Aprocoda (Asociación de profesionales de Codazzi) celebró, del 14 al 19 de agosto, la edición 39 del «Encuentro regional de la cultura»; por tradición, Codazzi es el faro cultural del departamento del Cesar. Organizado por un grupo dinámico donde descuellan Lourdes Rueda Ovalle, una mujer de robusto liderazgo, hoy aspirante a la alcaldía, años después de haber gobernado con solvencia el municipio; Augusto Soto Ávila, emblema de la idiosincrasia codacense, su risa contagiosa delata su presencia en todas partes; Jorge Bernard Castro, brillante orador y divulgador del patrimonio cultural…   

No tiene presencia física en la programación, pero sin ella nada se mueve: es la Divina Pastora, patrona de Codazzi; su devoción trae visitantes de todo el país, quienes en gratitud por los favores recibidos llenan el templo de flores y cantos.

Un largo y vistoso desfile de niños, no mayores de cinco años de edad, ponen cada año color y movimiento de danzas a las calles. Participan todas las instituciones educativas del municipio. Son semillas que años después harán el relevo de los guardianes de la tradición y la cultura, un ejemplo de ello es el escritor Nidio Quiroz, precoz ganador del concurso nacional de cuentos RCN. A él se debe también el rescate y conocimiento de la más importante poeta codacense: Clemencia Tariffa.

Fue precisamente Nidio Quiroz el moderador del debate de candidatos a la Alcaldía. En la discusión afloraron los dos problemas más relevantes de que adolece la población: 1) la escasez de agua, en un punto de la geografía nacional en donde la temperatura marca hasta 40 grados; actualmente se adelantan trabajos de ampliación de redes; 2) la salud, Codazzi es el tercer municipio más importante del Cesar, con una población de 70 mil habitantes, el 55% de ellos en pobreza monetaria; tiene un viejo edificio que funge de hospital, pero en realidad no pasa de ser un precario puesto de salud en donde no se atienden ni siquiera urgencias de parto, y a las pacientes hay que trasladarlas a Valledupar en viejas ambulancias.

El que iba a ser el punto central de la programación: «Conversatorio: Análisis actual de la situación política nacional», no se pudo realizar. Sus figuras principales: María Fernanda Cabal, Aída Avella, Claudia Margarita Zuleta… no se presentaron, alegando una supuesta amenaza de atentado por parte del ELN. Muy dudoso, si se tiene en cuenta el séquito de escoltas y carros blindados que custodian a esos personajes. La vergüenza se pasó con el periodista Luis Joaquín Mendoza Sierra, quien se desplazó desde Valledupar con todo listo para la moderación del evento.

No fue lunar, sino sorpresa, la información de que la plaza central, honrada desde su inauguración, cien años después, con el nombre del Libertador de cinco naciones, ha pasado a llamarse (¿!) ‘Alfonso Ávila Quintero’, un señor en cuyo legado no hay nada relevante que lo haga memorable.

Y una sugerencia. En mi habitual visita, interrumpida por los años de la pandemia, me hallé con calles y carreras sembradas de árboles, especialmente de mango, que refrescan el caminar por los andenes. Esta conciencia ambiental de la ciudadanía podría replicarse en el megacolegio: frente a su extensa fachada hay espacios ocupados por maleza, que bien se verían si se les sembrara árboles.  

Por: Donaldo Mendoza.