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Columnista - 1 octubre, 2018

Este país se jodió

En temas de corrupción, estamos peor que “en las justas proporciones”, de Julio César Turbay, con su recordada frase. No hemos olvidado todavía a Soto Prieto, Samuel Moreno, los Nule, la Ñoñomanía y a diario sale un nuevo escándalo, el Cartel de la toga, del pañal, del papel higiénico, del cemento, de los cuadernos, de los […]

En temas de corrupción, estamos peor que “en las justas proporciones”, de Julio César Turbay, con su recordada frase. No hemos olvidado todavía a Soto Prieto, Samuel Moreno, los Nule, la Ñoñomanía y a diario sale un nuevo escándalo, el Cartel de la toga, del pañal, del papel higiénico, del cemento, de los cuadernos, de los locos, del azúcar, del hambre, de la reventa de boletas para partidos de la selección y más casos que ponen en jaque la institucionalidad del país. Corrupción a la carta y de todos los niveles: el expresidente Álvaro Uribe envuelto en un proceso de manipulación de testigos que lo tiene con un pie en la cárcel; Carrasquilla, el ministro de Hacienda, en los papeles de Panamá se muestra como un vulgar evasor de impuestos; Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico del país, y su hijo, en el fango de Odebrecht y como si fuera poco, también está involucrado el Fiscal General de la Nación; el empresario Carlos Mattos, metido hasta el cuello en una maraña por comprar el fallo de un juez y, ese mismo juez, con el mayor descaro compra auto en efectivo (no Hyundai para disimular), producto del soborno de un abogado sin escrúpulos, quien a su vez, al verse acorralado, denuncia a su jefe, que, según versiones de prensa, contraataca señalando al Fiscal General por ocultar bienes a través de empresas en Panamá y España; también hay senadores, Armando Benedetti, metido en cuanto escándalo de corrupción aparece, ahora está en la chuzadas ilegales junto al general Guatibonza, así como lo oyen, un general de la Policía interceptando comunicaciones; pero eso no es todo, también salió a la luz el Cartel del Invima, una novela protagonizada por la primera actriz, Stelita Durán, que tenía el descaro de vender Leche de la Mujer Amada, un elixir para atraer dinero y amor y, de paso, curar cualquier enfermedad, solo le faltó poner en la etiqueta que era la poción mágica de la vida eterna, lo más triste es que era uno de sus productos más vendidos, rotulando un alto nivel de ignorancia e ingenuidad en los colombianos.

Y cuando pensábamos que todo estaba visto, en el país del Sagrado Corazón o mejor de la “Sagrada Corrupción”, capturan al director de la Picota, un mayor de la policía, por extorsionar presos, denunciado por un narcotraficante de la Oficina de Envigado. Así estamos, miembros de la Oficina de Envigado dando lecciones de moral ¡Que tal! y para colmo de males, desde el Centro Democrático pretendían revivir la inmunidad parlamentaria, para beneficiar a congresistas corruptos. Es decir, estamos en la inmunda o peor; mientras tanto, el país se escandaliza por un video que resultó ser el más visto en las redes, La Madame bailando en la cárcel de Cartagena, esa es la doble moral, mientras nadie dice nada de los jueces y fiscales españoles que llegaron a La Heroica a buscar menores de edad hace 10 años ¿será que los piden en extradición? No creo. Es por esto que insisto, a este país se lo llevó el diablo, no hay valores para contener esta avalancha de corrupción que limita el desarrollo y no es solo en el sector público, es en todas las esferas de la sociedad.

Por Jacobo Solano C*@JACOBOSOLANOC

Columnista
1 octubre, 2018

Este país se jodió

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

En temas de corrupción, estamos peor que “en las justas proporciones”, de Julio César Turbay, con su recordada frase. No hemos olvidado todavía a Soto Prieto, Samuel Moreno, los Nule, la Ñoñomanía y a diario sale un nuevo escándalo, el Cartel de la toga, del pañal, del papel higiénico, del cemento, de los cuadernos, de los […]


En temas de corrupción, estamos peor que “en las justas proporciones”, de Julio César Turbay, con su recordada frase. No hemos olvidado todavía a Soto Prieto, Samuel Moreno, los Nule, la Ñoñomanía y a diario sale un nuevo escándalo, el Cartel de la toga, del pañal, del papel higiénico, del cemento, de los cuadernos, de los locos, del azúcar, del hambre, de la reventa de boletas para partidos de la selección y más casos que ponen en jaque la institucionalidad del país. Corrupción a la carta y de todos los niveles: el expresidente Álvaro Uribe envuelto en un proceso de manipulación de testigos que lo tiene con un pie en la cárcel; Carrasquilla, el ministro de Hacienda, en los papeles de Panamá se muestra como un vulgar evasor de impuestos; Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico del país, y su hijo, en el fango de Odebrecht y como si fuera poco, también está involucrado el Fiscal General de la Nación; el empresario Carlos Mattos, metido hasta el cuello en una maraña por comprar el fallo de un juez y, ese mismo juez, con el mayor descaro compra auto en efectivo (no Hyundai para disimular), producto del soborno de un abogado sin escrúpulos, quien a su vez, al verse acorralado, denuncia a su jefe, que, según versiones de prensa, contraataca señalando al Fiscal General por ocultar bienes a través de empresas en Panamá y España; también hay senadores, Armando Benedetti, metido en cuanto escándalo de corrupción aparece, ahora está en la chuzadas ilegales junto al general Guatibonza, así como lo oyen, un general de la Policía interceptando comunicaciones; pero eso no es todo, también salió a la luz el Cartel del Invima, una novela protagonizada por la primera actriz, Stelita Durán, que tenía el descaro de vender Leche de la Mujer Amada, un elixir para atraer dinero y amor y, de paso, curar cualquier enfermedad, solo le faltó poner en la etiqueta que era la poción mágica de la vida eterna, lo más triste es que era uno de sus productos más vendidos, rotulando un alto nivel de ignorancia e ingenuidad en los colombianos.

Y cuando pensábamos que todo estaba visto, en el país del Sagrado Corazón o mejor de la “Sagrada Corrupción”, capturan al director de la Picota, un mayor de la policía, por extorsionar presos, denunciado por un narcotraficante de la Oficina de Envigado. Así estamos, miembros de la Oficina de Envigado dando lecciones de moral ¡Que tal! y para colmo de males, desde el Centro Democrático pretendían revivir la inmunidad parlamentaria, para beneficiar a congresistas corruptos. Es decir, estamos en la inmunda o peor; mientras tanto, el país se escandaliza por un video que resultó ser el más visto en las redes, La Madame bailando en la cárcel de Cartagena, esa es la doble moral, mientras nadie dice nada de los jueces y fiscales españoles que llegaron a La Heroica a buscar menores de edad hace 10 años ¿será que los piden en extradición? No creo. Es por esto que insisto, a este país se lo llevó el diablo, no hay valores para contener esta avalancha de corrupción que limita el desarrollo y no es solo en el sector público, es en todas las esferas de la sociedad.

Por Jacobo Solano C*@JACOBOSOLANOC