En los años de vida que tengo, nunca había visto la enorme inquietud que ha generado la convocatoria a paro general, dispuesto para el próximo 21 de noviembre; es decir, para el jueves que viene. No es para menos, teniendo en cuenta que hay suficientes influencias provocadoras de tal nerviosismo tan generalizado. Las más influyentes […]
En los años de vida que tengo, nunca había visto la enorme inquietud que ha generado la convocatoria a paro general, dispuesto para el próximo 21 de noviembre; es decir, para el jueves que viene. No es para menos, teniendo en cuenta que hay suficientes influencias provocadoras de tal nerviosismo tan generalizado. Las más influyentes son las redes sociales, cuyas difusiones llegan a través de los teléfonos móviles que, la gente, en gran mayoría, los llevan a cualquier parte.
Lo que pasó en el Ecuador y lo que acontece en Chile y Bolivia son paradigmas que pueden ocasionar situaciones similares en nuestro país, debido a que lo gobierna un presidente con escasa popularidad, además, el partido político que lo respalda obtuvo muy malos resultados en las elecciones del pasado 27 de octubre.
Para colmo, el acuerdo de paz firmado en el gobierno anterior, refrendado casi por la mitad de la ciudadanía colombiana, lo están haciendo trizas tal como lo dijo el exministro, Fernando Londoño, uno de los principales ideólogos del partido Centro Democrático, cuyos militantes recalcitrantes no le permiten al presidente Iván Duque, gobernar con coaliciones políticas como lo prometió en el discurso de su posesión.
La economía del país anda mal y el presidente Iván Duque es calificado como mal gobernante. Es innegable que la gente está altamente inconforme, porque en más de un año de gobierno no ha cumplido, reitero, nada de lo prometido en su discurso de posesión. Esta muchedumbre descontenta está que explota por múltiples motivos, entre los cuales sobresalen el pésimo servicio de salud, el aumento del desempleo, los altos impuestos, la inseguridad, la mala calidad de la educación, la corrupción y otros problemas.
Concurre el temor de que el próximo jueves podría ser el inicio de la manifestación radical de la inconformidad acumulada en mucho tiempo, como ocurre en Chile. Para empeorar la difícil situación que atraviesa el país, en remplazo de Guillermo Botero, el presidente Duque nombra nuevo Ministro de Defensa a Carlos Holmes Trujillo, quien fuera duramente criticado como canciller.
Con relación al nombramiento del excanciller Carlos Holmes Trujillo, pareciera que suscita cisma en el seno del gremio militar, pues el general retirado, Rafael Alfredo Colón Torres, a través de su cuenta de Twitter, dice: “Carlos Holmes Trujillo, es el nuevo ministro de la Defensa Nacional. Qué pena y disculpas; pero nuestro presidente luce un poco terco y hasta temerario; desaprovechó esta coyuntura; no lee bien el país; luce como si estuviera cocinando una bomba de tiempo. No entiendo”.
En fin, el futuro de los colombianos comunes y corrientes es bastante incierto porque lo que nos espera no es nada agradable, comenzando con la Ley de Financiamiento que cursa en el Congreso. La intransigencia del paramilitarismo nos amenaza, ya que el senador Roy Barreras, quien lideró la moción de censura contra el exministro Guillermo Botero, por la cantidad de amenazas sacó corriendo a su familia del país.
En los años de vida que tengo, nunca había visto la enorme inquietud que ha generado la convocatoria a paro general, dispuesto para el próximo 21 de noviembre; es decir, para el jueves que viene. No es para menos, teniendo en cuenta que hay suficientes influencias provocadoras de tal nerviosismo tan generalizado. Las más influyentes […]
En los años de vida que tengo, nunca había visto la enorme inquietud que ha generado la convocatoria a paro general, dispuesto para el próximo 21 de noviembre; es decir, para el jueves que viene. No es para menos, teniendo en cuenta que hay suficientes influencias provocadoras de tal nerviosismo tan generalizado. Las más influyentes son las redes sociales, cuyas difusiones llegan a través de los teléfonos móviles que, la gente, en gran mayoría, los llevan a cualquier parte.
Lo que pasó en el Ecuador y lo que acontece en Chile y Bolivia son paradigmas que pueden ocasionar situaciones similares en nuestro país, debido a que lo gobierna un presidente con escasa popularidad, además, el partido político que lo respalda obtuvo muy malos resultados en las elecciones del pasado 27 de octubre.
Para colmo, el acuerdo de paz firmado en el gobierno anterior, refrendado casi por la mitad de la ciudadanía colombiana, lo están haciendo trizas tal como lo dijo el exministro, Fernando Londoño, uno de los principales ideólogos del partido Centro Democrático, cuyos militantes recalcitrantes no le permiten al presidente Iván Duque, gobernar con coaliciones políticas como lo prometió en el discurso de su posesión.
La economía del país anda mal y el presidente Iván Duque es calificado como mal gobernante. Es innegable que la gente está altamente inconforme, porque en más de un año de gobierno no ha cumplido, reitero, nada de lo prometido en su discurso de posesión. Esta muchedumbre descontenta está que explota por múltiples motivos, entre los cuales sobresalen el pésimo servicio de salud, el aumento del desempleo, los altos impuestos, la inseguridad, la mala calidad de la educación, la corrupción y otros problemas.
Concurre el temor de que el próximo jueves podría ser el inicio de la manifestación radical de la inconformidad acumulada en mucho tiempo, como ocurre en Chile. Para empeorar la difícil situación que atraviesa el país, en remplazo de Guillermo Botero, el presidente Duque nombra nuevo Ministro de Defensa a Carlos Holmes Trujillo, quien fuera duramente criticado como canciller.
Con relación al nombramiento del excanciller Carlos Holmes Trujillo, pareciera que suscita cisma en el seno del gremio militar, pues el general retirado, Rafael Alfredo Colón Torres, a través de su cuenta de Twitter, dice: “Carlos Holmes Trujillo, es el nuevo ministro de la Defensa Nacional. Qué pena y disculpas; pero nuestro presidente luce un poco terco y hasta temerario; desaprovechó esta coyuntura; no lee bien el país; luce como si estuviera cocinando una bomba de tiempo. No entiendo”.
En fin, el futuro de los colombianos comunes y corrientes es bastante incierto porque lo que nos espera no es nada agradable, comenzando con la Ley de Financiamiento que cursa en el Congreso. La intransigencia del paramilitarismo nos amenaza, ya que el senador Roy Barreras, quien lideró la moción de censura contra el exministro Guillermo Botero, por la cantidad de amenazas sacó corriendo a su familia del país.