Adriana Chiquinquirá Rosales Camacho, oriunda de Maracaibo, Venezuela, ha sido detenida por la Policía en Valledupar, por lo menos cuatro veces, por el hurto de cajas de cigarrillos y otros productos en centros comerciales.
Adriana Chiquinquirá Rosales Camacho, oriunda de Maracaibo, Venezuela, ha sido detenida por la Policía en Valledupar, por lo menos cuatro veces, por el hurto de cajas de cigarrillos y otros productos en centros comerciales.
La mujer ante la Fiscalía y los jueces de control de garantías argumenta que hurtaba por necesidad, por cuanto tiene tres hijos pequeños que alimentar y estaba sin trabajo. Ayer, tras ser presentada en audiencias de legalización de captura, imputación y medida de aseguramiento, fue cobijada con prisión domiciliaria.
La procesada en medio de llanto, porque había dejado a sus tres hijos en la parte externa del Palacio de Justicia, porque no podían ingresar al mismo, manifestó que desde hace varios meses se radicó en una vivienda de invasión en la margen derecha del río Guatapurí. En ese lugar deberá permanecer detenida para afrontar un proceso por el delito de hurto calificado agravado.
Una vez concluyó la audiencia pública, hubo un emotivo encuentro de la mujer con sus hijos en medio de llanto y se trasladaron hasta su vivienda.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN
Adriana Chiquinquirá Rosales Camacho, oriunda de Maracaibo, Venezuela, ha sido detenida por la Policía en Valledupar, por lo menos cuatro veces, por el hurto de cajas de cigarrillos y otros productos en centros comerciales.
Adriana Chiquinquirá Rosales Camacho, oriunda de Maracaibo, Venezuela, ha sido detenida por la Policía en Valledupar, por lo menos cuatro veces, por el hurto de cajas de cigarrillos y otros productos en centros comerciales.
La mujer ante la Fiscalía y los jueces de control de garantías argumenta que hurtaba por necesidad, por cuanto tiene tres hijos pequeños que alimentar y estaba sin trabajo. Ayer, tras ser presentada en audiencias de legalización de captura, imputación y medida de aseguramiento, fue cobijada con prisión domiciliaria.
La procesada en medio de llanto, porque había dejado a sus tres hijos en la parte externa del Palacio de Justicia, porque no podían ingresar al mismo, manifestó que desde hace varios meses se radicó en una vivienda de invasión en la margen derecha del río Guatapurí. En ese lugar deberá permanecer detenida para afrontar un proceso por el delito de hurto calificado agravado.
Una vez concluyó la audiencia pública, hubo un emotivo encuentro de la mujer con sus hijos en medio de llanto y se trasladaron hasta su vivienda.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN