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Editorial - 4 noviembre, 2022

Esperanza fronteriza

Luego del encuentro entre el presidente Gustavo Petro y su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, son muchas las esperanzas económicas que se avivan en las comunidades de los departamentos fronterizos. El Cesar y La Guajira son departamentos en los que un gran número de sus habitantes, en épocas anteriores, su actividad económica dependía en gran […]

Luego del encuentro entre el presidente Gustavo Petro y su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, son muchas las esperanzas económicas que se avivan en las comunidades de los departamentos fronterizos.

El Cesar y La Guajira son departamentos en los que un gran número de sus habitantes, en épocas anteriores, su actividad económica dependía en gran medida del intercambio comercial con el vecino país venezolano, unos desde la formalidad y otro tanto, un poco más numeroso, lo hacían de manera informal o ilegal. De una u otra forma, eran alternativas de supervivencia para un gran sector de la población.

Según expertos analistas, esas ‘viejas épocas comerciales’ de nuestras fronteras jamás volverán a ser las mismas, ni con los mismos márgenes de rentabilidad para la gente que se dedicaba a ese tipo de actividad, no obstante, reactivar el flujo comercial de esas zonas ayudará mucho en este proceso pospandemia, desde luego que eso dependerá de las estrategias que logren implementar ambos gobiernos, en los que es importante la participación del sector empresarial e industrial de los dos países.

De todos modos, tras la reunión de Petro y Madura, cesarenses y guajiros están a la expectativa de qué tanto se reactivará esa dinámica comercial de antaño, desde ya se espera y se cree que las cosas mejorarán en sumo grado.

La declaración conjunta de los dos presidentes, firmada el primero de noviembre de 2022, establece que sus gobiernos se comprometen en “la reanudación de las relaciones binacionales integrales entre los pueblos hermanos”.

También manifestaron su voluntad política para la “cooperación operacional a lo largo de la frontera común, para el trabajo coordinado en la lucha contra el delito transnacional que pone en riesgo la seguridad fronteriza de ambas naciones”.

De igual forma, allí quedó acordado “concertar el reimpulso y resolución de los nudos críticos en materia de transporte terrestre, aéreo, fluvial y marítimo”. Importante el compromiso de “trabajar por lograr un activo intercambio en los sectores agroindustrial, agropecuario, agrícola y petroquímico”, esto es fundamental debido a la vocación económica, basada en los renglones agropecuarios, de nuestros departamentos de Cesar y La Guajira.

Como se puede observar, el marco teórico de esos acuerdos, sumado a la voluntad política expresada por los dos presidentes, la cosa pinta bastante bien para la pronta reactivación de la frontera colombo-venezolana, es cuestión, entonces, de pasar de las palabras a las acciones concretas, materializar ese anhelo de los pueblos como una opción de buscar nuevos caminos que los conduzcan hacia el bienestar y desarrollo colectivo.

El proceso apenas comienza, pero el paso que acaban de dar los dos mandatarios era muy necesario y pertinente para sendos países, ahora solo falta aterrizar todas las ideas y echar manos a la obra.

Editorial
4 noviembre, 2022

Esperanza fronteriza

Luego del encuentro entre el presidente Gustavo Petro y su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, son muchas las esperanzas económicas que se avivan en las comunidades de los departamentos fronterizos. El Cesar y La Guajira son departamentos en los que un gran número de sus habitantes, en épocas anteriores, su actividad económica dependía en gran […]


Luego del encuentro entre el presidente Gustavo Petro y su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, son muchas las esperanzas económicas que se avivan en las comunidades de los departamentos fronterizos.

El Cesar y La Guajira son departamentos en los que un gran número de sus habitantes, en épocas anteriores, su actividad económica dependía en gran medida del intercambio comercial con el vecino país venezolano, unos desde la formalidad y otro tanto, un poco más numeroso, lo hacían de manera informal o ilegal. De una u otra forma, eran alternativas de supervivencia para un gran sector de la población.

Según expertos analistas, esas ‘viejas épocas comerciales’ de nuestras fronteras jamás volverán a ser las mismas, ni con los mismos márgenes de rentabilidad para la gente que se dedicaba a ese tipo de actividad, no obstante, reactivar el flujo comercial de esas zonas ayudará mucho en este proceso pospandemia, desde luego que eso dependerá de las estrategias que logren implementar ambos gobiernos, en los que es importante la participación del sector empresarial e industrial de los dos países.

De todos modos, tras la reunión de Petro y Madura, cesarenses y guajiros están a la expectativa de qué tanto se reactivará esa dinámica comercial de antaño, desde ya se espera y se cree que las cosas mejorarán en sumo grado.

La declaración conjunta de los dos presidentes, firmada el primero de noviembre de 2022, establece que sus gobiernos se comprometen en “la reanudación de las relaciones binacionales integrales entre los pueblos hermanos”.

También manifestaron su voluntad política para la “cooperación operacional a lo largo de la frontera común, para el trabajo coordinado en la lucha contra el delito transnacional que pone en riesgo la seguridad fronteriza de ambas naciones”.

De igual forma, allí quedó acordado “concertar el reimpulso y resolución de los nudos críticos en materia de transporte terrestre, aéreo, fluvial y marítimo”. Importante el compromiso de “trabajar por lograr un activo intercambio en los sectores agroindustrial, agropecuario, agrícola y petroquímico”, esto es fundamental debido a la vocación económica, basada en los renglones agropecuarios, de nuestros departamentos de Cesar y La Guajira.

Como se puede observar, el marco teórico de esos acuerdos, sumado a la voluntad política expresada por los dos presidentes, la cosa pinta bastante bien para la pronta reactivación de la frontera colombo-venezolana, es cuestión, entonces, de pasar de las palabras a las acciones concretas, materializar ese anhelo de los pueblos como una opción de buscar nuevos caminos que los conduzcan hacia el bienestar y desarrollo colectivo.

El proceso apenas comienza, pero el paso que acaban de dar los dos mandatarios era muy necesario y pertinente para sendos países, ahora solo falta aterrizar todas las ideas y echar manos a la obra.