A pocos días de llegar a sus primeros 100 días de gobierno, el acalde de Valledupar, Tuto Uhia, ha dado muestras de ser un gobernante comprometido y dedicado ciento por ciento a su trabajo; un alcalde que ha interpretado la filosofía del nuevo esquema gerencial de la administración pública, apelando al fomento de una mayor […]
A pocos días de llegar a sus primeros 100 días de gobierno, el acalde de Valledupar, Tuto Uhia, ha dado muestras de ser un gobernante comprometido y dedicado ciento por ciento a su trabajo; un alcalde que ha interpretado la filosofía del nuevo esquema gerencial de la administración pública, apelando al fomento de una mayor eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios públicos, aperturando nuevas prácticas de gestión pública contra la corrupción y la inoperancia y desde luego, instrumentalizando mecanismos que fomentan la participación y la cultura ciudadana, buscando con ello la reconciliación entre el ciudadano y el gobierno, que habían estado divorciados desde hace mucho tiempo atrás, solo con un objetivo, el de “construir cuidad”.
Desde luego, los problemas estructurales como lo son el desempleo, la movilidad, la inseguridad, el déficit habitacional y la pobreza, son temas que para tratarlos merecen un poco más de tiempo y eso es apenas lógico entender que en escasos tres meses no se pueden esperar esos resultados y así lo ha reconocido públicamente el mandatario municipal, quien ha manifestado que falta mucho trabajo e inversión para derrotar la pobreza y la inequidad de esta ciudad; que hay que seguir combatiendo a la inseguridad, la inequidad y hacer apuestas desde la oferta institucional para mejorar las condiciones de vida de los valduparenses; pero también ha dicho que como ciudadanos todos nos debemos comprometer con la recuperación del espacio público, la movilidad y la cultura ciudadana. Creo que el Alcalde la tiene clara y es el llamado a cumplir un deber cívico, porque como ciudadanos lo que hacemos es criticar, desacreditar y mostrar siempre nuestro inconformismo, más cuando el gobierno no es de nuestros afectos.
Pienso que es la manera y la hora para construir la cuidad que queremos y que nos merecemos, aprovechando estos espacios que está ofreciendo el gobierno municipal, para que nosotros como conciudadanos seamos también artífices del desarrollo y progreso de esta ciudad. De manera que no podemos dejarles toda la carga y la iniciativa a los gobiernos municipales a la espera de que por arte de magia los problemas cambien o se corrijan por si solos, cuando muchas veces los ciudadanos somos parte de la solución de los mismos.
Por ello es bueno reflexionar y preguntarnos una y otra vez ¿cuál es el compromiso de nosotros como vallenatos con la ciudad? ¿Nos apropiamos del espacio público?, ¿Estacionamos el vehículo donde nos da la gana? ¿Arrojamos la basura en las calles desde nuestros vehículos? ¿Le cerramos la vía a los peatones, mototaxistas o ciclistas? ¿Dañamos las bancas en los parques? ¿Dañamos los baños en los escenarios deportivos? ¿Vendemos licor a los menores de edad? ¿Abrimos bares para que trabajen ahí menores de edad? ¿Esperamos los cinco años para que me prescriba el impuesto predial y no pagar nunca dicho impuesto?
Creo que es la hora de cambiar nuestra actitud y demostrar todo ese amor y apego que sentimos por Valledupar, y hacernos una última pregunta ¿Qué estoy haciendo yo por mi cuidad?, la respuesta es personal, pero si cambiamos la manera de pensar y ver las cosas, estoy convencido que también cambiaremos la cuidad y nuestra sociedad en general también cambiará; nuestros hijos y nuestras descendencias mañana nos lo sabrán agradecer.
A pocos días de llegar a sus primeros 100 días de gobierno, el acalde de Valledupar, Tuto Uhia, ha dado muestras de ser un gobernante comprometido y dedicado ciento por ciento a su trabajo; un alcalde que ha interpretado la filosofía del nuevo esquema gerencial de la administración pública, apelando al fomento de una mayor […]
A pocos días de llegar a sus primeros 100 días de gobierno, el acalde de Valledupar, Tuto Uhia, ha dado muestras de ser un gobernante comprometido y dedicado ciento por ciento a su trabajo; un alcalde que ha interpretado la filosofía del nuevo esquema gerencial de la administración pública, apelando al fomento de una mayor eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios públicos, aperturando nuevas prácticas de gestión pública contra la corrupción y la inoperancia y desde luego, instrumentalizando mecanismos que fomentan la participación y la cultura ciudadana, buscando con ello la reconciliación entre el ciudadano y el gobierno, que habían estado divorciados desde hace mucho tiempo atrás, solo con un objetivo, el de “construir cuidad”.
Desde luego, los problemas estructurales como lo son el desempleo, la movilidad, la inseguridad, el déficit habitacional y la pobreza, son temas que para tratarlos merecen un poco más de tiempo y eso es apenas lógico entender que en escasos tres meses no se pueden esperar esos resultados y así lo ha reconocido públicamente el mandatario municipal, quien ha manifestado que falta mucho trabajo e inversión para derrotar la pobreza y la inequidad de esta ciudad; que hay que seguir combatiendo a la inseguridad, la inequidad y hacer apuestas desde la oferta institucional para mejorar las condiciones de vida de los valduparenses; pero también ha dicho que como ciudadanos todos nos debemos comprometer con la recuperación del espacio público, la movilidad y la cultura ciudadana. Creo que el Alcalde la tiene clara y es el llamado a cumplir un deber cívico, porque como ciudadanos lo que hacemos es criticar, desacreditar y mostrar siempre nuestro inconformismo, más cuando el gobierno no es de nuestros afectos.
Pienso que es la manera y la hora para construir la cuidad que queremos y que nos merecemos, aprovechando estos espacios que está ofreciendo el gobierno municipal, para que nosotros como conciudadanos seamos también artífices del desarrollo y progreso de esta ciudad. De manera que no podemos dejarles toda la carga y la iniciativa a los gobiernos municipales a la espera de que por arte de magia los problemas cambien o se corrijan por si solos, cuando muchas veces los ciudadanos somos parte de la solución de los mismos.
Por ello es bueno reflexionar y preguntarnos una y otra vez ¿cuál es el compromiso de nosotros como vallenatos con la ciudad? ¿Nos apropiamos del espacio público?, ¿Estacionamos el vehículo donde nos da la gana? ¿Arrojamos la basura en las calles desde nuestros vehículos? ¿Le cerramos la vía a los peatones, mototaxistas o ciclistas? ¿Dañamos las bancas en los parques? ¿Dañamos los baños en los escenarios deportivos? ¿Vendemos licor a los menores de edad? ¿Abrimos bares para que trabajen ahí menores de edad? ¿Esperamos los cinco años para que me prescriba el impuesto predial y no pagar nunca dicho impuesto?
Creo que es la hora de cambiar nuestra actitud y demostrar todo ese amor y apego que sentimos por Valledupar, y hacernos una última pregunta ¿Qué estoy haciendo yo por mi cuidad?, la respuesta es personal, pero si cambiamos la manera de pensar y ver las cosas, estoy convencido que también cambiaremos la cuidad y nuestra sociedad en general también cambiará; nuestros hijos y nuestras descendencias mañana nos lo sabrán agradecer.