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Columnista - 14 junio, 2019

Estamos hasta la coronita

Como yo no soy empleado público no tengo las limitaciones políticas que ellos tienen para opinar, pero tampoco abuso del privilegio de tener una columna de opinión en el más prestigioso periódico del departamento, El Pilón, pero si puedo dentro del respeto tratar cualquier tema, afortunadamente sin restricciones ni censuras dentro de más de 20 […]

Como yo no soy empleado público no tengo las limitaciones políticas que ellos tienen para opinar, pero tampoco abuso del privilegio de tener una columna de opinión en el más prestigioso periódico del departamento, El Pilón, pero si puedo dentro del respeto tratar cualquier tema, afortunadamente sin restricciones ni censuras dentro de más de 20 años que llevo de estar garabateando.

Razón tiene el católico y cristiano exprocurador y actual embajador Alejandro Ordóñez, en afirmar que este problema de los venezolanos se nos está saliendo de las manos, pero como lo dijo él, el católico y conservador, a quien la oposición radical y atea en su gran mayoría le tiene el ojo puesto, pusieron el grito, no en el Cielo porque ellos no creen en Él, sino en el infierno que es la morada de su amigo el Diablo. Es verdad que ya no aguantamos ese pocón de venezolanos que nos llegan llenos de necesidades, de hambre, de pobreza extrema, de mendicidad, desnutrición, en fin gente que carecen de todo y necesitan todo y se vienen de a pie, en burros, caballos canoas, barcos, buses, carritos y hasta en avión. Salen libremente de Venezuela y entran por la puerta abierta a Colombia pero no pueden regresar, ahí si les ponen problemas, entran los guerrilleros, y así en ese son en ese país solamente está quedando los gobiernistas que cuando está bien popochos se van a Cuba, Rusia o cualquier país amigo del régimen madurista; no se extrañen que el Sátrapa convoque a elecciones y las gane, ¡cómo no las va a ganar! Si los opositores que son la mayoría, emigraron todos especialmente para Colombia donde no pueden votar, pero donde tenemos que darle alojamiento, comida, medicina, hospitales y colegios para sus hijos y lo hacemos con gusto, pero ya los recursos no nos alcanzan y estamos hasta la coronita, no de los venezolanos, sino de sus necesidades y arbitrariedades de algunos y lo peor del caso es que el dictador eso no lo agradece y dicen en forma cínica que su gente viene a Colombia con los bolsillos llenos a hacer grandes inversiones ¡que descaro!.

¿Entonces tiene razón Alejandro Ordóñez para hacer esa afirmación?, claro que si la tiene pero como lo dijo el católico, los ateos atacan paradójicamente apoyados por una parte de católicos de boca, que creen que ser cristiano es solo ir a misa todos los domingos y dar el billetico de mil o de dos mil y ya están perdonados. ¡Por Dios!, no, por ahí no es la cosa, hay que creer más en lo que dicen los católicos nuestros a lo que afirman los ateos o comunistas, que es lo mismo.

Hay que cerrar la frontera, eso es necesario, que tal que Trump las abriera, no quedaría un venezolano, mexicano o centroamericano que no se fuera para Estados Unidos.

Columnista
14 junio, 2019

Estamos hasta la coronita

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Como yo no soy empleado público no tengo las limitaciones políticas que ellos tienen para opinar, pero tampoco abuso del privilegio de tener una columna de opinión en el más prestigioso periódico del departamento, El Pilón, pero si puedo dentro del respeto tratar cualquier tema, afortunadamente sin restricciones ni censuras dentro de más de 20 […]


Como yo no soy empleado público no tengo las limitaciones políticas que ellos tienen para opinar, pero tampoco abuso del privilegio de tener una columna de opinión en el más prestigioso periódico del departamento, El Pilón, pero si puedo dentro del respeto tratar cualquier tema, afortunadamente sin restricciones ni censuras dentro de más de 20 años que llevo de estar garabateando.

Razón tiene el católico y cristiano exprocurador y actual embajador Alejandro Ordóñez, en afirmar que este problema de los venezolanos se nos está saliendo de las manos, pero como lo dijo él, el católico y conservador, a quien la oposición radical y atea en su gran mayoría le tiene el ojo puesto, pusieron el grito, no en el Cielo porque ellos no creen en Él, sino en el infierno que es la morada de su amigo el Diablo. Es verdad que ya no aguantamos ese pocón de venezolanos que nos llegan llenos de necesidades, de hambre, de pobreza extrema, de mendicidad, desnutrición, en fin gente que carecen de todo y necesitan todo y se vienen de a pie, en burros, caballos canoas, barcos, buses, carritos y hasta en avión. Salen libremente de Venezuela y entran por la puerta abierta a Colombia pero no pueden regresar, ahí si les ponen problemas, entran los guerrilleros, y así en ese son en ese país solamente está quedando los gobiernistas que cuando está bien popochos se van a Cuba, Rusia o cualquier país amigo del régimen madurista; no se extrañen que el Sátrapa convoque a elecciones y las gane, ¡cómo no las va a ganar! Si los opositores que son la mayoría, emigraron todos especialmente para Colombia donde no pueden votar, pero donde tenemos que darle alojamiento, comida, medicina, hospitales y colegios para sus hijos y lo hacemos con gusto, pero ya los recursos no nos alcanzan y estamos hasta la coronita, no de los venezolanos, sino de sus necesidades y arbitrariedades de algunos y lo peor del caso es que el dictador eso no lo agradece y dicen en forma cínica que su gente viene a Colombia con los bolsillos llenos a hacer grandes inversiones ¡que descaro!.

¿Entonces tiene razón Alejandro Ordóñez para hacer esa afirmación?, claro que si la tiene pero como lo dijo el católico, los ateos atacan paradójicamente apoyados por una parte de católicos de boca, que creen que ser cristiano es solo ir a misa todos los domingos y dar el billetico de mil o de dos mil y ya están perdonados. ¡Por Dios!, no, por ahí no es la cosa, hay que creer más en lo que dicen los católicos nuestros a lo que afirman los ateos o comunistas, que es lo mismo.

Hay que cerrar la frontera, eso es necesario, que tal que Trump las abriera, no quedaría un venezolano, mexicano o centroamericano que no se fuera para Estados Unidos.