La violencia en la calle, el miedo a ser víctimas de los delincuentes, la presión social, el desempleo, la pobreza y la desigualdad, sin contar con los factores genéticos de las personas, son las causas por las que cada vez más la salud mental de la población está más afectada. El problema es más serio […]
La violencia en la calle, el miedo a ser víctimas de los delincuentes, la presión social, el desempleo, la pobreza y la desigualdad, sin contar con los factores genéticos de las personas, son las causas por las que cada vez más la salud mental de la población está más afectada.
El problema es más serio de lo que cree. No en vano se conocen diariamente hechos de intolerancia que rayan a veces en la locura, pero que sin justificarlos, son producto de las enfermedades mentales que padecen, en nuestro caso, muchos cesarenses.
¿Qué tipo de atención reciben las más de 330 mil víctimas que van registradas en el Cesar? Estas personas, adultos y niños, tienen secuelas de una época de violencia que de alguna manera afectó su vida y los obligó a reiniciarla en otros entornos para olvidar lo ocurrido. Esta es una población que sufrió y sufre aún los estragos de la guerra.
La Secretaría de Salud del Cesar en el primer semestre de este año registró 1.872 eventos de enfermedades mentales, bastantes si se compara con la misma línea de tiempo del año 2013, en la que atendieron a 1.559. Además, según documentó la Universidad Popular del Cesar –UPC- en su Acuerdo de marzo de 2013, aprobado por el Consejo Superior para crear el Programa de Especialización en Salud Mental, “la predominancia de los aspectos físicos relacionados con la salud, muestra la poca valoración que aún tiene la salud mental”, incluso “el crecimiento de los problemas sociales y el envejecimiento de la población, indican que la salud mental se tornará en tema de gran atención”.
Estamos mal de la cabeza y lo peor es que los enfermos mentales no tienen mayores opciones de atención. No se cuenta en Valledupar con una Unidad Especial para la atención, eso ya le hemos expresado incansablemente desde estas páginas y lo poco que hay (caso Hospital Rosario Pumarejo de López) funciona a medias.
Es el momento indicado para formar especialistas en el tema que trabajen en los 25 municipios del Cesar y se estructure un proyecto desde el gobierno departamental, que cuenta con suficientes recursos, para construir la Unidad Mental que tanto se necesita. Por lo pronto la UPC espera el registro calificado para iniciar la especialización en Salud Mental, que de entrada es un avance para enfrentar la situación, más cuando está abierto un proceso de paz con la guerrilla de las Farc, que de tener un acuerdo para finalizar el conflicto, dejará una gran parte de la población urbana y rural con inestabilidades emocionales y sin ocupaciones laborales que repercutirá en la cotidianidad colombiana.
La violencia en la calle, el miedo a ser víctimas de los delincuentes, la presión social, el desempleo, la pobreza y la desigualdad, sin contar con los factores genéticos de las personas, son las causas por las que cada vez más la salud mental de la población está más afectada. El problema es más serio […]
La violencia en la calle, el miedo a ser víctimas de los delincuentes, la presión social, el desempleo, la pobreza y la desigualdad, sin contar con los factores genéticos de las personas, son las causas por las que cada vez más la salud mental de la población está más afectada.
El problema es más serio de lo que cree. No en vano se conocen diariamente hechos de intolerancia que rayan a veces en la locura, pero que sin justificarlos, son producto de las enfermedades mentales que padecen, en nuestro caso, muchos cesarenses.
¿Qué tipo de atención reciben las más de 330 mil víctimas que van registradas en el Cesar? Estas personas, adultos y niños, tienen secuelas de una época de violencia que de alguna manera afectó su vida y los obligó a reiniciarla en otros entornos para olvidar lo ocurrido. Esta es una población que sufrió y sufre aún los estragos de la guerra.
La Secretaría de Salud del Cesar en el primer semestre de este año registró 1.872 eventos de enfermedades mentales, bastantes si se compara con la misma línea de tiempo del año 2013, en la que atendieron a 1.559. Además, según documentó la Universidad Popular del Cesar –UPC- en su Acuerdo de marzo de 2013, aprobado por el Consejo Superior para crear el Programa de Especialización en Salud Mental, “la predominancia de los aspectos físicos relacionados con la salud, muestra la poca valoración que aún tiene la salud mental”, incluso “el crecimiento de los problemas sociales y el envejecimiento de la población, indican que la salud mental se tornará en tema de gran atención”.
Estamos mal de la cabeza y lo peor es que los enfermos mentales no tienen mayores opciones de atención. No se cuenta en Valledupar con una Unidad Especial para la atención, eso ya le hemos expresado incansablemente desde estas páginas y lo poco que hay (caso Hospital Rosario Pumarejo de López) funciona a medias.
Es el momento indicado para formar especialistas en el tema que trabajen en los 25 municipios del Cesar y se estructure un proyecto desde el gobierno departamental, que cuenta con suficientes recursos, para construir la Unidad Mental que tanto se necesita. Por lo pronto la UPC espera el registro calificado para iniciar la especialización en Salud Mental, que de entrada es un avance para enfrentar la situación, más cuando está abierto un proceso de paz con la guerrilla de las Farc, que de tener un acuerdo para finalizar el conflicto, dejará una gran parte de la población urbana y rural con inestabilidades emocionales y sin ocupaciones laborales que repercutirá en la cotidianidad colombiana.