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Columnista - 9 octubre, 2021

Estoy con los Juegos Bolivarianos

Las recientes noticias emitidas por medios nacionales en las que se describen especulaciones sobre la influencia de servidores públicos de Valledupar, que aparentemente sugirieron al ministro del Deporte, Guillermo Herrera, omitir las pólizas de garantía en dos millonarios contratos de los Juegos Bolivarianos, me recuerda el conocido cuento de Gabriel García Márquez: ‘Algo muy grave […]

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Las recientes noticias emitidas por medios nacionales en las que se describen especulaciones sobre la influencia de servidores públicos de Valledupar, que aparentemente sugirieron al ministro del Deporte, Guillermo Herrera, omitir las pólizas de garantía en dos millonarios contratos de los Juegos Bolivarianos, me recuerda el conocido cuento de Gabriel García Márquez: ‘Algo muy grave va a suceder en este pueblo’, en el pasaje en el que una señora le dice a su hijo en la mañana que tiene el presentimiento de que “algo muy grave va a suceder en este pueblo”.

Miguel Ruiz, autor del libro los Cuatro Acuerdos, explica lo siguiente en el tercer acuerdo denominado ‘No hagas suposiciones’: “Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente, porque, por lo general, empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones. Recuerda que chismorrear es nuestra forma de comunicarnos y enviarnos veneno los unos a los otros en el sueño del infierno. Como tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos suposiciones y creemos que son ciertas; después, las defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga razón. Siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento”.

No hemos entendido en Valledupar la recreación realizada en el libro del magistral Gabriel García Márquez, ‘El general en su laberinto’, publicado en 1989.  El nobel en esa novela narró la experiencia continental y los últimos meses de vida del libertador Simón Bolívar. Para el caso que ocupa esta columna traigo a colación esta reflexión del libertador: “El no habernos compuesto con Santander nos ha perdido a todos” (p. 236).  Lo que nos resulta tan difícil de entender en nuestra América es la palabra “todos”.

La falta de empatía de la clase política y dirigente del departamento del Cesar rechaza los bellos capítulos de nuestra historia local que describe dos hechos importantes relacionados con la creación del departamento y la iniciativa del Festival Vallenato que impulsó a la música vallenata. En aquellos tiempos también existía la disputa por los votos y corría el ego por el torrente sanguíneo, sin embargo, comprendieron que solamente “entre todos” lograrían sacar adelante ambos proyectos. 

Los vallenatos tenemos el ineluctable compromiso de corresponder la designación para la realización de los Juegos Bolivarianos. Señores gobernador, alcalde, congresistas, gremios, empresarios, ciudadanos y partes interesadas, nos asiste el deber de comprender que esta versión de los juegos es apenas la quinta vez que Colombia organiza estas justas deportivas, las cuales darán inicio al ciclo olímpico para París 2024.

Los Juegos Bolivarianos son un reto de ciudad, este proceso permite desarrollar acciones puntuales hacia el posicionamiento en el ámbito internacional, y fundamentalmente, mediante la gestión de los recursos de inversión estimados en 125 mil millones de pesos, revertir la caótica, preocupante y asfixiante situación social y económica con la que convive la gente del territorio.

Hay que parar el rumor que tiene el interés de desafectar a Valledupar como sede de los juegos, para que no nos pase como el presentimiento de una vieja madre en el cuento de “Gabo”. Es momento de desarrollar estrategias de empoderamiento y con visión holística trabajar para demostrar que los vallenatos somos infranqueables ante cualquier reto. No desaprovechemos la oportunidad.

@LuchoDiaz12

Columnista
9 octubre, 2021

Estoy con los Juegos Bolivarianos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

Las recientes noticias emitidas por medios nacionales en las que se describen especulaciones sobre la influencia de servidores públicos de Valledupar, que aparentemente sugirieron al ministro del Deporte, Guillermo Herrera, omitir las pólizas de garantía en dos millonarios contratos de los Juegos Bolivarianos, me recuerda el conocido cuento de Gabriel García Márquez: ‘Algo muy grave […]


Las recientes noticias emitidas por medios nacionales en las que se describen especulaciones sobre la influencia de servidores públicos de Valledupar, que aparentemente sugirieron al ministro del Deporte, Guillermo Herrera, omitir las pólizas de garantía en dos millonarios contratos de los Juegos Bolivarianos, me recuerda el conocido cuento de Gabriel García Márquez: ‘Algo muy grave va a suceder en este pueblo’, en el pasaje en el que una señora le dice a su hijo en la mañana que tiene el presentimiento de que “algo muy grave va a suceder en este pueblo”.

Miguel Ruiz, autor del libro los Cuatro Acuerdos, explica lo siguiente en el tercer acuerdo denominado ‘No hagas suposiciones’: “Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente, porque, por lo general, empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones. Recuerda que chismorrear es nuestra forma de comunicarnos y enviarnos veneno los unos a los otros en el sueño del infierno. Como tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos suposiciones y creemos que son ciertas; después, las defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga razón. Siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento”.

No hemos entendido en Valledupar la recreación realizada en el libro del magistral Gabriel García Márquez, ‘El general en su laberinto’, publicado en 1989.  El nobel en esa novela narró la experiencia continental y los últimos meses de vida del libertador Simón Bolívar. Para el caso que ocupa esta columna traigo a colación esta reflexión del libertador: “El no habernos compuesto con Santander nos ha perdido a todos” (p. 236).  Lo que nos resulta tan difícil de entender en nuestra América es la palabra “todos”.

La falta de empatía de la clase política y dirigente del departamento del Cesar rechaza los bellos capítulos de nuestra historia local que describe dos hechos importantes relacionados con la creación del departamento y la iniciativa del Festival Vallenato que impulsó a la música vallenata. En aquellos tiempos también existía la disputa por los votos y corría el ego por el torrente sanguíneo, sin embargo, comprendieron que solamente “entre todos” lograrían sacar adelante ambos proyectos. 

Los vallenatos tenemos el ineluctable compromiso de corresponder la designación para la realización de los Juegos Bolivarianos. Señores gobernador, alcalde, congresistas, gremios, empresarios, ciudadanos y partes interesadas, nos asiste el deber de comprender que esta versión de los juegos es apenas la quinta vez que Colombia organiza estas justas deportivas, las cuales darán inicio al ciclo olímpico para París 2024.

Los Juegos Bolivarianos son un reto de ciudad, este proceso permite desarrollar acciones puntuales hacia el posicionamiento en el ámbito internacional, y fundamentalmente, mediante la gestión de los recursos de inversión estimados en 125 mil millones de pesos, revertir la caótica, preocupante y asfixiante situación social y económica con la que convive la gente del territorio.

Hay que parar el rumor que tiene el interés de desafectar a Valledupar como sede de los juegos, para que no nos pase como el presentimiento de una vieja madre en el cuento de “Gabo”. Es momento de desarrollar estrategias de empoderamiento y con visión holística trabajar para demostrar que los vallenatos somos infranqueables ante cualquier reto. No desaprovechemos la oportunidad.

@LuchoDiaz12