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Deportes - 2 marzo, 2021

Entre el fútbol y la música: el dilema de la vida de Jorge Oñate

Así como la música vallenata está de luto, el fútbol también llora la partida de Jorge Oñate, quien en su juventud demostró ser un jugador con gambetas que dejaban en el suelo a sus rivales y en el vallenato le probó al mundo que era un artista ‘invencible’.

Jorge Oñate compartió con los futbolistas de su natal La Paz. 

FOTO/CORTESÍA.
Jorge Oñate compartió con los futbolistas de su natal La Paz. FOTO/CORTESÍA.

Escuchar el nombre de Jorge Oñate es evocar sus canciones, melodías que hablaron de amor, traición, mujeres y de sentimientos incomprendidos. Pero también es cierto que, como cita una de sus interpretaciones, el maestro vivió un dilema en su vida, puesto que la música y el fútbol fueron las dos pasiones que dividieron en dos el corazón del ‘Jilguero de América’.

Lee también: En el barrio Don Alberto de Valledupar está el único busto en honor a Jorge Oñate

En la época donde Jorge Oñate usaba su voz para cantar los goles que anotaba se vivía una corriente futbolera brasileña de los años 60 y 70 donde todos los niños de aquellos tiempos soñaban con ser como Pelé, Garrincha, Quarentinha u otras figuras de la selección ‘verdeamarela’.

Por aquellos años también se vivía una confrontación deportiva entre el equipo Juventud Pacífica y los clubes de Valledupar, ya que el municipio de La Paz tenía una generación de buenos jugadores que nutrieron por muchos años la Selección Cesar de fútbol masculino.

Así mismo, los duelos se extendían al interior de las instituciones educativas debido a que muchos pacíficos estudiaban en Valledupar, lo que hacía prolongar esas grandes polémicas de cuál municipio tenía a los mejores futbolistas de la época.

Anteriormente existía una gran rivalidad entre los colegios Loperena, Instpecam y Ateneo del Rosario. Jorge (Oñate) estudiaba en el Sagrado Corazón de Jesús y yo en el Loperena y eran duelos que se jugaban ‘con todo’ porque él (Jorge Oñate) era muy apasionado al fútbol”, contó Alfredo Crespo, amigo cercano del cantante.

A finales de los 60 e inicios de los 70, el artista llevó su pasión más allá y quiso incursionar en el fútbol profesional puesto que por aquel entonces quienes estaban cerca de él le manifestaron que tenía grandes condiciones para ser futbolista de élite.

SU PASO POR UNIÓN MAGDALENA

El conjunto bananero había sido campeón del fútbol profesional colombiano un par de temporadas atrás (1968) con un equipo comandado por Pablo Emilio Huget y un conjunto de jugadores que se ganaron el apodo de ‘los guerreros’. Por aquellos años la institución samaria también contó en sus filas con jugadores brasileros que eran de renombre como ‘Quarentinha’. Todas estas situaciones hicieron que Jorge Oñate viajara a Santa Marta para probarse en las divisiones menores del equipo azulgrana.

No dejes de leer: Diez éxitos para recordar al ‘Jilguero de América’, Jorge Oñate

Fue así como aprovechando su estadía en Santa Marta y su amistad con integrantes del equipo magdalenense, Oñate incursionó en el fútbol buscando el profesionalismo; integró en varias ocasiones entrenamientos con el equipo de fuerzas básicas, pero una lesión de rodilla frustró su sueño de ser futbolista profesional.

Según amigos cercanos y quienes tuvieron la posibilidad de compartir cancha con el ‘Ruiseñor del Cesar’, el cantante influenciado por el fútbol brasilero se desempeñaba como jugador por las bandas, aunque podía fungir como delantero centro, pero jugar por los costados era su posición favorita.

Los diferentes equipos del Cesar siempre buscaron al artista para que los viera jugar. FOTO/CORTESÍA.

NO DEJÓ EL FÚTBOL

A raíz de su lesión en la rodilla, el intérprete de canciones como ‘Sanjuanerita’, ‘Mujer marchita’, entre otros éxitos, tuvo que dejar su primer amor (el fútbol) para dedicarse a lo que hasta su último día sería su compañía (la música). No obstante, aunque ya estaba alejado de las canchas, siempre siguió de cerca el deporte apoyando a los jugadores que iban surgiendo y organizando torneos en su natal La Paz.

“Jorge Oñate fue un amante al fútbol diría que de tiempo completo porque siempre preguntaba por nosotros, estaba pendiente del Junior y apoyaba los campeonatos que se organizaban en La Paz”, comentó Jesús ‘Kiko’ Barrios, exjugador del Junior y exentrenador del Valledupar Fútbol Club.

Entre tanto, Pablo Zuleta, también hijo del municipio de La Paz, exfutbolista y exentrenador del Valledupar Fútbol Club, señaló que el ‘Invencible’ veía, entendía y hablaba de fútbol como pocos. “Él (Jorge Oñate) hablaba de fútbol muy bien, del Junior sobre todo y siempre mencionaba a los jugadores de acá (La Paz); decía que le gustaría verlos vestidos de rojiblanco, era un gusto hablar con él porque no solo sabía de música, sino que por haber vivido el fútbol tan de cerca sabía lo que decía”, reseñó Zuleta.

SU AMOR POR EL JUNIOR

En la canción ‘Mosaico tropical’ Jorge Oñate menciona: “Tengo una gorra de Lola, me gusta el fútbol del Junior y la gorra no se me cae”. En pequeños fragmentos y en diferentes saludos a jugadores, el cantante no ocultaba su amor por la escuadra rojiblanca que veía jugar cuando viajaba a Barranquilla para cumplir con sus presentaciones musicales.

Te puede interesar: Recordando sus canciones, Valledupar despidió a ‘El Ruiseñor’, Jorge Oñate

En nuestra época de estudiantes jugamos muchas veces, pero también hay que decir que Jorge fue un ayudador de deportistas y patrocinador de eventos. Recuerdo que antes de distanciarnos totalmente por nuestros trabajos, él como cantante y yo como arquitecto, cuando él llegaba a La Paz organizaba partidos y a fin de año invitaba jugadores profesionales y compartían. Muchos te podrán decir una frase que siempre repetía entre risas: ‘Si no hubiera sido cantante habría sido futbolista, una de las dos’, y eso era risas para él y para todos”, recordó Alfredo Crespo.

Al final Jorge Oñate tuvo que hacer ‘cuentas de amor’; después que dividió, multiplicó, sumó y restó salió ganando porque le mostró al mundo su gran voz, demostró que en los años donde el fútbol brasilero estaba de moda, él pudo ser una gran figura, pero lo más importante, en sus dos facetas siempre se robó aplausos, en el fútbol con gambetas y en el vallenato con su voz de ‘ruiseñor’.

POR: ROBERT CADAVID.

Deportes
2 marzo, 2021

Entre el fútbol y la música: el dilema de la vida de Jorge Oñate

Así como la música vallenata está de luto, el fútbol también llora la partida de Jorge Oñate, quien en su juventud demostró ser un jugador con gambetas que dejaban en el suelo a sus rivales y en el vallenato le probó al mundo que era un artista ‘invencible’.


Jorge Oñate compartió con los futbolistas de su natal La Paz. 

FOTO/CORTESÍA.
Jorge Oñate compartió con los futbolistas de su natal La Paz. FOTO/CORTESÍA.

Escuchar el nombre de Jorge Oñate es evocar sus canciones, melodías que hablaron de amor, traición, mujeres y de sentimientos incomprendidos. Pero también es cierto que, como cita una de sus interpretaciones, el maestro vivió un dilema en su vida, puesto que la música y el fútbol fueron las dos pasiones que dividieron en dos el corazón del ‘Jilguero de América’.

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En la época donde Jorge Oñate usaba su voz para cantar los goles que anotaba se vivía una corriente futbolera brasileña de los años 60 y 70 donde todos los niños de aquellos tiempos soñaban con ser como Pelé, Garrincha, Quarentinha u otras figuras de la selección ‘verdeamarela’.

Por aquellos años también se vivía una confrontación deportiva entre el equipo Juventud Pacífica y los clubes de Valledupar, ya que el municipio de La Paz tenía una generación de buenos jugadores que nutrieron por muchos años la Selección Cesar de fútbol masculino.

Así mismo, los duelos se extendían al interior de las instituciones educativas debido a que muchos pacíficos estudiaban en Valledupar, lo que hacía prolongar esas grandes polémicas de cuál municipio tenía a los mejores futbolistas de la época.

Anteriormente existía una gran rivalidad entre los colegios Loperena, Instpecam y Ateneo del Rosario. Jorge (Oñate) estudiaba en el Sagrado Corazón de Jesús y yo en el Loperena y eran duelos que se jugaban ‘con todo’ porque él (Jorge Oñate) era muy apasionado al fútbol”, contó Alfredo Crespo, amigo cercano del cantante.

A finales de los 60 e inicios de los 70, el artista llevó su pasión más allá y quiso incursionar en el fútbol profesional puesto que por aquel entonces quienes estaban cerca de él le manifestaron que tenía grandes condiciones para ser futbolista de élite.

SU PASO POR UNIÓN MAGDALENA

El conjunto bananero había sido campeón del fútbol profesional colombiano un par de temporadas atrás (1968) con un equipo comandado por Pablo Emilio Huget y un conjunto de jugadores que se ganaron el apodo de ‘los guerreros’. Por aquellos años la institución samaria también contó en sus filas con jugadores brasileros que eran de renombre como ‘Quarentinha’. Todas estas situaciones hicieron que Jorge Oñate viajara a Santa Marta para probarse en las divisiones menores del equipo azulgrana.

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Fue así como aprovechando su estadía en Santa Marta y su amistad con integrantes del equipo magdalenense, Oñate incursionó en el fútbol buscando el profesionalismo; integró en varias ocasiones entrenamientos con el equipo de fuerzas básicas, pero una lesión de rodilla frustró su sueño de ser futbolista profesional.

Según amigos cercanos y quienes tuvieron la posibilidad de compartir cancha con el ‘Ruiseñor del Cesar’, el cantante influenciado por el fútbol brasilero se desempeñaba como jugador por las bandas, aunque podía fungir como delantero centro, pero jugar por los costados era su posición favorita.

Los diferentes equipos del Cesar siempre buscaron al artista para que los viera jugar. FOTO/CORTESÍA.

NO DEJÓ EL FÚTBOL

A raíz de su lesión en la rodilla, el intérprete de canciones como ‘Sanjuanerita’, ‘Mujer marchita’, entre otros éxitos, tuvo que dejar su primer amor (el fútbol) para dedicarse a lo que hasta su último día sería su compañía (la música). No obstante, aunque ya estaba alejado de las canchas, siempre siguió de cerca el deporte apoyando a los jugadores que iban surgiendo y organizando torneos en su natal La Paz.

“Jorge Oñate fue un amante al fútbol diría que de tiempo completo porque siempre preguntaba por nosotros, estaba pendiente del Junior y apoyaba los campeonatos que se organizaban en La Paz”, comentó Jesús ‘Kiko’ Barrios, exjugador del Junior y exentrenador del Valledupar Fútbol Club.

Entre tanto, Pablo Zuleta, también hijo del municipio de La Paz, exfutbolista y exentrenador del Valledupar Fútbol Club, señaló que el ‘Invencible’ veía, entendía y hablaba de fútbol como pocos. “Él (Jorge Oñate) hablaba de fútbol muy bien, del Junior sobre todo y siempre mencionaba a los jugadores de acá (La Paz); decía que le gustaría verlos vestidos de rojiblanco, era un gusto hablar con él porque no solo sabía de música, sino que por haber vivido el fútbol tan de cerca sabía lo que decía”, reseñó Zuleta.

SU AMOR POR EL JUNIOR

En la canción ‘Mosaico tropical’ Jorge Oñate menciona: “Tengo una gorra de Lola, me gusta el fútbol del Junior y la gorra no se me cae”. En pequeños fragmentos y en diferentes saludos a jugadores, el cantante no ocultaba su amor por la escuadra rojiblanca que veía jugar cuando viajaba a Barranquilla para cumplir con sus presentaciones musicales.

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En nuestra época de estudiantes jugamos muchas veces, pero también hay que decir que Jorge fue un ayudador de deportistas y patrocinador de eventos. Recuerdo que antes de distanciarnos totalmente por nuestros trabajos, él como cantante y yo como arquitecto, cuando él llegaba a La Paz organizaba partidos y a fin de año invitaba jugadores profesionales y compartían. Muchos te podrán decir una frase que siempre repetía entre risas: ‘Si no hubiera sido cantante habría sido futbolista, una de las dos’, y eso era risas para él y para todos”, recordó Alfredo Crespo.

Al final Jorge Oñate tuvo que hacer ‘cuentas de amor’; después que dividió, multiplicó, sumó y restó salió ganando porque le mostró al mundo su gran voz, demostró que en los años donde el fútbol brasilero estaba de moda, él pudo ser una gran figura, pero lo más importante, en sus dos facetas siempre se robó aplausos, en el fútbol con gambetas y en el vallenato con su voz de ‘ruiseñor’.

POR: ROBERT CADAVID.