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Columnista - 9 agosto, 2010

Encomendémonos a Santos… como Juan Manuel

Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra La omnipotencia, la arrogancia y la vanidad que esgrimen, hasta en sus ademanes, ciertos, quizás la gran mayoría de los gobernantes se inspira en el descomunal poder que acumulan, sin que, generalmente, tengan conciencia de que este, es tan grande como fugaz. Estoy perplejo ante el hecho concluyente e […]

Visión Universal

Por: Luis Mendoza Sierra

La omnipotencia, la arrogancia y la vanidad que esgrimen, hasta en sus ademanes, ciertos, quizás la gran mayoría de los gobernantes se inspira en el descomunal poder que acumulan, sin que, generalmente, tengan conciencia de que este, es tan grande como fugaz. Estoy perplejo ante el hecho concluyente e irrefutable que representa el final de la era Uribe Vélez en Colombia.
Lo bueno si breve, doblemente bueno, reza la máxima. Mucha gente estaba fatigada con la presencia de Uribe, muy a pesar de su exitosa gestión, como de su inocultable desgaste. Su legado de la seguridad democrática es indiscutible. Lo son, también, sus políticas económicas, pocas, en cambio, en desarrollo social, a no ser que exaltemos la estrategia paternalista de dar, y dar, más y más subsidios a ciertos sectores sociales.
Regiones como la nuestra solo recibieron solo palmaditas en la espalda. Gracias a Dios, más que al propio Uribe, al final del gobierno ocurrieron dos acontecimientos, de los cuales uno aun está en peligro de que aborte: la adjudicación de la concesión de la Autopista para la Competitividad Ruta del Solo, de manera especial los tramos, dos, que incluye un extenso corredor que conecta al sur del Cesar con el interior del país y, tres, que parte de San Roque hasta Santa Marta, y Valledupar Carmen de Bolívar, todo en doble calzada, lo cual impactará de manera, profunda a esta región, simultáneamente con el Sistema Ferroviario Central, que facilitará el transporte de carga y de pasajeros.
El otro hecho importante es asignación de cerca de 170 mil millones de pesos para el Sistema Estratégico de Transporte, a punto de fracasar por una circunstancia, producto, precisamente de lo que expreso al comienzo: mezcla de vanidad y orgullo revelada en muchas de la expresión y comportamientos de los señores: gobernador del Cesar Cristian Moreno y alcalde de Valledupar Luis Fabián Fernández, a quienes formulamos un respetuoso llamado a la prudencia, a la sensatez y la armonía.
Como anillo al dedo caen las palabras del presidente Santos, Juan Manuel, en su posesión. No seré exacto porque las anoté en mi libreta mientras escuchaba el discurso de posesión que concluyó hace 15 minutos, cuando escribo esta columna de opinión: “Si queremos alcanzar pleno desarrollo tenemos que crear unidad entre nosotros”. Tenemos que dejar de lado lo que llamó “pendencias desprovistas de contenido”. “Apartar los odios”.
Muy a pesar de aquellas dos iniciativas, doy una baja calificación a Uribe, respecto de los resultados de su gestión en el Cesar, porque, por muchas razones, que omito por obvias, debimos recibir mayores beneficios. Ciertamente, la seguridad democrática nos permitió volver al campo y salir de paseo, cuando tenemos con que, pero es consecuencia de una política nacional, de paso deslucida, en los últimos tiempos, por la irrupción del terrorismo y por una delincuencia urbana avasallante.
Encomendémonos entonces a Santos, quien en un discurso, improvisado, basado solo en apuntes prometió con fe, seguridad y convicción, el gran salto hacia la prosperidad democrática.
Me entusiasma lo que he llamado capítulo de la competitividad, el cual resumo en palabras o frases, como las siguientes: Promoveré el emprendimiento. Relaciones directas entre la Universidad y la empresa en la búsqueda de la educación pertinente. Cada estudiante tendrá un computador personal. Todos los estudiantes serán bilingües. Impulsaremos la Innovación y la infraestructura. El 10% de las regalías será para promover la ciencia y la tecnología. Impulso, definitivo, a la Ley de ordenamiento territorial. Los campesinos de Colombia serán apoyados con tecnología y crédito. Avanzaremos de la descentralización y crearemos el Fondo de Compensaciones para las regiones. Restablecimiento de la confianza y reconstrucción de las relaciones con Venezuela  y Ecuador.

SABLAZO

Me he vuelto cansón insistiendo en que si las excepciones para zonas fronterizas con Venezuela no se extienden a los insumos agropecuarios, así como a decisiones que permitan inversiones para el turismo. Si Valledupar, como parte del área metropolitana, no se beneficia de estas decisiones, habremos ganado muy poco o nada. He hablado con gremios, le he insistido al alcalde de Valledupar. Lo hice con el alcalde de La Paz y algún anuncio a los señores alcaldes de Manaure y San Diego, parlamentarios y diputados, pero percibo que la semilla cae en tierras infértil. Lamento el estado de enajenación de actores de la región, por cuya negligencia perdemos grandes oportunidades.

Columnista
9 agosto, 2010

Encomendémonos a Santos… como Juan Manuel

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Mendoza S.

Visión Universal Por: Luis Mendoza Sierra La omnipotencia, la arrogancia y la vanidad que esgrimen, hasta en sus ademanes, ciertos, quizás la gran mayoría de los gobernantes se inspira en el descomunal poder que acumulan, sin que, generalmente, tengan conciencia de que este, es tan grande como fugaz. Estoy perplejo ante el hecho concluyente e […]


Visión Universal

Por: Luis Mendoza Sierra

La omnipotencia, la arrogancia y la vanidad que esgrimen, hasta en sus ademanes, ciertos, quizás la gran mayoría de los gobernantes se inspira en el descomunal poder que acumulan, sin que, generalmente, tengan conciencia de que este, es tan grande como fugaz. Estoy perplejo ante el hecho concluyente e irrefutable que representa el final de la era Uribe Vélez en Colombia.
Lo bueno si breve, doblemente bueno, reza la máxima. Mucha gente estaba fatigada con la presencia de Uribe, muy a pesar de su exitosa gestión, como de su inocultable desgaste. Su legado de la seguridad democrática es indiscutible. Lo son, también, sus políticas económicas, pocas, en cambio, en desarrollo social, a no ser que exaltemos la estrategia paternalista de dar, y dar, más y más subsidios a ciertos sectores sociales.
Regiones como la nuestra solo recibieron solo palmaditas en la espalda. Gracias a Dios, más que al propio Uribe, al final del gobierno ocurrieron dos acontecimientos, de los cuales uno aun está en peligro de que aborte: la adjudicación de la concesión de la Autopista para la Competitividad Ruta del Solo, de manera especial los tramos, dos, que incluye un extenso corredor que conecta al sur del Cesar con el interior del país y, tres, que parte de San Roque hasta Santa Marta, y Valledupar Carmen de Bolívar, todo en doble calzada, lo cual impactará de manera, profunda a esta región, simultáneamente con el Sistema Ferroviario Central, que facilitará el transporte de carga y de pasajeros.
El otro hecho importante es asignación de cerca de 170 mil millones de pesos para el Sistema Estratégico de Transporte, a punto de fracasar por una circunstancia, producto, precisamente de lo que expreso al comienzo: mezcla de vanidad y orgullo revelada en muchas de la expresión y comportamientos de los señores: gobernador del Cesar Cristian Moreno y alcalde de Valledupar Luis Fabián Fernández, a quienes formulamos un respetuoso llamado a la prudencia, a la sensatez y la armonía.
Como anillo al dedo caen las palabras del presidente Santos, Juan Manuel, en su posesión. No seré exacto porque las anoté en mi libreta mientras escuchaba el discurso de posesión que concluyó hace 15 minutos, cuando escribo esta columna de opinión: “Si queremos alcanzar pleno desarrollo tenemos que crear unidad entre nosotros”. Tenemos que dejar de lado lo que llamó “pendencias desprovistas de contenido”. “Apartar los odios”.
Muy a pesar de aquellas dos iniciativas, doy una baja calificación a Uribe, respecto de los resultados de su gestión en el Cesar, porque, por muchas razones, que omito por obvias, debimos recibir mayores beneficios. Ciertamente, la seguridad democrática nos permitió volver al campo y salir de paseo, cuando tenemos con que, pero es consecuencia de una política nacional, de paso deslucida, en los últimos tiempos, por la irrupción del terrorismo y por una delincuencia urbana avasallante.
Encomendémonos entonces a Santos, quien en un discurso, improvisado, basado solo en apuntes prometió con fe, seguridad y convicción, el gran salto hacia la prosperidad democrática.
Me entusiasma lo que he llamado capítulo de la competitividad, el cual resumo en palabras o frases, como las siguientes: Promoveré el emprendimiento. Relaciones directas entre la Universidad y la empresa en la búsqueda de la educación pertinente. Cada estudiante tendrá un computador personal. Todos los estudiantes serán bilingües. Impulsaremos la Innovación y la infraestructura. El 10% de las regalías será para promover la ciencia y la tecnología. Impulso, definitivo, a la Ley de ordenamiento territorial. Los campesinos de Colombia serán apoyados con tecnología y crédito. Avanzaremos de la descentralización y crearemos el Fondo de Compensaciones para las regiones. Restablecimiento de la confianza y reconstrucción de las relaciones con Venezuela  y Ecuador.

SABLAZO

Me he vuelto cansón insistiendo en que si las excepciones para zonas fronterizas con Venezuela no se extienden a los insumos agropecuarios, así como a decisiones que permitan inversiones para el turismo. Si Valledupar, como parte del área metropolitana, no se beneficia de estas decisiones, habremos ganado muy poco o nada. He hablado con gremios, le he insistido al alcalde de Valledupar. Lo hice con el alcalde de La Paz y algún anuncio a los señores alcaldes de Manaure y San Diego, parlamentarios y diputados, pero percibo que la semilla cae en tierras infértil. Lamento el estado de enajenación de actores de la región, por cuya negligencia perdemos grandes oportunidades.