Yo no sé si aquí en nuestra ciudad hay alguna oficina de Control de Precio y si lo hay parece que no estuviera funcionando. Creo que es urgente una acción orientada a neutralizar la desbocada explotación de los especuladores en todos los sentidos. No solo se especula con los artículos de primera necesidad, especialmente con los comprendidos en la canasta familiar, sino también en los parqueaderos que no tienen una tarifa fija.
Por Alberto Herazo Palmera
Yo no sé si aquí en nuestra ciudad hay alguna oficina de Control de Precio y si lo hay parece que no estuviera funcionando. Creo que es urgente una acción orientada a neutralizar la desbocada explotación de los especuladores en todos los sentidos. No solo se especula con los artículos de primera necesidad, especialmente con los comprendidos en la canasta familiar, sino también en los parqueaderos que no tienen una tarifa fija.
Las medidas que se tomen es, desde luego, plausible y sus efectos podrían ser de beneficio común si se cumplen con todo el rigor que demanda la gravedad de la situación. La oficina de Control de atajar los abusos de quienes se valen de las necesidades del pueblo para incrementar ganancia por medios reprensibles, creara sin duda una sensación de alivio a la comunidad. Y si pone en marcha una campaña de sanciones en desarrollo de la cual numerosos especuladores reciban el condigno castigo, sería mejor. Otro sistema de control sería someter a los comerciantes y parqueaderos a la sujeción de una tabla de precios que para mayor garantía del público, debería ser fijada en sitios visibles en estos establecimientos y parqueo.
Al mismo tiempo quiero referirme a otro hecho: la Secretaria de Tránsito y Transporte desde hace algunos días comenzó una jornada de regulación del estacionamiento de vehículos, unas medidas de disciplina social que Valledupar venía reclamando hace tiempo, se trata de eliminar el estacionamiento en las aceras y en algunas carreras y calles, una vieja costumbre que, con insolente irrespeto por los derechos del peatón venían practicando los propietarios de motos, de vehículos particulares y no particulares en el centro de la ciudad. Es justo y quiero reconocer la eficacia y la energía con que las grúas o camabajas remueven los vehículos que se apoderan de espacios no permitidos para parqueos. Sin embargo parece que esto se ha convertido en un gran negocio y aprovecho para protestar enérgicamente por los abusos que cometen algunos agentes de la policía y me voy a referir específicamente al caso de la Plaza Alfonso López. El primer gran error cometido por la Secretaría de Tránsito fue haber prohibido el parqueo sobre la calle 15 entre carrera 4 y 6, congestionando la carrera sexta entre calles 15 y 16. En la calle 15 entre carrera 5 y 6 no hay un solo aviso que prohíba el parqueo de vehículo y sin embargo las grúas se llevan los carros y además los sábados y domingo permitían el parqueo en estas zonas y a hora no lo permiten. Inclusive ya no respetan los entierros ni las misas y ni los novenarios que se realizan en la parroquia de la Concepción pues la gente tiene que salir corriendo de las misas por que las camasbajas se han convertido en el enemigo número uno de las personas que asisten a los sepelios y actos religiosos en la Plaza Alfonso López, y eso no está bien señores del tránsito hay que respetar.
Por eso solicito con todo respeto a la directora del Transito que se estudie una reglamentación para la calle 15 entre carrera 4 y 6. Cuando los funcionarios quieren hacer las cosas bien hechas, está demostrado que se pueden hacer. Si ellos solucionan estos dos casos recibirán el aplauso ciudadano.
Valledupar ya necesita que se le ponga orden en la casa y cuya prioridad sean los problema del día a dio de los ciudadanos, la seguridad, la movilidad, basuras, los parques, el espacio públicos y los carro muleros. Trabajo es lo que hay hacer señores funcionarios.
Yo no sé si aquí en nuestra ciudad hay alguna oficina de Control de Precio y si lo hay parece que no estuviera funcionando. Creo que es urgente una acción orientada a neutralizar la desbocada explotación de los especuladores en todos los sentidos. No solo se especula con los artículos de primera necesidad, especialmente con los comprendidos en la canasta familiar, sino también en los parqueaderos que no tienen una tarifa fija.
Por Alberto Herazo Palmera
Yo no sé si aquí en nuestra ciudad hay alguna oficina de Control de Precio y si lo hay parece que no estuviera funcionando. Creo que es urgente una acción orientada a neutralizar la desbocada explotación de los especuladores en todos los sentidos. No solo se especula con los artículos de primera necesidad, especialmente con los comprendidos en la canasta familiar, sino también en los parqueaderos que no tienen una tarifa fija.
Las medidas que se tomen es, desde luego, plausible y sus efectos podrían ser de beneficio común si se cumplen con todo el rigor que demanda la gravedad de la situación. La oficina de Control de atajar los abusos de quienes se valen de las necesidades del pueblo para incrementar ganancia por medios reprensibles, creara sin duda una sensación de alivio a la comunidad. Y si pone en marcha una campaña de sanciones en desarrollo de la cual numerosos especuladores reciban el condigno castigo, sería mejor. Otro sistema de control sería someter a los comerciantes y parqueaderos a la sujeción de una tabla de precios que para mayor garantía del público, debería ser fijada en sitios visibles en estos establecimientos y parqueo.
Al mismo tiempo quiero referirme a otro hecho: la Secretaria de Tránsito y Transporte desde hace algunos días comenzó una jornada de regulación del estacionamiento de vehículos, unas medidas de disciplina social que Valledupar venía reclamando hace tiempo, se trata de eliminar el estacionamiento en las aceras y en algunas carreras y calles, una vieja costumbre que, con insolente irrespeto por los derechos del peatón venían practicando los propietarios de motos, de vehículos particulares y no particulares en el centro de la ciudad. Es justo y quiero reconocer la eficacia y la energía con que las grúas o camabajas remueven los vehículos que se apoderan de espacios no permitidos para parqueos. Sin embargo parece que esto se ha convertido en un gran negocio y aprovecho para protestar enérgicamente por los abusos que cometen algunos agentes de la policía y me voy a referir específicamente al caso de la Plaza Alfonso López. El primer gran error cometido por la Secretaría de Tránsito fue haber prohibido el parqueo sobre la calle 15 entre carrera 4 y 6, congestionando la carrera sexta entre calles 15 y 16. En la calle 15 entre carrera 5 y 6 no hay un solo aviso que prohíba el parqueo de vehículo y sin embargo las grúas se llevan los carros y además los sábados y domingo permitían el parqueo en estas zonas y a hora no lo permiten. Inclusive ya no respetan los entierros ni las misas y ni los novenarios que se realizan en la parroquia de la Concepción pues la gente tiene que salir corriendo de las misas por que las camasbajas se han convertido en el enemigo número uno de las personas que asisten a los sepelios y actos religiosos en la Plaza Alfonso López, y eso no está bien señores del tránsito hay que respetar.
Por eso solicito con todo respeto a la directora del Transito que se estudie una reglamentación para la calle 15 entre carrera 4 y 6. Cuando los funcionarios quieren hacer las cosas bien hechas, está demostrado que se pueden hacer. Si ellos solucionan estos dos casos recibirán el aplauso ciudadano.
Valledupar ya necesita que se le ponga orden en la casa y cuya prioridad sean los problema del día a dio de los ciudadanos, la seguridad, la movilidad, basuras, los parques, el espacio públicos y los carro muleros. Trabajo es lo que hay hacer señores funcionarios.