Respondiendo de la mejor manera y dejando en grande el nombre de Valledupar, Daniel Melo Porras consiguió el primer lugar en la octava versión del Concurso de Ortografía realizado por el diario El Informador de Santa Marta.

En la jornada académica realizada por esa casa periodística, el estudiante de grado 11 de la institución educativa Gimnasio del Norte superó cada una de las siete pruebas realizadas por el jurado calificador.

Cada prueba tenía un tiempo determinado en la que debía ser realizada, Daniel Melo se enfrentó a dictado de palabras, selección de palabras escritas incorrectamente, detectar el error ortográfico en un párrafo de algún aparte de la obra de Gabriel García Márquez, ‘Cien años de Soledad’.

De igual manera debió elegir las palabras que se podían escribir de dos formas correctas entre varios ejemplos nada fáciles; oraciones en las que le tocó detectar el error ortográfico y la última prueba que se dio a raíz de un empate, un dictado de 10 palabras nada comunes y que debían escribir correctamente.

Melo Porras tiene 15 años de edad y desea estudiar Física. Es oriundo de Bucaramanga, pero vive desde hace 12 años en la capital del Cesar, entonces eso lo hace considerarse vallenato por adopción.

“Me siento muy emocionado, feliz y orgulloso de haber representado a mi colegio y mi ciudad en este concurso, me gusta la lectura y por ende la escritura y creo que en eso se basó el hecho de haber tenido un panorama más amplio de las palabras”, dijo en declaraciones a El Informador tras ganar el concurso.

Fueron más de 70 estudiantes de diferentes planteles educativos inscritos por regiones como Magdalena, Santa Marta, Valledupar, Maicao y Riohacha, que pusieron a prueba sus conocimientos en la lengua española.

El segundo lugar fue para Ronaldo Carvajal Ramos, tercer puesto para Carolina Fernández, seguida de Angie Paola Peña Montes, luego apareció María Alexandra Peña Ospino y el sexto lugar fue para Ana Cristina Giraldo.

Este es un evento académico con gran proyección e importancia en la región Caribe, que busca incentivar a los planteles educativos a que sean partícipes de este espacio que ayuda a incrementar el respeto por el idioma castellano y así mismo valorarlo de tal manera que no sea maltratado.

El concurso no solo sirvió para que los educandos demostraran sus conocimientos, sino también como espacio de esparcimiento, recreación y hacer nuevas amistades.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
[email protected]