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Columnista - 8 junio, 2022

Entre el diablo, y escoja 

¡Da igual atrás que en la espalda! ¡La misma jeringa con distinta aguja!

¿En qué se parecen las EPS a las operadoras móviles celulares? Es una adivinanza fácil de resolver.

Si usted se cambia de EPS, llámese Sanitas, Salud Total o como la quiera llamar, o se pasa de Tigo a Claro o Movistar, con la ilusión de un mejor servicio, ha sabido perder su tiempo. 

¡Da igual atrás que en la espalda! ¡La misma jeringa con distinta aguja!

Frente al poder oficial de un Estado hay un contrapoder y es el más grande poder del mundo y el único contrapoder de una sociedad, se llama Sociedad Civil, que nació con la revolución francesa entre 1789 y 1799, basada en tres premisas: razón, libertad e igualdad ante la ley en derechos y obligaciones. 

No espere milagros y menos el freno de un Estado para corregir entuertos y desenfrenos, porque frente a este estado de cosas los entes encargados de regular los servicios públicos son indulgentes con la ineficiencia y atropello de los usuarios y proclives a conglomerados económicos y a la voracidad de tentáculos multinacionales. 

Por los lados de Afinia, filial de las Empresas Públicas de Medellín y del Grupo Empresarial Antioqueño GEA, tampoco la situación pinta color de color de rosas, porque lo que cambia es la razón social de una empresa a otra, pero la constante es la misma en términos de afectación económica, pérdida de tiempo y agonía del cliente anclado en una sala de atención al usuario. 

Es el precio de un país tercermundista golpeado por la usura, donde subyace el viejo aforismo: “lo único seguro en este mundo es la muerte y los impuestos”. 

Pero lleguemos a Gases del Caribe, que parecía la excepción, a merced del dicho “escoba nueva barre bien”, pero no faltan las quejas por alto consumo y cobro del servicio violando la estratificación socioeconómica, toda vez que es la oficina asesora de Planeación Municipal en cada Alcaldía del territorio nacional, la que está facultada por ley para determinar el estrato de cada usuario, y al que debe ceñirse la empresa al momento de facturar el servicio. 

¿Por qué no emular a los países nórdicos, donde la eficiencia de los servicios públicos no dan margen para reclamos, a diferencia de nosotros que atiborramos de quejas las oficinas dispuestas para estos menesteres, producto del abuso generalizado con los sectores marginados y no marginados de la población? 

También podemos ser potencia como Singapur que también fue un país tercermundista y hoy ostentan altos niveles de desarrollo a través de la educación, una planeación estratégica, la apertura a la inversión extranjera, desarrollando la meritocracia y extirpando la corrupción.

Columnista
8 junio, 2022

Entre el diablo, y escoja 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Aroca Yepez

¡Da igual atrás que en la espalda! ¡La misma jeringa con distinta aguja!


¿En qué se parecen las EPS a las operadoras móviles celulares? Es una adivinanza fácil de resolver.

Si usted se cambia de EPS, llámese Sanitas, Salud Total o como la quiera llamar, o se pasa de Tigo a Claro o Movistar, con la ilusión de un mejor servicio, ha sabido perder su tiempo. 

¡Da igual atrás que en la espalda! ¡La misma jeringa con distinta aguja!

Frente al poder oficial de un Estado hay un contrapoder y es el más grande poder del mundo y el único contrapoder de una sociedad, se llama Sociedad Civil, que nació con la revolución francesa entre 1789 y 1799, basada en tres premisas: razón, libertad e igualdad ante la ley en derechos y obligaciones. 

No espere milagros y menos el freno de un Estado para corregir entuertos y desenfrenos, porque frente a este estado de cosas los entes encargados de regular los servicios públicos son indulgentes con la ineficiencia y atropello de los usuarios y proclives a conglomerados económicos y a la voracidad de tentáculos multinacionales. 

Por los lados de Afinia, filial de las Empresas Públicas de Medellín y del Grupo Empresarial Antioqueño GEA, tampoco la situación pinta color de color de rosas, porque lo que cambia es la razón social de una empresa a otra, pero la constante es la misma en términos de afectación económica, pérdida de tiempo y agonía del cliente anclado en una sala de atención al usuario. 

Es el precio de un país tercermundista golpeado por la usura, donde subyace el viejo aforismo: “lo único seguro en este mundo es la muerte y los impuestos”. 

Pero lleguemos a Gases del Caribe, que parecía la excepción, a merced del dicho “escoba nueva barre bien”, pero no faltan las quejas por alto consumo y cobro del servicio violando la estratificación socioeconómica, toda vez que es la oficina asesora de Planeación Municipal en cada Alcaldía del territorio nacional, la que está facultada por ley para determinar el estrato de cada usuario, y al que debe ceñirse la empresa al momento de facturar el servicio. 

¿Por qué no emular a los países nórdicos, donde la eficiencia de los servicios públicos no dan margen para reclamos, a diferencia de nosotros que atiborramos de quejas las oficinas dispuestas para estos menesteres, producto del abuso generalizado con los sectores marginados y no marginados de la población? 

También podemos ser potencia como Singapur que también fue un país tercermundista y hoy ostentan altos niveles de desarrollo a través de la educación, una planeación estratégica, la apertura a la inversión extranjera, desarrollando la meritocracia y extirpando la corrupción.