En Colombia, a partir de la catástrofe de 1985 en Armero, se creó la Unidad de Gestión de Riesgo, institución encargada de manejar ese tipo de eventualidades donde se establecieron rigurosos protocolos para determinar la actividad de los diferentes 37 volcanes que hay en el país, lo cual conlleva a la tranquilidad en la materia.
Debido a la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala, que dejó más de 100 muertos, es pertinente preguntarse ¿es posible un desastre similar en Colombia? ¿se pueden predecir las erupciones? ¿los colombianos están preparados para asumir una tragedia de este tipo? ¿a qué se deben las erupciones volcánicas?.
Para que se genere la erupción de un volcán se tiene que dar un fenómeno natural llamado magmatismo, este se da por la fusión parcial de material del manto profundo de la tierra que por aumento de densidad asciende, fractura las rocas y busca salir a la superficie, “Esto genera aumento de temperatura y del contenido de gases y agua que finalmente producen sobrepresión que desencadena la erupción volcánica”, explica el geólogo Harrison Torres.
La erupción puede ser de dos clases, una de tipo fluido, como la ocurrida en Hawaii con el volcán Kilauea y otra donde no se mantienen lavas fundidas, sino que ocurre con una expulsión más explosiva, donde hay mucho material sólido, con rocas y partículas de diferentes tamaños, desde cenizas hasta grandes bloques que salen de las entrañas de la tierra, este es el caso de los volcanes que están en el territorio colombiano y en Centro América.
El geólogo Luis Carlos Tapia añade, que “estos tipos de erupción dependen de la clase de placas de la tierra donde ocurren los sismos, pueden ser oceánicas como en Hawaii o continentales como en Guatemala o Colombia”.
Todo depende de los estudios geológicos que haya en el área. “Se sabe que Colombia y Guatemala están ubicados en una zona donde convergen las placas, lo cual aumentan las probabilidades de sismos y a su vez, fenómenos volcánicos”, explica Torres. Primero se realiza un registro geológico y cartográfico (mapas) que determinan la ubicación de los volcanes y luego mediante la red sismológica se detecta la actividad, que avisa la posibilidad de erupción.
“En Colombia todos los volcanes están monitoreados día y noche y se conoce la actividad de cada uno de ellos. La Red Sismológica Nacional envía alertas tempranas que informan los niveles de amenaza debido a la actividad sísmica del volcán”, expone el experto.
En Colombia, a partir de la catástrofe de 1985 en Armero, se creó la Unidad de Gestión de Riesgo, institución encargada de manejar ese tipo de eventualidades donde se establecieron rigurosos protocolos para determinar la actividad de los diferentes 37 volcanes que hay en el país, lo cual conlleva a la tranquilidad en la materia.
“No obstante, a pesar de los avances tecnológicos, la naturaleza es impredecible y en muchas ocasiones los registros pueden indicar alertas de erupciones inminentes que al final no ocurren”, dice el geólogo Luis Carlos Tapia. Sin embargo, la recomendación es acatar siempre las advertencias de evacuación cuando se encienden las alarmas.
En conclusión, en Colombia existen equipos de última tecnología para monitorear este tipo de eventos y vivir en cercanías a un volcán no constituye un riesgo amenazador; estas zonas, por el contrario, representan terrenos fértiles y puede resultar provechoso cultivarlos. Ante una emergencia, lo mejor que se puede hacer es obedecer las instrucciones que las autoridades indiquen y estar siempre dispuestos a acatarlas. “Hay que preservar la vida y la integridad antes que las cosas materiales”, concluyen los geólogos.
En Colombia, a partir de la catástrofe de 1985 en Armero, se creó la Unidad de Gestión de Riesgo, institución encargada de manejar ese tipo de eventualidades donde se establecieron rigurosos protocolos para determinar la actividad de los diferentes 37 volcanes que hay en el país, lo cual conlleva a la tranquilidad en la materia.
Debido a la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala, que dejó más de 100 muertos, es pertinente preguntarse ¿es posible un desastre similar en Colombia? ¿se pueden predecir las erupciones? ¿los colombianos están preparados para asumir una tragedia de este tipo? ¿a qué se deben las erupciones volcánicas?.
Para que se genere la erupción de un volcán se tiene que dar un fenómeno natural llamado magmatismo, este se da por la fusión parcial de material del manto profundo de la tierra que por aumento de densidad asciende, fractura las rocas y busca salir a la superficie, “Esto genera aumento de temperatura y del contenido de gases y agua que finalmente producen sobrepresión que desencadena la erupción volcánica”, explica el geólogo Harrison Torres.
La erupción puede ser de dos clases, una de tipo fluido, como la ocurrida en Hawaii con el volcán Kilauea y otra donde no se mantienen lavas fundidas, sino que ocurre con una expulsión más explosiva, donde hay mucho material sólido, con rocas y partículas de diferentes tamaños, desde cenizas hasta grandes bloques que salen de las entrañas de la tierra, este es el caso de los volcanes que están en el territorio colombiano y en Centro América.
El geólogo Luis Carlos Tapia añade, que “estos tipos de erupción dependen de la clase de placas de la tierra donde ocurren los sismos, pueden ser oceánicas como en Hawaii o continentales como en Guatemala o Colombia”.
Todo depende de los estudios geológicos que haya en el área. “Se sabe que Colombia y Guatemala están ubicados en una zona donde convergen las placas, lo cual aumentan las probabilidades de sismos y a su vez, fenómenos volcánicos”, explica Torres. Primero se realiza un registro geológico y cartográfico (mapas) que determinan la ubicación de los volcanes y luego mediante la red sismológica se detecta la actividad, que avisa la posibilidad de erupción.
“En Colombia todos los volcanes están monitoreados día y noche y se conoce la actividad de cada uno de ellos. La Red Sismológica Nacional envía alertas tempranas que informan los niveles de amenaza debido a la actividad sísmica del volcán”, expone el experto.
En Colombia, a partir de la catástrofe de 1985 en Armero, se creó la Unidad de Gestión de Riesgo, institución encargada de manejar ese tipo de eventualidades donde se establecieron rigurosos protocolos para determinar la actividad de los diferentes 37 volcanes que hay en el país, lo cual conlleva a la tranquilidad en la materia.
“No obstante, a pesar de los avances tecnológicos, la naturaleza es impredecible y en muchas ocasiones los registros pueden indicar alertas de erupciones inminentes que al final no ocurren”, dice el geólogo Luis Carlos Tapia. Sin embargo, la recomendación es acatar siempre las advertencias de evacuación cuando se encienden las alarmas.
En conclusión, en Colombia existen equipos de última tecnología para monitorear este tipo de eventos y vivir en cercanías a un volcán no constituye un riesgo amenazador; estas zonas, por el contrario, representan terrenos fértiles y puede resultar provechoso cultivarlos. Ante una emergencia, lo mejor que se puede hacer es obedecer las instrucciones que las autoridades indiquen y estar siempre dispuestos a acatarlas. “Hay que preservar la vida y la integridad antes que las cosas materiales”, concluyen los geólogos.