Desde sus inicios la humanidad ha estado rodeada por preguntas como: ¿Qué futuro nos espera? ¿Cómo será el mundo del mañana? ¿Es factible conocer el futuro? ¿De qué nos sirve hacerlo?
La prospectiva como disciplina tiene su génesis en la década de 1940, como método de anticipación de escenarios posibles en los ámbitos militar y tecnológico.
A partir de allí se transformó en una base metodológica y epistemológica para prever o anticipar escenarios en situaciones complejas fuera de esos campos.
Hacia finales de la década del cincuenta, el filósofo francés Gastón Berger comenzó a hablar de la necesidad de contar con un espíritu que permitiera al hombre “observar lejos de una manera amplia y profunda”.
Para Berger, “una ciencia del hombre del mañana” (antropología prospectiva) tiene como tarea sacar a luz las aspiraciones humanas, estudiando las diferentes situaciones a las que el género humano podría enfrentarse en el futuro, y define el futuro como “la razón de ser del presente”.
Desde sus inicios la humanidad ha estado rodeada por preguntas como: ¿Qué futuro nos espera? ¿Cómo será el mundo del mañana? ¿Es factible conocer el futuro? ¿De qué nos sirve hacerlo?
Las lecciones que deja el 2021 están relacionadas con los efectos de la pandemia propuesta por el covid-19, que hacen más evidentes las brechas entre los países industrializados y el mundo en desarrollo.
El desafío para el mundo sigue siendo procurar una distribución más justa de los recursos y medidas de protección, sobre todo, ahora que la pandemia comienza a desaparecer de los titulares, pero no de las vidas cotidianas de mucha gente.
PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
Según las Perspectivas Económicas de la OCDE, la recuperación mundial continúa, pero su impulso se ha moderado y se está volviendo cada vez más desequilibrado.
El hecho de no garantizar una vacunación rápida y eficaz en todas partes está resultando costoso y la incertidumbre sigue siendo alta debido a la aparición de nuevas variantes del virus.
La producción en la mayoría de los países de la OCDE ha superado el nivel alcanzado a fines de 2019 y está volviendo gradualmente al camino esperado antes de la pandemia.
Sin embargo, las economías de bajos ingresos, en particular aquellas donde las tasas de vacunación contra COVID-19 aún son bajas, corren el riesgo de quedarse atrás.
El Outlook proyecta un repunte en el crecimiento económico global a 5.6 % este año y 4.5 % en 2022, antes de volver a establecerse en 3.2 % en 2023, cerca de las tasas vistas antes de la pandemia.
El crecimiento económico en América Latina y el Caribe en 2021 fue del 6,3 % del PIB, comportamiento positivo después de la fuerte recesión del 2020.
Diferentes organizaciones económicas de la región vaticinan que mantener estos niveles de crecimiento será difícil en los próximos años, por lo que los países de la región deberán reforzar sus sistemas de protección social, invertir más y mejor en infraestructuras y trabajar en aumentar la productividad y competitividad.
ECONOMÍA COLOMBIANA EN 2022
La problemática de la inflación aún tiene que sortear la incertidumbre de la pandemia, las acciones tomadas en el mundo no deben ser ignoradas en el país, para que la fórmula del alza de las tasas de interés no generen efectos adversos como caída de la inversión, el consumo y un menor crecimiento.
La inflación impacta el mercado laboral, relacionado con los empleos, las vacantes y la espiral salarios-precios.
La devaluación del peso, susceptible de los factores externos como el precio del dólar, que en lo corrido de esta vigencia alcanzó un promedio de $3.738.12, genera advertencias al gobierno, para 2022, especialmente, porque el precio de esta moneda podría estar cercano al promedio de 2021.
En cuanto al comportamiento del PIB de 2022, se prevé un crecimiento moderado. Entre varios actores del mercado el más optimista es la OCDE, que prevé un crecimiento de 5,5 % en 2022, el FMI espera que la economía se expanda 3,8%, mientras que para el Banco Mundial la previsión está en 4,2 %. El Banco de la República espera un 4,7 %, Corficolombiana un 5 % y Fedesarrollo 4,5 %.
ELECCIONES
El 13 de marzo del próximo año serán las elecciones para el Congreso y las consultas internas para la Presidencia, ambos procesos constituyen el primer pulso para el proceso electoral presidencial del 29 de mayo.
Realizadas las consultas tomarán fuerzas las candidaturas presidenciales y la conformación del nuevo Congreso augurará las posibilidades de gobernabilidad para el nuevo gobierno.
Es muy probable que los partidos con mayoría en ambas cámaras del Congreso mantengan esa tendencia, no obstante, seguro perderán curules con destino a los movimientos minoritarios.
Son muchos los desafíos que enfrentará el país el próximo año, la pobreza que ronda el 42,5 por ciento, requiere que por fin sean implementadas las reformas que solucionen los problemas de manera real, permitir que siga creciendo este problema significa repotenciación de un fenómeno muy peligroso, valorado con las argucias ideológicas y con clara evidencia de incapacidad.
Estimados contertulios esta columna se va de vacaciones, para todos un abrazo afectuoso y mis mejores deseos de salud, prosperidad y valentía para enfrentar los retos del próximo año. Seguimos hablando. @LuchoDiaz12.
Por Luis Elquis Díaz
Desde sus inicios la humanidad ha estado rodeada por preguntas como: ¿Qué futuro nos espera? ¿Cómo será el mundo del mañana? ¿Es factible conocer el futuro? ¿De qué nos sirve hacerlo?
La prospectiva como disciplina tiene su génesis en la década de 1940, como método de anticipación de escenarios posibles en los ámbitos militar y tecnológico.
A partir de allí se transformó en una base metodológica y epistemológica para prever o anticipar escenarios en situaciones complejas fuera de esos campos.
Hacia finales de la década del cincuenta, el filósofo francés Gastón Berger comenzó a hablar de la necesidad de contar con un espíritu que permitiera al hombre “observar lejos de una manera amplia y profunda”.
Para Berger, “una ciencia del hombre del mañana” (antropología prospectiva) tiene como tarea sacar a luz las aspiraciones humanas, estudiando las diferentes situaciones a las que el género humano podría enfrentarse en el futuro, y define el futuro como “la razón de ser del presente”.
Desde sus inicios la humanidad ha estado rodeada por preguntas como: ¿Qué futuro nos espera? ¿Cómo será el mundo del mañana? ¿Es factible conocer el futuro? ¿De qué nos sirve hacerlo?
Las lecciones que deja el 2021 están relacionadas con los efectos de la pandemia propuesta por el covid-19, que hacen más evidentes las brechas entre los países industrializados y el mundo en desarrollo.
El desafío para el mundo sigue siendo procurar una distribución más justa de los recursos y medidas de protección, sobre todo, ahora que la pandemia comienza a desaparecer de los titulares, pero no de las vidas cotidianas de mucha gente.
PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
Según las Perspectivas Económicas de la OCDE, la recuperación mundial continúa, pero su impulso se ha moderado y se está volviendo cada vez más desequilibrado.
El hecho de no garantizar una vacunación rápida y eficaz en todas partes está resultando costoso y la incertidumbre sigue siendo alta debido a la aparición de nuevas variantes del virus.
La producción en la mayoría de los países de la OCDE ha superado el nivel alcanzado a fines de 2019 y está volviendo gradualmente al camino esperado antes de la pandemia.
Sin embargo, las economías de bajos ingresos, en particular aquellas donde las tasas de vacunación contra COVID-19 aún son bajas, corren el riesgo de quedarse atrás.
El Outlook proyecta un repunte en el crecimiento económico global a 5.6 % este año y 4.5 % en 2022, antes de volver a establecerse en 3.2 % en 2023, cerca de las tasas vistas antes de la pandemia.
El crecimiento económico en América Latina y el Caribe en 2021 fue del 6,3 % del PIB, comportamiento positivo después de la fuerte recesión del 2020.
Diferentes organizaciones económicas de la región vaticinan que mantener estos niveles de crecimiento será difícil en los próximos años, por lo que los países de la región deberán reforzar sus sistemas de protección social, invertir más y mejor en infraestructuras y trabajar en aumentar la productividad y competitividad.
ECONOMÍA COLOMBIANA EN 2022
La problemática de la inflación aún tiene que sortear la incertidumbre de la pandemia, las acciones tomadas en el mundo no deben ser ignoradas en el país, para que la fórmula del alza de las tasas de interés no generen efectos adversos como caída de la inversión, el consumo y un menor crecimiento.
La inflación impacta el mercado laboral, relacionado con los empleos, las vacantes y la espiral salarios-precios.
La devaluación del peso, susceptible de los factores externos como el precio del dólar, que en lo corrido de esta vigencia alcanzó un promedio de $3.738.12, genera advertencias al gobierno, para 2022, especialmente, porque el precio de esta moneda podría estar cercano al promedio de 2021.
En cuanto al comportamiento del PIB de 2022, se prevé un crecimiento moderado. Entre varios actores del mercado el más optimista es la OCDE, que prevé un crecimiento de 5,5 % en 2022, el FMI espera que la economía se expanda 3,8%, mientras que para el Banco Mundial la previsión está en 4,2 %. El Banco de la República espera un 4,7 %, Corficolombiana un 5 % y Fedesarrollo 4,5 %.
ELECCIONES
El 13 de marzo del próximo año serán las elecciones para el Congreso y las consultas internas para la Presidencia, ambos procesos constituyen el primer pulso para el proceso electoral presidencial del 29 de mayo.
Realizadas las consultas tomarán fuerzas las candidaturas presidenciales y la conformación del nuevo Congreso augurará las posibilidades de gobernabilidad para el nuevo gobierno.
Es muy probable que los partidos con mayoría en ambas cámaras del Congreso mantengan esa tendencia, no obstante, seguro perderán curules con destino a los movimientos minoritarios.
Son muchos los desafíos que enfrentará el país el próximo año, la pobreza que ronda el 42,5 por ciento, requiere que por fin sean implementadas las reformas que solucionen los problemas de manera real, permitir que siga creciendo este problema significa repotenciación de un fenómeno muy peligroso, valorado con las argucias ideológicas y con clara evidencia de incapacidad.
Estimados contertulios esta columna se va de vacaciones, para todos un abrazo afectuoso y mis mejores deseos de salud, prosperidad y valentía para enfrentar los retos del próximo año. Seguimos hablando. @LuchoDiaz12.
Por Luis Elquis Díaz