Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 27 noviembre, 2018

¿Entonces quién?

Por muy efectiva que sea la campaña publicitaria de un producto, siempre deja un espacio para la frustración por no recibir las bondades ofrecidas; es el mismo que se va ensanchando hasta convertir los aplausos en reclamos, desechando de plano la preferencia hacia el fin interesado. Lo mismo pasa en la política. En ese sentido […]

Por muy efectiva que sea la campaña publicitaria de un producto, siempre deja un espacio para la frustración por no recibir las bondades ofrecidas; es el mismo que se va ensanchando hasta convertir los aplausos en reclamos, desechando de plano la preferencia hacia el fin interesado. Lo mismo pasa en la política.

En ese sentido le respondí a alguien que me preguntó con un dejo de apocalíptica impotencia, ¿entonces quién?, refiriéndose a la sólida aspiración del doctor Luis Alberto Monsalvo Gnecco nuevamente a la gobernación de nuestro sufrido departamento del Cesar.

Y realmente creo que así es. El mejor candidato para que el pueblo cesarense escrute electoralmente acerca del mundo de vallas que en su momento promocionaron los famosos logros, varios años después aún sumidos en el entredicho de la inconclusión, es el mismo doctor Monsalvo.

Nombres para participar hay. Mujeres valiosas como Claudia Margarita Zuleta Murgas y Diana Carolina Molina Carvajal, son la cuota femenina del grupo que completan hombres hechos en las decisiones políticas como Álvaro José Soto, Gustavo Aroca Dagil, Kaleb Villalobos Brochel, Rafael Bolaños Guerrero y Ricardo ‘Quintín’ Quintero Baute; todos nombrados en estricto orden alfabético de sus nombres para evitar suspicacias, convencido de que hoy solo habrá opción cierta de triunfo si se mantiene la unión y los contaminantes detalles que la ponen en peligro deben evitarse.

La invitación para todos es a trabajar. Muy bien por los precandidatos que ya se dejan ver en los foros y redes sociales opinando, por los que recorren las carreteras de nuestra geografía llevando una voz de esperanza a los que como parias son excluidos de las políticas púbicas por no plegarse a un régimen ilegítimo y por los que dialécticamente convencen con sus propuestas a líderes sociales y ciudadanos del común, desafiando el riesgo de perderlos frente al clientelismo y el poder corruptor del dinero.

A los aspirantes que condicionan su agenda proselitista al calendario electoral que fijan las autoridades, les recuerdo que solo duplicando el trabajo de campo se puede contrarrestar las ajenas ventajas logísticas que aparecen al final de la campaña política, arrasando la desesperanzada franja de votantes que se venden al mejor postor.

Y a aquellos líderes que quizás están pensando negociar en provecho propio la aspiración de sus protegidos, mejor debieran aprovechar ese talento a favor del desarrollo social de nuestro departamento y hacer un ejercicio democrático limpio, sin trapisondas ni jugarretas por debajo de la mesa, solo mostrando decencia en el indómito ejercicio de la política.

Entonces comencemos por mentalizarnos de que si hay candidatos para enfrentar en las urnas al grupo que hoy ostenta el poder. El éxito estará en integrar las potencialidades particulares de cada sector y en plantear diferencias capaces de seducir al electorado. Atrévete y viviremos mejor. Un abrazo. –

Por Antonio María Araújo Calderón
[email protected]
@antoniomariaA

 

Columnista
27 noviembre, 2018

¿Entonces quién?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

Por muy efectiva que sea la campaña publicitaria de un producto, siempre deja un espacio para la frustración por no recibir las bondades ofrecidas; es el mismo que se va ensanchando hasta convertir los aplausos en reclamos, desechando de plano la preferencia hacia el fin interesado. Lo mismo pasa en la política. En ese sentido […]


Por muy efectiva que sea la campaña publicitaria de un producto, siempre deja un espacio para la frustración por no recibir las bondades ofrecidas; es el mismo que se va ensanchando hasta convertir los aplausos en reclamos, desechando de plano la preferencia hacia el fin interesado. Lo mismo pasa en la política.

En ese sentido le respondí a alguien que me preguntó con un dejo de apocalíptica impotencia, ¿entonces quién?, refiriéndose a la sólida aspiración del doctor Luis Alberto Monsalvo Gnecco nuevamente a la gobernación de nuestro sufrido departamento del Cesar.

Y realmente creo que así es. El mejor candidato para que el pueblo cesarense escrute electoralmente acerca del mundo de vallas que en su momento promocionaron los famosos logros, varios años después aún sumidos en el entredicho de la inconclusión, es el mismo doctor Monsalvo.

Nombres para participar hay. Mujeres valiosas como Claudia Margarita Zuleta Murgas y Diana Carolina Molina Carvajal, son la cuota femenina del grupo que completan hombres hechos en las decisiones políticas como Álvaro José Soto, Gustavo Aroca Dagil, Kaleb Villalobos Brochel, Rafael Bolaños Guerrero y Ricardo ‘Quintín’ Quintero Baute; todos nombrados en estricto orden alfabético de sus nombres para evitar suspicacias, convencido de que hoy solo habrá opción cierta de triunfo si se mantiene la unión y los contaminantes detalles que la ponen en peligro deben evitarse.

La invitación para todos es a trabajar. Muy bien por los precandidatos que ya se dejan ver en los foros y redes sociales opinando, por los que recorren las carreteras de nuestra geografía llevando una voz de esperanza a los que como parias son excluidos de las políticas púbicas por no plegarse a un régimen ilegítimo y por los que dialécticamente convencen con sus propuestas a líderes sociales y ciudadanos del común, desafiando el riesgo de perderlos frente al clientelismo y el poder corruptor del dinero.

A los aspirantes que condicionan su agenda proselitista al calendario electoral que fijan las autoridades, les recuerdo que solo duplicando el trabajo de campo se puede contrarrestar las ajenas ventajas logísticas que aparecen al final de la campaña política, arrasando la desesperanzada franja de votantes que se venden al mejor postor.

Y a aquellos líderes que quizás están pensando negociar en provecho propio la aspiración de sus protegidos, mejor debieran aprovechar ese talento a favor del desarrollo social de nuestro departamento y hacer un ejercicio democrático limpio, sin trapisondas ni jugarretas por debajo de la mesa, solo mostrando decencia en el indómito ejercicio de la política.

Entonces comencemos por mentalizarnos de que si hay candidatos para enfrentar en las urnas al grupo que hoy ostenta el poder. El éxito estará en integrar las potencialidades particulares de cada sector y en plantear diferencias capaces de seducir al electorado. Atrévete y viviremos mejor. Un abrazo. –

Por Antonio María Araújo Calderón
[email protected]
@antoniomariaA