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Columnista - 5 julio, 2018

Esencia y acción del ecologismo hoy (II)

Para darle continuidad a este tema, digamos que recientemente los activista ecológicos han recogido la consigna de “desarrollo sin destrucción”, expresando así la necesidad de continuar el progreso pero haciendo consideración de la implicaciones ecológicas. Este principio orientador cabe dentro de los lineamientos generales de utilizar todas las oportunidades posibles dentro del sistema para someter […]

Boton Wpp

Para darle continuidad a este tema, digamos que recientemente los activista ecológicos han recogido la consigna de “desarrollo sin destrucción”, expresando así la necesidad de continuar el progreso pero haciendo consideración de la implicaciones ecológicas. Este principio orientador cabe dentro de los lineamientos generales de utilizar todas las oportunidades posibles dentro del sistema para someter la actividad económica privada al interés ecológicos colectivo. Sin embargo, es indudable que a medida que la lucha avanza, en el grado que esclarecen su naturaleza y sus implicaciones, toma cuerpo un cuestionamiento de fondo a las concesiones que subyacen en la organización social contemporánea particularmente en la modalidad capitalista, aunque tampoco están exentos los países socialistas. El proceso económico y el debate político cualquiera sea la apreciación que sobre ellos se tenga se supone orientados a la búsqueda del bienestar pero lo que este término designa es lo que ahora se critica y se desafía. En primer lugar porque los sectores más desfavorecidos del planeta no están dispuestos a aceptar una distribución del bienestar tan inequitativa como ahora.

Por bienestar ya no podrá entenderse el de una minoría. Ni tampoco podrán ser excluidos las generaciones futuras, ninguna minoría poderosa podrá mejorar su situación descargando los costos o las secuelas de la contaminación sobre la mayoría o sobre lo que están por nacer.

De otra parte, el bienestar ya no será más la alienación del consumo irracional. Esta prevención del pensamiento y el sentimiento sostenida por la naturaleza estructural del capitalismo deberá ser superada como condición de supervivencia de la especie como posibilidad de una vida decorosa para miles de millones de seres humanos relegados a la indigencia, y como necesidad de liberación humana de la esclavitud del consumo aberrante y la relación enajenada con las cosas.

La permanencia y trascendencia de la vida humana sobre el globo ha adquirido recientemente preocupantes matices de inestabilidad. Este hecho multicausal puede resumir sus origines en equivocados patrones de conducta para con el entorno: 1) irresponsabilidad. Tan pronto como el hombre fue adquiriendo herramientas que le hacían la vida más fácil, miró con mayor confianza el medio que le proveía su sustento y esa confianza hizo que comenzara a utilizar irresponsablemente lo que naturaleza le daba cada vez más y más. 2) imprevisión. Quien en aras del desarrollo ha olvidado que los recursos se agotan, que para cosechar hay que sembrar bien porque si no las cosechas no son buenas, perdió en los archivos de la memoria el significado de la palabra “proveer” y al ignorarla no miró las consecuencia de sus actos; son esas consecuencias de actitudes agresivas y vandálicas las que ahora lo acosan. 3). Consumismo que no es otra cosa que use y bote. 4) Contaminación de la existencia.
*Especializado en gestión ambiental.

Columnista
5 julio, 2018

Esencia y acción del ecologismo hoy (II)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Para darle continuidad a este tema, digamos que recientemente los activista ecológicos han recogido la consigna de “desarrollo sin destrucción”, expresando así la necesidad de continuar el progreso pero haciendo consideración de la implicaciones ecológicas. Este principio orientador cabe dentro de los lineamientos generales de utilizar todas las oportunidades posibles dentro del sistema para someter […]


Para darle continuidad a este tema, digamos que recientemente los activista ecológicos han recogido la consigna de “desarrollo sin destrucción”, expresando así la necesidad de continuar el progreso pero haciendo consideración de la implicaciones ecológicas. Este principio orientador cabe dentro de los lineamientos generales de utilizar todas las oportunidades posibles dentro del sistema para someter la actividad económica privada al interés ecológicos colectivo. Sin embargo, es indudable que a medida que la lucha avanza, en el grado que esclarecen su naturaleza y sus implicaciones, toma cuerpo un cuestionamiento de fondo a las concesiones que subyacen en la organización social contemporánea particularmente en la modalidad capitalista, aunque tampoco están exentos los países socialistas. El proceso económico y el debate político cualquiera sea la apreciación que sobre ellos se tenga se supone orientados a la búsqueda del bienestar pero lo que este término designa es lo que ahora se critica y se desafía. En primer lugar porque los sectores más desfavorecidos del planeta no están dispuestos a aceptar una distribución del bienestar tan inequitativa como ahora.

Por bienestar ya no podrá entenderse el de una minoría. Ni tampoco podrán ser excluidos las generaciones futuras, ninguna minoría poderosa podrá mejorar su situación descargando los costos o las secuelas de la contaminación sobre la mayoría o sobre lo que están por nacer.

De otra parte, el bienestar ya no será más la alienación del consumo irracional. Esta prevención del pensamiento y el sentimiento sostenida por la naturaleza estructural del capitalismo deberá ser superada como condición de supervivencia de la especie como posibilidad de una vida decorosa para miles de millones de seres humanos relegados a la indigencia, y como necesidad de liberación humana de la esclavitud del consumo aberrante y la relación enajenada con las cosas.

La permanencia y trascendencia de la vida humana sobre el globo ha adquirido recientemente preocupantes matices de inestabilidad. Este hecho multicausal puede resumir sus origines en equivocados patrones de conducta para con el entorno: 1) irresponsabilidad. Tan pronto como el hombre fue adquiriendo herramientas que le hacían la vida más fácil, miró con mayor confianza el medio que le proveía su sustento y esa confianza hizo que comenzara a utilizar irresponsablemente lo que naturaleza le daba cada vez más y más. 2) imprevisión. Quien en aras del desarrollo ha olvidado que los recursos se agotan, que para cosechar hay que sembrar bien porque si no las cosechas no son buenas, perdió en los archivos de la memoria el significado de la palabra “proveer” y al ignorarla no miró las consecuencia de sus actos; son esas consecuencias de actitudes agresivas y vandálicas las que ahora lo acosan. 3). Consumismo que no es otra cosa que use y bote. 4) Contaminación de la existencia.
*Especializado en gestión ambiental.