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Columnista - 5 diciembre, 2020

Escalona en Macondo

Suerte de nosotros, que no solo conocimos a Gabriel García Márquez, autor de Cien Años de Soledad, premio nobel de literatura para Colombia, si no que pudimos pararnos al lado de uno de los personajes que aparece en el libro, me refiero a Rafael Escalona Martínez. Increíble que Beto Murgas, sin auxilio de nadie, haya […]

Suerte de nosotros, que no solo conocimos a Gabriel García Márquez, autor de Cien Años de Soledad, premio nobel de literatura para Colombia, si no que pudimos pararnos al lado de uno de los personajes que aparece en el libro, me refiero a Rafael Escalona Martínez.

Increíble que Beto Murgas, sin auxilio de nadie, haya podido realizar un museo tan completo del acordeón, y el maestro Escalona teniendo tantos dolientes que unidos lograrían hacerle un bello museo al personaje de Macondo, no lo hayan hecho y solo se tiene como iniciativa usar su apellido como única herencia, dejada por quien hizo un legado monumental a nuestra cultura, no solo en canciones sino en personajes vivos en su tiempo, y algunos están vivos. Solo en Villanueva, pueblo al que más le cantó y a su gente, hay material suficiente para rescatar del inventor de un nuevo género literario musical que yo llamo ‘Romántico folclórico’, un ejemplo:

//Yo vi en río Cesar caer// en su corriente a un ahogao’ //
Y era un hombre que iba a ver // a su novia al otro lao’ //
Como el hombre iba abollao’ // el doctor Maye exclamó //
Escalona y que se ahogó// por andar de enamorao’//
Y solo un hombre atrevío’, se tira al Cesar crecío’
.

Cuando ese hombre se ha tirao’, ya no estaba enamorao.
En la curva del salguero//yo encontré un camión volteao’//
El chofer iba corriendo// porque estaba enamorado//
Lo encontré contramatao’ // con las dos piernas ‘quebrá’//
Me dijo que no era na// porque estaba enamorao’.

Una sola canción de Escalona es un cortometraje. Por esa línea se puede hacer mucho, el maestro maneja las imágenes con tanta solvencia que uno alcanza a ver al hombre que va abollado en las aguas crecidas del río. Hay tantas anécdotas de Rafael Escalona que me imagino que la herencia Escalona tiene como cien consignadas en un libro de apuntes. Todavía hay gente que puede relatar cosas de Escalona.

Recuperar la obra musical de Escalona, sus fotos, hay muchas en Sayco, su biografía, novela, cuentos, objetos personales, fotografía de todos los personajes que nombra en sus canciones, su importancia en la trayectoria política de algunos presidentes, su paso por Panamá, como cónsul de Colombia, sus amores; creo que el objetivo es resaltar su obra, hay tanto material para hacer un museo con la obra de Escalona, que en una hermosa sede sería un lujo para nación. Ojalá y no vaya aparecer un forastero que compre la casa en Patillal, donde nació el poeta de Macondo.

Columnista
5 diciembre, 2020

Escalona en Macondo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

Suerte de nosotros, que no solo conocimos a Gabriel García Márquez, autor de Cien Años de Soledad, premio nobel de literatura para Colombia, si no que pudimos pararnos al lado de uno de los personajes que aparece en el libro, me refiero a Rafael Escalona Martínez. Increíble que Beto Murgas, sin auxilio de nadie, haya […]


Suerte de nosotros, que no solo conocimos a Gabriel García Márquez, autor de Cien Años de Soledad, premio nobel de literatura para Colombia, si no que pudimos pararnos al lado de uno de los personajes que aparece en el libro, me refiero a Rafael Escalona Martínez.

Increíble que Beto Murgas, sin auxilio de nadie, haya podido realizar un museo tan completo del acordeón, y el maestro Escalona teniendo tantos dolientes que unidos lograrían hacerle un bello museo al personaje de Macondo, no lo hayan hecho y solo se tiene como iniciativa usar su apellido como única herencia, dejada por quien hizo un legado monumental a nuestra cultura, no solo en canciones sino en personajes vivos en su tiempo, y algunos están vivos. Solo en Villanueva, pueblo al que más le cantó y a su gente, hay material suficiente para rescatar del inventor de un nuevo género literario musical que yo llamo ‘Romántico folclórico’, un ejemplo:

//Yo vi en río Cesar caer// en su corriente a un ahogao’ //
Y era un hombre que iba a ver // a su novia al otro lao’ //
Como el hombre iba abollao’ // el doctor Maye exclamó //
Escalona y que se ahogó// por andar de enamorao’//
Y solo un hombre atrevío’, se tira al Cesar crecío’
.

Cuando ese hombre se ha tirao’, ya no estaba enamorao.
En la curva del salguero//yo encontré un camión volteao’//
El chofer iba corriendo// porque estaba enamorado//
Lo encontré contramatao’ // con las dos piernas ‘quebrá’//
Me dijo que no era na// porque estaba enamorao’.

Una sola canción de Escalona es un cortometraje. Por esa línea se puede hacer mucho, el maestro maneja las imágenes con tanta solvencia que uno alcanza a ver al hombre que va abollado en las aguas crecidas del río. Hay tantas anécdotas de Rafael Escalona que me imagino que la herencia Escalona tiene como cien consignadas en un libro de apuntes. Todavía hay gente que puede relatar cosas de Escalona.

Recuperar la obra musical de Escalona, sus fotos, hay muchas en Sayco, su biografía, novela, cuentos, objetos personales, fotografía de todos los personajes que nombra en sus canciones, su importancia en la trayectoria política de algunos presidentes, su paso por Panamá, como cónsul de Colombia, sus amores; creo que el objetivo es resaltar su obra, hay tanto material para hacer un museo con la obra de Escalona, que en una hermosa sede sería un lujo para nación. Ojalá y no vaya aparecer un forastero que compre la casa en Patillal, donde nació el poeta de Macondo.