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General - 8 septiembre, 2016

Encías sangrantes, señal de peligro

En ocasiones, cuando mordemos una manzana vemos rastros rojos. Otras veces vemos sangre cuando escupimos después del cepillado.

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En ocasiones, cuando mordemos una manzana vemos rastros rojos. Otras veces vemos sangre cuando escupimos después del cepillado. No importa cómo nos demos cuenta del sangrado de las encías: es una señal de advertencia, indicadora de una inflamación de las encías (gingivitis) o del periodonto (periodontitis). En el peor de los casos, el resultado es la pérdida del diente.

Las encías saludables no sangran. Son de color rosa pálido, están firmes y tienen un perfil corrugado, mientras que las encías enfermas e inflamadas son color rojo oscuro y están suaves y sensibles. Además, sangran con facilidad y desprenden un olor desagradable.

¿La causa? una mala higiene bucal

La causa de esta inflamación y del sangrado de las encías es la mala higiene bucal, pues se forma placa bacteriana sobre los dientes mal cepillados o no cepillados. El surco entre los dientes y las encías se encuentra particularmente en riesgo.

Las bacterias de la placa excretan unos productos metabólicos perjudiciales llamados endotoxinas, que desencadenan una respuesta inmunitaria del sistema inmunológico. A su vez, esta reacción inmunitaria causa una inflamación, la cual, aunque se destruya a las bacterias, produce una retracción de las encías. Si la infección no recibe tratamiento, atacará el periodonto y finalmente la mandíbula.

Además de una mala higiene bucal, los factores de riesgo para el desarrollo de encías sangrantes, gingivitis y enfermedad periodontal incluyen el tabaquismo, la diabetes, los cambios hormonales durante el embarazo o respirar prolongadamente por la boca.

Solución: un mejor cepillado

Con frecuencia, un sangrado ocasional alrededor de algunos dientes indica que es necesario limpiarlos mejor. De ninguna manera debemos dejar el cepillado para evitar el sangrado, ya que esto sólo empeorará la infección de la encía. La placa se debe eliminar, pues de lo contrario no sanarán las encías, y eso sólo se logra con un cepillo dental y otros productos de limpieza para la higiene bucal.

Sin embargo, el sangrado puede ser un signo de curación; por ejemplo, cuando los cepillos interdentales se utilizan por primera vez para limpiar el espacio entre los dientes, es posible que se produzca un pequeño sangrado. Esto indica la existencia de una inflamación, pero el sangrado debería desaparecer después de una semana. La limpieza diaria interdental le permitirá reducir la inflamación y así evitar el riesgo de periodontitis; pero si el sangrado no cesa, deberá consultar a un profesional de la salud dental.

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8 septiembre, 2016

Encías sangrantes, señal de peligro

En ocasiones, cuando mordemos una manzana vemos rastros rojos. Otras veces vemos sangre cuando escupimos después del cepillado.


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En ocasiones, cuando mordemos una manzana vemos rastros rojos. Otras veces vemos sangre cuando escupimos después del cepillado. No importa cómo nos demos cuenta del sangrado de las encías: es una señal de advertencia, indicadora de una inflamación de las encías (gingivitis) o del periodonto (periodontitis). En el peor de los casos, el resultado es la pérdida del diente.

Las encías saludables no sangran. Son de color rosa pálido, están firmes y tienen un perfil corrugado, mientras que las encías enfermas e inflamadas son color rojo oscuro y están suaves y sensibles. Además, sangran con facilidad y desprenden un olor desagradable.

¿La causa? una mala higiene bucal

La causa de esta inflamación y del sangrado de las encías es la mala higiene bucal, pues se forma placa bacteriana sobre los dientes mal cepillados o no cepillados. El surco entre los dientes y las encías se encuentra particularmente en riesgo.

Las bacterias de la placa excretan unos productos metabólicos perjudiciales llamados endotoxinas, que desencadenan una respuesta inmunitaria del sistema inmunológico. A su vez, esta reacción inmunitaria causa una inflamación, la cual, aunque se destruya a las bacterias, produce una retracción de las encías. Si la infección no recibe tratamiento, atacará el periodonto y finalmente la mandíbula.

Además de una mala higiene bucal, los factores de riesgo para el desarrollo de encías sangrantes, gingivitis y enfermedad periodontal incluyen el tabaquismo, la diabetes, los cambios hormonales durante el embarazo o respirar prolongadamente por la boca.

Solución: un mejor cepillado

Con frecuencia, un sangrado ocasional alrededor de algunos dientes indica que es necesario limpiarlos mejor. De ninguna manera debemos dejar el cepillado para evitar el sangrado, ya que esto sólo empeorará la infección de la encía. La placa se debe eliminar, pues de lo contrario no sanarán las encías, y eso sólo se logra con un cepillo dental y otros productos de limpieza para la higiene bucal.

Sin embargo, el sangrado puede ser un signo de curación; por ejemplo, cuando los cepillos interdentales se utilizan por primera vez para limpiar el espacio entre los dientes, es posible que se produzca un pequeño sangrado. Esto indica la existencia de una inflamación, pero el sangrado debería desaparecer después de una semana. La limpieza diaria interdental le permitirá reducir la inflamación y así evitar el riesgo de periodontitis; pero si el sangrado no cesa, deberá consultar a un profesional de la salud dental.