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Editorial - 21 septiembre, 2014

Entre sequía, agua y basura

De un momento a otro la sequía que azotaba la zona Caribe, con mayor ahínco en La Guajira, se ha ido diluyendo en parte porque afortunadamente el temido fenómeno de El Niño se hizo agua. Las lluvias de los últimos días han sido recibidas con entusiasmo por parte de los agricultores, ganaderos y habitantes de […]

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De un momento a otro la sequía que azotaba la zona Caribe, con mayor ahínco en La Guajira, se ha ido diluyendo en parte porque afortunadamente el temido fenómeno de El Niño se hizo agua. Las lluvias de los últimos días han sido recibidas con entusiasmo por parte de los agricultores, ganaderos y habitantes de las poblaciones donde sintieron el rigor de la escasez del agua. Esto no significa que se ha resuelto el problema del agua, sino que se mitigó de alguna manera.

El hecho es que cada día trae su afán y ahora es la lluvia la que pone en aprietos a muchas comunidades de la Costa Atlántica, entre esas a algunas del Cesar, especialmente las que viven a orillas de los ríos o en terrenos de alto riesgo. En Valledupar las familias que más riesgo tienen son las que viven en la margen derecha del río Guatapurí, que afortunadamente cientos de estas ya fueron reubicadas y hoy viven en mejores condiciones.

Sin duda la lluvia trae buenas noticias para unos y malas para otros. Los brotes de enfermedades como el dengue o el ahora temido chikungunya es una de las malas y en ese sentido se necesita todo el interés y conciencia de la ciudadanía para que mantengan limpias sus viviendas y evitar criaderos de los mosquitos transmisores. Hay un tema que preocupa aún más, que parece no tener dolientes y es la basura acumulada en las calles, avenidas, bulevares y en las rejillas del alcantarillado pluvial, que se convierten en un verdadero riesgo para la salud de los vallenatos.

Este último no es un tema nuevo y se observa en tiempo seco y de lluvia; es decir, todo el año. Infortunadamente la empresa de servicios públicos de Valledupar, Emdupar, no es rigurosa en el mantenimiento de las rejillas, que se convierten en acumuladoras de basuras y por ende de mosquitos, eso sin contar que no cumplen con su principal función que es el desagüe del agua lluvia. Ahora que las autoridades de salud y los medios de comunicación hacemos llamados para cambiar de actitud frente al aseo en viviendas, es bueno que Emdupar y la concesión de aseo, Interaseo, también refuercen su trabajo de mantenimiento y motiven a la ciudadanía a no arrojar desechos a las corrientes de agua, que son los que finalmente taponan las rejillas o quedan esparcidos por calles y avenidas.

Se necesita a Emdupar y a Interaseo más comprometidas con el aseo de la ciudad. Que se note su trabajo de norte a sur, no solo en unos sectores y en otros no.

Editorial
21 septiembre, 2014

Entre sequía, agua y basura

De un momento a otro la sequía que azotaba la zona Caribe, con mayor ahínco en La Guajira, se ha ido diluyendo en parte porque afortunadamente el temido fenómeno de El Niño se hizo agua. Las lluvias de los últimos días han sido recibidas con entusiasmo por parte de los agricultores, ganaderos y habitantes de […]


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De un momento a otro la sequía que azotaba la zona Caribe, con mayor ahínco en La Guajira, se ha ido diluyendo en parte porque afortunadamente el temido fenómeno de El Niño se hizo agua. Las lluvias de los últimos días han sido recibidas con entusiasmo por parte de los agricultores, ganaderos y habitantes de las poblaciones donde sintieron el rigor de la escasez del agua. Esto no significa que se ha resuelto el problema del agua, sino que se mitigó de alguna manera.

El hecho es que cada día trae su afán y ahora es la lluvia la que pone en aprietos a muchas comunidades de la Costa Atlántica, entre esas a algunas del Cesar, especialmente las que viven a orillas de los ríos o en terrenos de alto riesgo. En Valledupar las familias que más riesgo tienen son las que viven en la margen derecha del río Guatapurí, que afortunadamente cientos de estas ya fueron reubicadas y hoy viven en mejores condiciones.

Sin duda la lluvia trae buenas noticias para unos y malas para otros. Los brotes de enfermedades como el dengue o el ahora temido chikungunya es una de las malas y en ese sentido se necesita todo el interés y conciencia de la ciudadanía para que mantengan limpias sus viviendas y evitar criaderos de los mosquitos transmisores. Hay un tema que preocupa aún más, que parece no tener dolientes y es la basura acumulada en las calles, avenidas, bulevares y en las rejillas del alcantarillado pluvial, que se convierten en un verdadero riesgo para la salud de los vallenatos.

Este último no es un tema nuevo y se observa en tiempo seco y de lluvia; es decir, todo el año. Infortunadamente la empresa de servicios públicos de Valledupar, Emdupar, no es rigurosa en el mantenimiento de las rejillas, que se convierten en acumuladoras de basuras y por ende de mosquitos, eso sin contar que no cumplen con su principal función que es el desagüe del agua lluvia. Ahora que las autoridades de salud y los medios de comunicación hacemos llamados para cambiar de actitud frente al aseo en viviendas, es bueno que Emdupar y la concesión de aseo, Interaseo, también refuercen su trabajo de mantenimiento y motiven a la ciudadanía a no arrojar desechos a las corrientes de agua, que son los que finalmente taponan las rejillas o quedan esparcidos por calles y avenidas.

Se necesita a Emdupar y a Interaseo más comprometidas con el aseo de la ciudad. Que se note su trabajo de norte a sur, no solo en unos sectores y en otros no.