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Columnista - 9 septiembre, 2024

Ernesto, ¿Cuándo vas a arreglar esto?

Valledupar, una ciudad vibrante y rica en cultura, ha visto cómo la seguridad se desmorona de manera alarmante en los últimos meses. Ernesto Orozco, electo como alcalde con el lema “Ernesto, arregla esto”, ya lleva nueve meses en el cargo y la inseguridad sigue siendo protagonista en la vida diaria de los vallenatos. Atracos a plena luz del día, hurtos en barrios de alto nivel y en los sectores más vulnerables son el pan de cada día. La promesa de un cambio se diluye entre el desconcierto y la frustración de los ciudadanos.

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Valledupar, una ciudad vibrante y rica en cultura, ha visto cómo la seguridad se desmorona de manera alarmante en los últimos meses. Ernesto Orozco, electo como alcalde con el lema “Ernesto, arregla esto”, ya lleva nueve meses en el cargo y la inseguridad sigue siendo protagonista en la vida diaria de los vallenatos. Atracos a plena luz del día, hurtos en barrios de alto nivel y en los sectores más vulnerables son el pan de cada día. La promesa de un cambio se diluye entre el desconcierto y la frustración de los ciudadanos.

El panorama es desolador. No importa si se vive en Novalito, una de las zonas más exclusivas, o en barrios como “las Torres”, donde la vulnerabilidad es constante; el miedo se ha apoderado de todos. Los atracos y hurtos violentos no discriminan. De un extremo a otro de la ciudad, el temor y la incertidumbre crecen. Es cada vez más común escuchar cómo un vecino, amigo o familiar ha sido víctima de un hurto violento, mientras los delincuentes parecen actuar con descaro, como si las calles les pertenecieran. Valledupar ha perdido la tranquilidad.

Quienes confiaron en Orozco, yo incluido, lo hicieron porque ofreció soluciones inmediatas a los problemas más graves de la ciudad, siendo la seguridad uno de los pilares de su campaña. Prometió actuar con rapidez y determinación. Pero la realidad ha sido otra. Las medidas adoptadas hasta el momento han sido insuficientes. La criminalidad sigue al alza y los ciudadanos, que esperaban resultados tangibles, ahora se preguntan: ¿qué más hace falta para que el alcalde actúe con firmeza?

El tiempo de las promesas quedó atrás. Es momento de que el alcalde Orozco ponga la seguridad en el centro de su agenda y adopte soluciones reales y urgentes. Las cifras de criminalidad no pueden ser solo un número en los informes; deben ser el motor de un cambio efectivo. La ciudad necesita más que patrullajes aleatorios o retenes molestos. Valledupar requiere una estrategia integral basada en tecnología, inteligencia y planificación.

¿Qué hacer? Para empezar, el uso de cámaras de seguridad con tecnología avanzada debería ser una prioridad. Equipadas con inteligencia artificial, estas cámaras podrían monitorear puntos críticos de la ciudad, identificando situaciones sospechosas en tiempo real. Los drones también serían una herramienta útil para vigilar zonas de alta criminalidad sin invadir la vida diaria de los ciudadanos. Estas tecnologías deben estar al servicio de la prevención, no de la represión indiscriminada.

La implementación de sistemas de análisis de datos también es crucial. Con ellos, se podrían identificar las zonas de mayor riesgo y distribuir los recursos policiales de manera eficiente, enfocándose en los lugares y momentos donde más se necesita presencia, sin la necesidad de saturar a la ciudadanía con retenes invasivos.

Otra pieza clave es el fortalecimiento de la policía de proximidad. Los agentes deben ser conocidos por sus comunidades, estar integrados en los vecindarios y generar confianza en los ciudadanos. Esto no solo mejora la percepción de seguridad, sino que fomenta la colaboración de la comunidad con las autoridades. La seguridad debe ser un esfuerzo conjunto, donde los ciudadanos se sientan parte de la solución.

Ernesto, querido alcalde, ya es momento de actuar. Valledupar no puede esperar más para recuperar la seguridad en sus calles. Esta es tu oportunidad de demostrar que no fuiste solo un eslogan de campaña, sino un líder capaz de enfrentar los retos más graves de nuestra ciudad.

Las medidas deben ser concretas y efectivas, combinando tecnología, inteligencia policial y la colaboración ciudadana. La seguridad de Valledupar no puede seguir siendo una promesa vacía. La pregunta que todos nos hacemos sigue siendo la misma: ¿cuándo vas a arreglar esto?

Por Hugo Mendoza 

Columnista
9 septiembre, 2024

Ernesto, ¿Cuándo vas a arreglar esto?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hugo Mendoza

Valledupar, una ciudad vibrante y rica en cultura, ha visto cómo la seguridad se desmorona de manera alarmante en los últimos meses. Ernesto Orozco, electo como alcalde con el lema “Ernesto, arregla esto”, ya lleva nueve meses en el cargo y la inseguridad sigue siendo protagonista en la vida diaria de los vallenatos. Atracos a plena luz del día, hurtos en barrios de alto nivel y en los sectores más vulnerables son el pan de cada día. La promesa de un cambio se diluye entre el desconcierto y la frustración de los ciudadanos.


Valledupar, una ciudad vibrante y rica en cultura, ha visto cómo la seguridad se desmorona de manera alarmante en los últimos meses. Ernesto Orozco, electo como alcalde con el lema “Ernesto, arregla esto”, ya lleva nueve meses en el cargo y la inseguridad sigue siendo protagonista en la vida diaria de los vallenatos. Atracos a plena luz del día, hurtos en barrios de alto nivel y en los sectores más vulnerables son el pan de cada día. La promesa de un cambio se diluye entre el desconcierto y la frustración de los ciudadanos.

El panorama es desolador. No importa si se vive en Novalito, una de las zonas más exclusivas, o en barrios como “las Torres”, donde la vulnerabilidad es constante; el miedo se ha apoderado de todos. Los atracos y hurtos violentos no discriminan. De un extremo a otro de la ciudad, el temor y la incertidumbre crecen. Es cada vez más común escuchar cómo un vecino, amigo o familiar ha sido víctima de un hurto violento, mientras los delincuentes parecen actuar con descaro, como si las calles les pertenecieran. Valledupar ha perdido la tranquilidad.

Quienes confiaron en Orozco, yo incluido, lo hicieron porque ofreció soluciones inmediatas a los problemas más graves de la ciudad, siendo la seguridad uno de los pilares de su campaña. Prometió actuar con rapidez y determinación. Pero la realidad ha sido otra. Las medidas adoptadas hasta el momento han sido insuficientes. La criminalidad sigue al alza y los ciudadanos, que esperaban resultados tangibles, ahora se preguntan: ¿qué más hace falta para que el alcalde actúe con firmeza?

El tiempo de las promesas quedó atrás. Es momento de que el alcalde Orozco ponga la seguridad en el centro de su agenda y adopte soluciones reales y urgentes. Las cifras de criminalidad no pueden ser solo un número en los informes; deben ser el motor de un cambio efectivo. La ciudad necesita más que patrullajes aleatorios o retenes molestos. Valledupar requiere una estrategia integral basada en tecnología, inteligencia y planificación.

¿Qué hacer? Para empezar, el uso de cámaras de seguridad con tecnología avanzada debería ser una prioridad. Equipadas con inteligencia artificial, estas cámaras podrían monitorear puntos críticos de la ciudad, identificando situaciones sospechosas en tiempo real. Los drones también serían una herramienta útil para vigilar zonas de alta criminalidad sin invadir la vida diaria de los ciudadanos. Estas tecnologías deben estar al servicio de la prevención, no de la represión indiscriminada.

La implementación de sistemas de análisis de datos también es crucial. Con ellos, se podrían identificar las zonas de mayor riesgo y distribuir los recursos policiales de manera eficiente, enfocándose en los lugares y momentos donde más se necesita presencia, sin la necesidad de saturar a la ciudadanía con retenes invasivos.

Otra pieza clave es el fortalecimiento de la policía de proximidad. Los agentes deben ser conocidos por sus comunidades, estar integrados en los vecindarios y generar confianza en los ciudadanos. Esto no solo mejora la percepción de seguridad, sino que fomenta la colaboración de la comunidad con las autoridades. La seguridad debe ser un esfuerzo conjunto, donde los ciudadanos se sientan parte de la solución.

Ernesto, querido alcalde, ya es momento de actuar. Valledupar no puede esperar más para recuperar la seguridad en sus calles. Esta es tu oportunidad de demostrar que no fuiste solo un eslogan de campaña, sino un líder capaz de enfrentar los retos más graves de nuestra ciudad.

Las medidas deben ser concretas y efectivas, combinando tecnología, inteligencia policial y la colaboración ciudadana. La seguridad de Valledupar no puede seguir siendo una promesa vacía. La pregunta que todos nos hacemos sigue siendo la misma: ¿cuándo vas a arreglar esto?

Por Hugo Mendoza