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Columnista - 14 noviembre, 2012

¡Estados Unidos y China, en la encrucijada económica!

Por:  Gustavo Cotes Medina Hoy, el presidente Obama puede permitirse pensar en la forma de asegurar a su favor el juicio del tiempo y de la historia. El capital político que le da su reelección lo muestra desafiante para negociar y evitar el llamado  precipicio fiscal que, de no haber un acuerdo entre demócratas y […]

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Por:  Gustavo Cotes Medina

Hoy, el presidente Obama puede permitirse pensar en la forma de asegurar a su favor el juicio del tiempo y de la historia. El capital político que le da su reelección lo muestra desafiante para negociar y evitar el llamado  precipicio fiscal que, de no haber un acuerdo entre demócratas y republicanos  antes de enero de 2013, el país se estaría enfrentando a un recorte automático del gasto público y a una subida drástica de impuestos, con el riesgo de recesión que esto conlleva.
El nuevo Obama ya se anotó una victoria en lo que respecta a los cambios del sistema de salud, pero en la reforma de la política migratoria tendrá que invertir gran parte de su prestigio para sacarla adelante, porque es un compromiso sagrado. En el manejo de las relaciones internacionales tendrá que mostrarse más audaz con los temas de la primavera árabe, en particular con Libia y Egipto, y con las aspiraciones nucleares de Irán que pueden afectar a Israel, su aliado histórico.
La crisis económica en Europa, que afecta las finanzas de estados Unidos, la relación con los nuevos líderes de China y Latinoamérica, con su creciente importancia económica y  los nuevos liderazgos que salen de esa Región, serán temas centrales en su agenda. Obama, inteligente y cauteloso, se cuidará que sus actuaciones no se conviertan en un obstáculo para las aspiraciones del próximo candidato demócrata a la Presidencia.
La reelección de Obama significa un cambio generacional que destaca la importancia y tolerancia de los votantes jóvenes, de los grupos minoritarios demócratas, de los latinos y los afroamericanos, que rápidamente y de manera contundente, se están convirtiendo en las nuevas mayorías en el país. Son aires nuevos que refrescan y animan.
De esta manera, se le envían mensajes claros a la Cámara, al Senado y a los republicanos, que deben estar dispuestos a ceder en las negociaciones  que sean necesarias para impulsar los acuerdos y propósitos del presidente Obama, en lo doméstico y en lo global. De lo contrario, corren el riesgo de pagar un alto costo político por su terquedad e intransigencia. Se trata de la búsqueda de áreas de consenso con la oposición.
Sin embargo, Estados Unidos es el gran país de la libre empresa y de la iniciativa privada y todos sus habitantes tienen claro el significado de su economía que representa el 23% del PIB mundial. Pero, la solución fiscal, los empleos y salarios, el ascenso social y el cambio climático, son los cuatro retos económicos que le quitarán el sueño a Obama, para lograr una prosperidad duradera. No será una tarea fácil, seguirá luchando para mantener viva la esperanza.
Recientemente, el Congreso del Partido Comunista de China nombró una nueva cúpula dirigente que marca el fin de una década espectacular que cuadruplicó su Producto Interno Bruto-PIB- y la convirtió en la segunda economía del planeta, en el primer exportador e importador global, con la mayor cantidad de reservas monetarias del mundo. Pero, la China ha agotado su modelo de crecimiento exportador por la profunda crisis estructural de la economía global.
China es la segunda economía mundial, pero en el índice de Desarrollo Humano de la ONU, se encuentra en el puesto 101 por debajo de la mayoría de los países latinoamericanos. En comparación con los Estados Unidos, tiene un ingreso per cápita seis veces menor. A este gran desequilibrio social, se le anota que la fuerte inversión ha dejado un rosario de deudas. Se observa que China enfrenta serios problemas económicos en el futuro, pero seguirá siendo un actor de primer orden a nivel internacional.
Se escuchan voces reformistas que piden una mayor liberación de la economía; una justicia independiente que permita sentar las bases de un estado de derecho; y atender a las clases más bajas, especialmente a los inmigrantes rurales. El nuevo líder de China, Xi Jinping es bien recibido por la gente común y corriente que se pregunta si podrá reformar una élite política acostumbrada a gozar de los frutos de la corrupción. Con frecuencia cita a Guanzi, filósofo chino: “No tratemos de hacer lo imposible. No tratemos de conseguir lo inalcanzable”.
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Columnista
14 noviembre, 2012

¡Estados Unidos y China, en la encrucijada económica!

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Gustavo Cotez Medina

Por:  Gustavo Cotes Medina Hoy, el presidente Obama puede permitirse pensar en la forma de asegurar a su favor el juicio del tiempo y de la historia. El capital político que le da su reelección lo muestra desafiante para negociar y evitar el llamado  precipicio fiscal que, de no haber un acuerdo entre demócratas y […]


Por:  Gustavo Cotes Medina

Hoy, el presidente Obama puede permitirse pensar en la forma de asegurar a su favor el juicio del tiempo y de la historia. El capital político que le da su reelección lo muestra desafiante para negociar y evitar el llamado  precipicio fiscal que, de no haber un acuerdo entre demócratas y republicanos  antes de enero de 2013, el país se estaría enfrentando a un recorte automático del gasto público y a una subida drástica de impuestos, con el riesgo de recesión que esto conlleva.
El nuevo Obama ya se anotó una victoria en lo que respecta a los cambios del sistema de salud, pero en la reforma de la política migratoria tendrá que invertir gran parte de su prestigio para sacarla adelante, porque es un compromiso sagrado. En el manejo de las relaciones internacionales tendrá que mostrarse más audaz con los temas de la primavera árabe, en particular con Libia y Egipto, y con las aspiraciones nucleares de Irán que pueden afectar a Israel, su aliado histórico.
La crisis económica en Europa, que afecta las finanzas de estados Unidos, la relación con los nuevos líderes de China y Latinoamérica, con su creciente importancia económica y  los nuevos liderazgos que salen de esa Región, serán temas centrales en su agenda. Obama, inteligente y cauteloso, se cuidará que sus actuaciones no se conviertan en un obstáculo para las aspiraciones del próximo candidato demócrata a la Presidencia.
La reelección de Obama significa un cambio generacional que destaca la importancia y tolerancia de los votantes jóvenes, de los grupos minoritarios demócratas, de los latinos y los afroamericanos, que rápidamente y de manera contundente, se están convirtiendo en las nuevas mayorías en el país. Son aires nuevos que refrescan y animan.
De esta manera, se le envían mensajes claros a la Cámara, al Senado y a los republicanos, que deben estar dispuestos a ceder en las negociaciones  que sean necesarias para impulsar los acuerdos y propósitos del presidente Obama, en lo doméstico y en lo global. De lo contrario, corren el riesgo de pagar un alto costo político por su terquedad e intransigencia. Se trata de la búsqueda de áreas de consenso con la oposición.
Sin embargo, Estados Unidos es el gran país de la libre empresa y de la iniciativa privada y todos sus habitantes tienen claro el significado de su economía que representa el 23% del PIB mundial. Pero, la solución fiscal, los empleos y salarios, el ascenso social y el cambio climático, son los cuatro retos económicos que le quitarán el sueño a Obama, para lograr una prosperidad duradera. No será una tarea fácil, seguirá luchando para mantener viva la esperanza.
Recientemente, el Congreso del Partido Comunista de China nombró una nueva cúpula dirigente que marca el fin de una década espectacular que cuadruplicó su Producto Interno Bruto-PIB- y la convirtió en la segunda economía del planeta, en el primer exportador e importador global, con la mayor cantidad de reservas monetarias del mundo. Pero, la China ha agotado su modelo de crecimiento exportador por la profunda crisis estructural de la economía global.
China es la segunda economía mundial, pero en el índice de Desarrollo Humano de la ONU, se encuentra en el puesto 101 por debajo de la mayoría de los países latinoamericanos. En comparación con los Estados Unidos, tiene un ingreso per cápita seis veces menor. A este gran desequilibrio social, se le anota que la fuerte inversión ha dejado un rosario de deudas. Se observa que China enfrenta serios problemas económicos en el futuro, pero seguirá siendo un actor de primer orden a nivel internacional.
Se escuchan voces reformistas que piden una mayor liberación de la economía; una justicia independiente que permita sentar las bases de un estado de derecho; y atender a las clases más bajas, especialmente a los inmigrantes rurales. El nuevo líder de China, Xi Jinping es bien recibido por la gente común y corriente que se pregunta si podrá reformar una élite política acostumbrada a gozar de los frutos de la corrupción. Con frecuencia cita a Guanzi, filósofo chino: “No tratemos de hacer lo imposible. No tratemos de conseguir lo inalcanzable”.
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