La directora de la oficina de Cultura de Valledupar, Alejandra Izquierdo y el Consejo Municipal de Cultura, en el Día Internacional de la Mujer resaltaron la presencia femenina en diversos sectores de la cultura, y entregaron condecoraciones.
En literatura, Mary Daza Orozco, reconocida escritora con una extensa obra narrativa en novelas y cuentos.
En música, Yolanda Ariño Gámez, cantante, gestora cultural de la música vallenata, compositora y ganadora, como autora e intérprete, de varios festivales regionales. Creadora, además, del “Festival de Voces y Canciones Años Dorados” en Valledupar.
En teatro, Claudette Díaz Zuleta, docente en la Universidad del Cesar, y de relevante desempeño en dirección, historia universal del teatro y práctica teatral. Ha participado como directora y actriz en varias obras de teatro.
En pintura, Malú Barrera Mcbarreth, finalista en el 7o. Salón BAT de Arte popular 2022. Participante en varios proyectos: ‘MuralArte en mi barrio’, con el patrocinio del Ministerio de Cultura, y en el Challenger de muralismo realizó una pintura mural en el centro histórico.
En danza, Yuris Guerra de Anderson, profesora egresada de la Universidad del Atlántico. Directora y coreógrafa de danzas folclóricas.
En artesanías fueron dos las condecoradas: Aura Montero Arias, impulsora de las mujeres artesanas del Municipio. Representó a Colombia en Ciudad de México en un encuentro artesanal internacional. Gunneywia Torres Arroyo, lideresa de la comunidad ikarwa de los arhuacos, tejedora de pensamiento espiritual y de mochilas.
En gastronomía, Patricia Díaz Pérez, experta en preparación de platos típicos de la región, que ofrece en su restaurante ‘La Cocina de Patri’.
Vale destacar que es la primera vez que, en Valledupar, en un evento de conmemoración del Día de la Mujer, se rinde homenaje a una escritora. Y la justa homenajeada fue Mary Daza Orozco, decana del periodismo y reconocida escritora en el estético universo de la creación de novelas y cuentos.

Su vida oficial de escritora empieza en 1986, cuando ganó el Primer Concurso Literario Instituto de Cultura del Cesar, con el cuento “Si lo hubieras dejado vivir” (en la misma ocasión tuve el honor de ser ganador del premio de poesía con el poemario “Los Cantos de Falena”). Pero su reconocimiento nacional como escritora comienza en 1991, cuando edita la novela “¡Los muertos no se cuentan así!”, finalista en el Premio de Novela Plaza y Janés.

En 1994, publica “Cuando cante el cuervo azul”, y después “Cita en el café La Bolsa”, “Beliza, tu pelo tiene”, “Entre la verdad y la muerte”, “Rosas contra tu cara”, “El hijo del universo”, “Cuentos en consignación, “Esa costumbre de recordar”, “Si me olvidas, no sabes lo que puede pasar” y “Oda a Salomón”. Dice la autora: “La historia de los actos violentos es mi propuesta estética desde cuando comencé a escribir mis novelas, pero tenía que matizarlos con metáforas y párrafos de profundo lirismo para que no se me convirtieran en unas novelas de horror”.

Por José Atuesta Mindiola