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Editorial - 5 diciembre, 2022

Faltan gerentes y gestores culturales

Es notorio que nuestra región y el epicentro Valledupar carecen de las personas calificadas y dotadas para  gerenciar y administrar los importantes proyectos culturales que son elemento atractivo y diferenciador de esta tierra,  del vallenato y de otras expresiones del arte(...)

Es notorio que nuestra región y el epicentro Valledupar carecen de las personas calificadas y dotadas para  gerenciar y administrar los importantes proyectos culturales que son elemento atractivo y diferenciador de esta tierra,  del vallenato y de otras expresiones del arte.

Cuando hablamos de proyectos  nos referimos aquí tanto  a procesos como a escenarios culturales.

El Centro Cultural de la Música Vallenata será un gran reto, y hasta ahora observamos que la Gobernación no parece ser consciente del tamaño de la obra ni del desafío. No es con solo crearle simpatías locales sino hallar un modelo sostenible de puesta en marcha, operación y promoción que requiere de altos expertos a nivel internacional.

El desafío de Puerta de Oro, el centro de convenciones de Barranquilla, al lado del Magdalena  y del gran Malecón, por la necesidad de ser sede de eventos,  precisó aliarse con la Feria de Bogotá, para ser sostenible.

Aquí no tenemos esos gestores culturales, técnicos y  articuladores. Valoramos los esfuerzos de la universidad pública en ese sentido, la UPC especializando a Gestores Culturales y la Nacional al crear la carrera de Gestión Cultural y Comunicativa, pero esos pasos apenas se han iniciado y tomarán tiempo en consolidarse en la praxis, sin desconocer que hay algunos gestores y emprendedores empíricos que han salido adelante.

El Parque de la Leyenda Vallenata, que debe abrir sus puertas; la Casa en el Aire, también los requieren. Qué no decir de procesos como los declarados por la UNESCO: el previsto en el Plan Especial de Salvaguardia del Vallenato (PES), y los derivados de los compromisos con la declaratoria de ‘Valledupar, ciudad creativa’. ¿En qué quedaron las Áreas de Desarrollo Naranja? ¿Y la idea del Museo de Arte? Hay obras inconclusas y procesos inconclusos.

Feria Equina, más caballos que gente

Cambiando de tercio. Valoramos el esfuerzo de los organizadores de la Feria Equina Nacional, ‘Riendas’, por haber logrado, otra vez, que Valledupar sea sede del importante evento. Pero lamentablemente el público brilló por su ausencia.

 A pesar de unos bellos escenarios, caballos de lujo, buen espectáculo y buena muestra gastronómica y musical (los que adquirieron ‘stand’ de comidas o parqueadero no les fue bien), algo sustancial falla. No se ha cultivado un amor por el caballo, a pesar de que historiadores aseguran que el paso fino colombiano habría tenido origen en nuestra tierra; no se hace una divulgación en los medios; no se hace como evento de ciudad y los patrocinadores públicos y privados no exigen que se asegure concurrencia. Saber de caballos no hace a los organizadores buenos administradores del evento; como los artistas sin buenos mánager no salen adelante. Desde EL PILÓN ofrecemos nuestras páginas y redes, experiencia de éxitos y fracasos, sin contraprestación, para que esos eventos que deben ser de ciudad sean debidamente socializados en la población. Porque semejante esfuerzo no nos debe hacer quedar a medias y sin cascos.

Editorial
5 diciembre, 2022

Faltan gerentes y gestores culturales

Es notorio que nuestra región y el epicentro Valledupar carecen de las personas calificadas y dotadas para  gerenciar y administrar los importantes proyectos culturales que son elemento atractivo y diferenciador de esta tierra,  del vallenato y de otras expresiones del arte(...)


Es notorio que nuestra región y el epicentro Valledupar carecen de las personas calificadas y dotadas para  gerenciar y administrar los importantes proyectos culturales que son elemento atractivo y diferenciador de esta tierra,  del vallenato y de otras expresiones del arte.

Cuando hablamos de proyectos  nos referimos aquí tanto  a procesos como a escenarios culturales.

El Centro Cultural de la Música Vallenata será un gran reto, y hasta ahora observamos que la Gobernación no parece ser consciente del tamaño de la obra ni del desafío. No es con solo crearle simpatías locales sino hallar un modelo sostenible de puesta en marcha, operación y promoción que requiere de altos expertos a nivel internacional.

El desafío de Puerta de Oro, el centro de convenciones de Barranquilla, al lado del Magdalena  y del gran Malecón, por la necesidad de ser sede de eventos,  precisó aliarse con la Feria de Bogotá, para ser sostenible.

Aquí no tenemos esos gestores culturales, técnicos y  articuladores. Valoramos los esfuerzos de la universidad pública en ese sentido, la UPC especializando a Gestores Culturales y la Nacional al crear la carrera de Gestión Cultural y Comunicativa, pero esos pasos apenas se han iniciado y tomarán tiempo en consolidarse en la praxis, sin desconocer que hay algunos gestores y emprendedores empíricos que han salido adelante.

El Parque de la Leyenda Vallenata, que debe abrir sus puertas; la Casa en el Aire, también los requieren. Qué no decir de procesos como los declarados por la UNESCO: el previsto en el Plan Especial de Salvaguardia del Vallenato (PES), y los derivados de los compromisos con la declaratoria de ‘Valledupar, ciudad creativa’. ¿En qué quedaron las Áreas de Desarrollo Naranja? ¿Y la idea del Museo de Arte? Hay obras inconclusas y procesos inconclusos.

Feria Equina, más caballos que gente

Cambiando de tercio. Valoramos el esfuerzo de los organizadores de la Feria Equina Nacional, ‘Riendas’, por haber logrado, otra vez, que Valledupar sea sede del importante evento. Pero lamentablemente el público brilló por su ausencia.

 A pesar de unos bellos escenarios, caballos de lujo, buen espectáculo y buena muestra gastronómica y musical (los que adquirieron ‘stand’ de comidas o parqueadero no les fue bien), algo sustancial falla. No se ha cultivado un amor por el caballo, a pesar de que historiadores aseguran que el paso fino colombiano habría tenido origen en nuestra tierra; no se hace una divulgación en los medios; no se hace como evento de ciudad y los patrocinadores públicos y privados no exigen que se asegure concurrencia. Saber de caballos no hace a los organizadores buenos administradores del evento; como los artistas sin buenos mánager no salen adelante. Desde EL PILÓN ofrecemos nuestras páginas y redes, experiencia de éxitos y fracasos, sin contraprestación, para que esos eventos que deben ser de ciudad sean debidamente socializados en la población. Porque semejante esfuerzo no nos debe hacer quedar a medias y sin cascos.