Estas 27 familias forman parte de las 910 ya censadas en el Cesar.
Atendiendo el llamado de la Sentencia 004, del pasado 20 de noviembre de 2018, una comisión de funcionarios adscritos a la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, liderada por el subdirector general del área ambiental de Corpocesar, ingeniero Antonio Rudas Muñoz, visitaron el asentamiento Itty-Take, Ette Ennaka del pueblo indígena chimila, ubicado en zona rural del municipio del Copey.
La solicitud del juez consistió en la realización del Plan de Ordenamiento y Manejo de Cuencas, Pomca, del río Ariguaní, para brindar asistencia a 27 familias que allí habitan. “Nosotros fuimos con esa intención pero al llegar nos dimos cuenta que esta comunidad tiene otras necesidades”, explicó Rudas. Este asentamiento forma parte de las 910 familias censadas para el 2005.
Chimila significa (gente propia) es un pueblo amerindio que vive en Colombia, congregado en un resguardo indígena integrado por las áreas de Issa Oristunna (tierra de la nueva esperanza); y Ette Buteriya (pensamiento propio), del municipio de Sabanas de San Ángel, departamento del Magdalena; Naara Kajmanta (nuestra madre), en el corregimiento de Gaira, Santa Marta, Magdalena; e Itti Takke (nueva tierra), municipio de El Copey, departamento del Cesar.
El recorrido tuvo como fin realizar un diagnóstico de la comunidad y atenderla dando cumplimiento al objeto misional relacionada con el manejo, administración y protección de los recursos naturales. “Realizamos una cartografía social donde mostró dentro del predio de 180 hectáreas la ubicación de las casas, los sitios sagrados, los ríos, los lugares de pesca y caza de esta etnia indígena”, manifestó Rudas.
Adicionalmente, se llevó a cabo un taller con este grupo para establecer la relación de los chimila con los elementos naturales, de que animales se alimentan, en que utilizan las plantas y cuáles son las medicinales.
“Nosotros logramos detectar a través de esta visita una serie de necesidades. Este es un asentamiento que no cuenta con los servicios públicos, no hay agua potable, electricidad, ni alcantarillado, no cuentan con una escuela y no tiene puesto de salud”, señaló Rudas.
El subdirector del área ambiental sostuvo que el compromiso de la autoridad es trabajar en una propuesta a través de un proyecto que incluya conservación, producción sostenible y mitigación de gases de efecto invernadero con las estufas ecológicas. “Queremos hacer un plan que atienda desde diferentes aristas los componentes ambientales que impactan directamente sobre el hombre”.
La CAR en el Cesar desarrollará un proyecto de conservación con cultivos permanentes, sistemas agroforestales a través de la delimitación de las áreas por los mismos habitantes.
“La idea es apartar una partida dentro del presupuesto 2020 para invertirla en la ejecución de ese proyecto o en la cofinanciación con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y los diferentes fondos de financiamiento. Para garantizar la ejecución y continuidad de esta estrategia, “la idea es que se deba incluir dentro del Plan de Acción 2020, a realizarse en diciembre y ese mismo mes deba quedar creado”.
Durante el proceso de empalme se deben informar los compromisos hechos a escala institucional con esta comunidad y con las demás minorías étnicas, y por último dejar un proyecto formulado el cual facilitará la gestión de la próxima administración.
Por: Jorge Luis López González / EL PILÓN
[email protected]
Estas 27 familias forman parte de las 910 ya censadas en el Cesar.
Atendiendo el llamado de la Sentencia 004, del pasado 20 de noviembre de 2018, una comisión de funcionarios adscritos a la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, liderada por el subdirector general del área ambiental de Corpocesar, ingeniero Antonio Rudas Muñoz, visitaron el asentamiento Itty-Take, Ette Ennaka del pueblo indígena chimila, ubicado en zona rural del municipio del Copey.
La solicitud del juez consistió en la realización del Plan de Ordenamiento y Manejo de Cuencas, Pomca, del río Ariguaní, para brindar asistencia a 27 familias que allí habitan. “Nosotros fuimos con esa intención pero al llegar nos dimos cuenta que esta comunidad tiene otras necesidades”, explicó Rudas. Este asentamiento forma parte de las 910 familias censadas para el 2005.
Chimila significa (gente propia) es un pueblo amerindio que vive en Colombia, congregado en un resguardo indígena integrado por las áreas de Issa Oristunna (tierra de la nueva esperanza); y Ette Buteriya (pensamiento propio), del municipio de Sabanas de San Ángel, departamento del Magdalena; Naara Kajmanta (nuestra madre), en el corregimiento de Gaira, Santa Marta, Magdalena; e Itti Takke (nueva tierra), municipio de El Copey, departamento del Cesar.
El recorrido tuvo como fin realizar un diagnóstico de la comunidad y atenderla dando cumplimiento al objeto misional relacionada con el manejo, administración y protección de los recursos naturales. “Realizamos una cartografía social donde mostró dentro del predio de 180 hectáreas la ubicación de las casas, los sitios sagrados, los ríos, los lugares de pesca y caza de esta etnia indígena”, manifestó Rudas.
Adicionalmente, se llevó a cabo un taller con este grupo para establecer la relación de los chimila con los elementos naturales, de que animales se alimentan, en que utilizan las plantas y cuáles son las medicinales.
“Nosotros logramos detectar a través de esta visita una serie de necesidades. Este es un asentamiento que no cuenta con los servicios públicos, no hay agua potable, electricidad, ni alcantarillado, no cuentan con una escuela y no tiene puesto de salud”, señaló Rudas.
El subdirector del área ambiental sostuvo que el compromiso de la autoridad es trabajar en una propuesta a través de un proyecto que incluya conservación, producción sostenible y mitigación de gases de efecto invernadero con las estufas ecológicas. “Queremos hacer un plan que atienda desde diferentes aristas los componentes ambientales que impactan directamente sobre el hombre”.
La CAR en el Cesar desarrollará un proyecto de conservación con cultivos permanentes, sistemas agroforestales a través de la delimitación de las áreas por los mismos habitantes.
“La idea es apartar una partida dentro del presupuesto 2020 para invertirla en la ejecución de ese proyecto o en la cofinanciación con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y los diferentes fondos de financiamiento. Para garantizar la ejecución y continuidad de esta estrategia, “la idea es que se deba incluir dentro del Plan de Acción 2020, a realizarse en diciembre y ese mismo mes deba quedar creado”.
Durante el proceso de empalme se deben informar los compromisos hechos a escala institucional con esta comunidad y con las demás minorías étnicas, y por último dejar un proyecto formulado el cual facilitará la gestión de la próxima administración.
Por: Jorge Luis López González / EL PILÓN
[email protected]