Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 5 enero, 2012

Enseñanzas de las pasadas elecciones

Por: Basilio Padilla No quería dejar pasar la oportunidad de hacer un análisis de algunas de las circunstancias que rodearon las elecciones de Octubre del año pasado, ya que ello nos da la oportunidad de sugerir los cambios necesarios para hacer que estos eventos sean mucho más democráticos  y justos. Tuve la oportunidad de dialogar […]

Por: Basilio Padilla

No quería dejar pasar la oportunidad de hacer un análisis de algunas de las circunstancias que rodearon las elecciones de Octubre del año pasado, ya que ello nos da la oportunidad de sugerir los cambios necesarios para hacer que estos eventos sean mucho más democráticos  y justos.
Tuve la oportunidad de dialogar con miles de ciudadanos a lo largo del departamento y hacer algunas conclusiones importantes. En primer lugar, es indiscutible que una larga educación del proceso de elecciones y la cultura que lo rodea es necesaria, para darles la oportunidad a todos aquellos candidatos, que no posean el poderío económico para crear una red que comprometa a cientos de candidatos en todo el departamento. En segundo lugar, la poca comprensión de los programas individuales de los candidatos y el análisis de ellos por los medios de comunicación, ya que estos medios también se alinean con determinados candidatos y no le dan la oportunidad a los otros para que expongan sus puntos de vista en forma clara y contundente.
La influencia indebida de las personas en posiciones administrativas, ya sean estas ejecutivas o legislativas, como las que ocurrieron en ambos partidos tradicionales, donde los directivos de estas corporaciones se alinearon con otros grupos a pesar de las directivas dadas a nivel nacional, siguiendo lineaciones que solo obedecían a sus intereses personales y no a las necesidades partidarias o comunitarias.
En el caso específico de las  elecciones de Octubre, las presiones fueron tan intensas que a muchos candidatos se les amenazaba con retirarles el aval, si no se alineaban con determinado candidato que ni siquiera pertenecía al partido al cual ellos representaban o les había otorgado el aval. Todo esto en detrimento de las instituciones partidarias y utilizando a terceros para hacer el trabajo, mientras ellos permanecen en las antros de la oscuridad. La intervención directa y descarada de los organismos del gobierno local y las administraciones en el poder, en apoyo de determinados candidatos, también fue  muy obvia, claramente faltando una vez más a las reglas claras del estado donde se prohíbe tales actos.
La utilización de grupos, donde prevalece la pobreza, para movilizarlos en busetas con instrucciones precisas por quién votar, dándoles un miserable pago ya sea de comida o sumas irrisorias de dinero.
Estoy convencido de que la lucha en contra de estos males va a tomar mucho tiempo, porque va a implicar un cambio radical de costumbres que han prevalecido por muchos años, así como también la disminución del alto nivel de analfabetismo en nuestra población.
Hacer de los debates de los candidatos eventos más culturales y educativos y no el aberrante espectáculo de las barras que personas sin escrúpulos organizan a favor de determinados candidatos. En algunas circunstancias estos eventos abiertamente organizados a favor de algunos de ellos. Veo difícil, el cambio de esta cultura, al menos que el gobierno a través de una reforma política prohíba el pago a todos los candidatos, como en el caso de los candidatos a la gobernación que en promedio necesitan financiar aproximadamente a 40 candidatos a las alcaldías a un promedio de 300 millones cada uno.
Arriba de todo esto se les agregan los candidatos a la asamblea, consejos, líderes y quizás el mayor gasto de la publicidad, quizás para un costo final de 30 a 40 mil millones de pesos. Una de las  desventajas del sistema de campaña que estoy describiendo es el hecho de que este sinnúmero de candidatos “pagos” son los encargados de hacerle la campaña al candidato precluyendo el contacto directo con las comunidades y sus múltiples necesidades.
Otra de las prohibiciones inmediatas en elecciones políticas es la tremenda invasión publicitaria que cubre cada poste en el departamento, así como también la contaminación auditiva de los cientos de perifoneos en todos los pueblos y ciudades, haciendo ver una gran falta de cultura y civilización.
A todo esto, agreguémosles el innecesario y extraordinario gasto que la mayoría de los candidatos hacen con los llamados lanzamientos y cierres de campañas, que en algunos casos supera los 300 millones, acompañados por los mejores grupos musicales, comida y alcohol  para todo el mundo.

Columnista
5 enero, 2012

Enseñanzas de las pasadas elecciones

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla No quería dejar pasar la oportunidad de hacer un análisis de algunas de las circunstancias que rodearon las elecciones de Octubre del año pasado, ya que ello nos da la oportunidad de sugerir los cambios necesarios para hacer que estos eventos sean mucho más democráticos  y justos. Tuve la oportunidad de dialogar […]


Por: Basilio Padilla

No quería dejar pasar la oportunidad de hacer un análisis de algunas de las circunstancias que rodearon las elecciones de Octubre del año pasado, ya que ello nos da la oportunidad de sugerir los cambios necesarios para hacer que estos eventos sean mucho más democráticos  y justos.
Tuve la oportunidad de dialogar con miles de ciudadanos a lo largo del departamento y hacer algunas conclusiones importantes. En primer lugar, es indiscutible que una larga educación del proceso de elecciones y la cultura que lo rodea es necesaria, para darles la oportunidad a todos aquellos candidatos, que no posean el poderío económico para crear una red que comprometa a cientos de candidatos en todo el departamento. En segundo lugar, la poca comprensión de los programas individuales de los candidatos y el análisis de ellos por los medios de comunicación, ya que estos medios también se alinean con determinados candidatos y no le dan la oportunidad a los otros para que expongan sus puntos de vista en forma clara y contundente.
La influencia indebida de las personas en posiciones administrativas, ya sean estas ejecutivas o legislativas, como las que ocurrieron en ambos partidos tradicionales, donde los directivos de estas corporaciones se alinearon con otros grupos a pesar de las directivas dadas a nivel nacional, siguiendo lineaciones que solo obedecían a sus intereses personales y no a las necesidades partidarias o comunitarias.
En el caso específico de las  elecciones de Octubre, las presiones fueron tan intensas que a muchos candidatos se les amenazaba con retirarles el aval, si no se alineaban con determinado candidato que ni siquiera pertenecía al partido al cual ellos representaban o les había otorgado el aval. Todo esto en detrimento de las instituciones partidarias y utilizando a terceros para hacer el trabajo, mientras ellos permanecen en las antros de la oscuridad. La intervención directa y descarada de los organismos del gobierno local y las administraciones en el poder, en apoyo de determinados candidatos, también fue  muy obvia, claramente faltando una vez más a las reglas claras del estado donde se prohíbe tales actos.
La utilización de grupos, donde prevalece la pobreza, para movilizarlos en busetas con instrucciones precisas por quién votar, dándoles un miserable pago ya sea de comida o sumas irrisorias de dinero.
Estoy convencido de que la lucha en contra de estos males va a tomar mucho tiempo, porque va a implicar un cambio radical de costumbres que han prevalecido por muchos años, así como también la disminución del alto nivel de analfabetismo en nuestra población.
Hacer de los debates de los candidatos eventos más culturales y educativos y no el aberrante espectáculo de las barras que personas sin escrúpulos organizan a favor de determinados candidatos. En algunas circunstancias estos eventos abiertamente organizados a favor de algunos de ellos. Veo difícil, el cambio de esta cultura, al menos que el gobierno a través de una reforma política prohíba el pago a todos los candidatos, como en el caso de los candidatos a la gobernación que en promedio necesitan financiar aproximadamente a 40 candidatos a las alcaldías a un promedio de 300 millones cada uno.
Arriba de todo esto se les agregan los candidatos a la asamblea, consejos, líderes y quizás el mayor gasto de la publicidad, quizás para un costo final de 30 a 40 mil millones de pesos. Una de las  desventajas del sistema de campaña que estoy describiendo es el hecho de que este sinnúmero de candidatos “pagos” son los encargados de hacerle la campaña al candidato precluyendo el contacto directo con las comunidades y sus múltiples necesidades.
Otra de las prohibiciones inmediatas en elecciones políticas es la tremenda invasión publicitaria que cubre cada poste en el departamento, así como también la contaminación auditiva de los cientos de perifoneos en todos los pueblos y ciudades, haciendo ver una gran falta de cultura y civilización.
A todo esto, agreguémosles el innecesario y extraordinario gasto que la mayoría de los candidatos hacen con los llamados lanzamientos y cierres de campañas, que en algunos casos supera los 300 millones, acompañados por los mejores grupos musicales, comida y alcohol  para todo el mundo.