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¿Estará dispuesto Ernesto Orozco, como alcalde de Valledupar, a dilapidar la hoja de vida que hizo y la reputación que construyó?
Muchos, incluído yo, elogiamos más de una vez la gestión de Ernesto Orozco cuando estuvo en la dirección de la caja de compensación, Comfacesar. Mientras fue director de esa entidad, supo manejar las relaciones públicas institucionales con gobernadores y alcaldes; las empresas privadas lo veían con buenos ojos, se relacionó con los políticos y hasta donde pudo evitó para la caja la politiquería.
A Ernesto, sin ser un político de oficio, tampoco le quedaba grande entender la política, de hecho había sido concejal de Valledupar.
Sostuvo una junta directiva decente en la caja de compensación, administró con funcionarios, que a pesar de ser sus amigos cercanos cumplían bien sus directrices y hacían junto a el un buen equipo, con metas y ejecuciones. Puso incluso sucesor y todo indica que eligió a un profesional menos político que el y con perfil de gerente.
En su paso por Comfacesar casi todo el tiempo sostuvo para la entidad y para el mismo una buena reputación. Salió a tiempo de Comfacesar (siempre se deberá evitar que a esta entidad la contamine la politiquería).
¿Estará dispuesto Ernesto Orozco, como alcalde de Valledupar, a dilapidar la hoja de vida que hizo y la reputación que construyó? El que no sabe de dónde viene se monta en lo que sea y como sea y cuando se monta, cualquier bus le sirve. Pero el que tiene criterio y es gente, no todo bus le sirve y no siempre está dispuesto a hacer lo que sea y como sea.
Yo considero que Ernesto Orozco es gente. ¿Tendrá el carácter suficiente para una buena gestión? Anuncia Ernesto Orozco, un año 2025 de ejecuciones en la alcaldía de Valledupar. Viene de un primer año de gobierno donde tramito un empréstito de mas de 150 mil millones de pesos. Anuncia además 4 grandes obras y evidencia un buen relacionamiento con la Gobernación del Cesar y tiene a su lado a un congresista que tiene cercanía con el gobierno nacional. ¿Pero aguantará Ernesto el voltaje?
Quienes vienen precedidos de familiares políticos, tienen la ventaja que tienen espalda suficiente para seguir en lo público y especialmente en la política, durante años y heredarlo a sus descendientes, así hagan las cosas mal y realicen una pésima gestión como servidores públicos; pero quien proviene de la clase media (No lo digo despectivamente) y no trae herencia económica o patrimonio político, si en un cargo como el de alcalde, hace las cosas mal o regular, el pueblo se la castiga para todo el resto de su vida.
La vida personal de Ernesto Orozco, que no viene al caso, evidencia que a el en su juventud, le tocó, eso que le toca muchas veces a la clase media, esfuerzo. Eso tiene su mérito, pero también su castigo cuando en el ascenso, se deja uno contaminar del arribismo.
Ernesto entiende la vida, ya está grandecito y ya sabe lo que hace. Está obligado a ser un alcalde transparente en el manejo de los recursos públicos y entender que personas como el, si pierden la reputación, terminan perdiendo hasta el modo de caminar.
La prueba de fuego, no es que este sea el año de las grandes obras para Valledupar, el propósito o deber ser, es que además del anunció de esas obras, haya conciencia de planeación, de ejecución con celeridad, de no prórrogas en tiempo, de no adiciones en valor de los contratos, de no sobrecostos, de no corrupción y de manejo transparente.
Los cargos públicos, hasta los de elección popular, son prestados. Uno es dueño de su reputación y de uno mismo es de quién depende perderla.
Los servidores públicos siempre tendrán un riesgo reputacional. Un alcalde de una ciudad como Valledupar no está exento de que hablen negativamente o critiquen su gestión, pero al momento de ocupar un cargo público por elección popular, se debe saber de dónde viene uno y para donde uno va. Si a uno no le interesa el desprestigio y que la reputación de uno quede por el suelo, va uno con viaje para lo bueno, lo malo y lo regular. En cambio si uno quiere hacer las cosas bien, puede que algunas cosas salgan regular y otras mal, pero la gente entiende que uno obró de la mejor forma posible.
Nadie está buscando un alcalde perfecto, pero sí un buen alcalde. Uno que entienda, que no se trata de que al momento de salir del cargo, la reputación la tenga por el suelo.
Por: Quintín Quintero
¿Estará dispuesto Ernesto Orozco, como alcalde de Valledupar, a dilapidar la hoja de vida que hizo y la reputación que construyó?
Muchos, incluído yo, elogiamos más de una vez la gestión de Ernesto Orozco cuando estuvo en la dirección de la caja de compensación, Comfacesar. Mientras fue director de esa entidad, supo manejar las relaciones públicas institucionales con gobernadores y alcaldes; las empresas privadas lo veían con buenos ojos, se relacionó con los políticos y hasta donde pudo evitó para la caja la politiquería.
A Ernesto, sin ser un político de oficio, tampoco le quedaba grande entender la política, de hecho había sido concejal de Valledupar.
Sostuvo una junta directiva decente en la caja de compensación, administró con funcionarios, que a pesar de ser sus amigos cercanos cumplían bien sus directrices y hacían junto a el un buen equipo, con metas y ejecuciones. Puso incluso sucesor y todo indica que eligió a un profesional menos político que el y con perfil de gerente.
En su paso por Comfacesar casi todo el tiempo sostuvo para la entidad y para el mismo una buena reputación. Salió a tiempo de Comfacesar (siempre se deberá evitar que a esta entidad la contamine la politiquería).
¿Estará dispuesto Ernesto Orozco, como alcalde de Valledupar, a dilapidar la hoja de vida que hizo y la reputación que construyó? El que no sabe de dónde viene se monta en lo que sea y como sea y cuando se monta, cualquier bus le sirve. Pero el que tiene criterio y es gente, no todo bus le sirve y no siempre está dispuesto a hacer lo que sea y como sea.
Yo considero que Ernesto Orozco es gente. ¿Tendrá el carácter suficiente para una buena gestión? Anuncia Ernesto Orozco, un año 2025 de ejecuciones en la alcaldía de Valledupar. Viene de un primer año de gobierno donde tramito un empréstito de mas de 150 mil millones de pesos. Anuncia además 4 grandes obras y evidencia un buen relacionamiento con la Gobernación del Cesar y tiene a su lado a un congresista que tiene cercanía con el gobierno nacional. ¿Pero aguantará Ernesto el voltaje?
Quienes vienen precedidos de familiares políticos, tienen la ventaja que tienen espalda suficiente para seguir en lo público y especialmente en la política, durante años y heredarlo a sus descendientes, así hagan las cosas mal y realicen una pésima gestión como servidores públicos; pero quien proviene de la clase media (No lo digo despectivamente) y no trae herencia económica o patrimonio político, si en un cargo como el de alcalde, hace las cosas mal o regular, el pueblo se la castiga para todo el resto de su vida.
La vida personal de Ernesto Orozco, que no viene al caso, evidencia que a el en su juventud, le tocó, eso que le toca muchas veces a la clase media, esfuerzo. Eso tiene su mérito, pero también su castigo cuando en el ascenso, se deja uno contaminar del arribismo.
Ernesto entiende la vida, ya está grandecito y ya sabe lo que hace. Está obligado a ser un alcalde transparente en el manejo de los recursos públicos y entender que personas como el, si pierden la reputación, terminan perdiendo hasta el modo de caminar.
La prueba de fuego, no es que este sea el año de las grandes obras para Valledupar, el propósito o deber ser, es que además del anunció de esas obras, haya conciencia de planeación, de ejecución con celeridad, de no prórrogas en tiempo, de no adiciones en valor de los contratos, de no sobrecostos, de no corrupción y de manejo transparente.
Los cargos públicos, hasta los de elección popular, son prestados. Uno es dueño de su reputación y de uno mismo es de quién depende perderla.
Los servidores públicos siempre tendrán un riesgo reputacional. Un alcalde de una ciudad como Valledupar no está exento de que hablen negativamente o critiquen su gestión, pero al momento de ocupar un cargo público por elección popular, se debe saber de dónde viene uno y para donde uno va. Si a uno no le interesa el desprestigio y que la reputación de uno quede por el suelo, va uno con viaje para lo bueno, lo malo y lo regular. En cambio si uno quiere hacer las cosas bien, puede que algunas cosas salgan regular y otras mal, pero la gente entiende que uno obró de la mejor forma posible.
Nadie está buscando un alcalde perfecto, pero sí un buen alcalde. Uno que entienda, que no se trata de que al momento de salir del cargo, la reputación la tenga por el suelo.
Por: Quintín Quintero