mes pasado, cuando comenzó a aparecer casi diariamente, a recibir personalidades y a conceder entrevistas.
Esta vez, ante los estudiantes usó también lentes de aumento y bromeó sobre el tema al comienzo de su discurso, pues pocas veces los usaba en público antes de su enfermedad.
Castro leyó despachos cablegráficos y comentarios de analistas internacionales.
Su opinión es que la vida de los seres humanos en el planeta pende de un hilo si las potencias usan sus armas nucleares para agredirse entre ellas a partir de un ataque estadounidense-israelí contra Irán.
“Que la vida humana se preserve, que los niños y los jóvenes disfruten de ella en un mundo de justicia, que los padres y los abuelos compartan con ellos el privilegio de vivir la distribución justa de las riquezas materiales y espirituales que el hombre es capaz de crear con el fabuloso desarrollo de sus fuerzas productivas, la única alternativa posible”, manifestó Castro.
Fue su discurso más significativo desde que regresó al escenario público, pronunciado en un mitin al aire libre, formato que le dio figuración mundial antaño.