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Comunidad - 27 octubre, 2020

En temporada de lluvias los malos olores proliferan en Valledupar

Distintos habitantes de Valledupar manifiestan que la red de tuberías en algunos sectores necesita una reparación urgente, pues se ha quedado corta ante el crecimiento poblacional.

Al norte de la ciudad algunos manjoles se desbordaron por los fuertes aguaceros. 

FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.
Al norte de la ciudad algunos manjoles se desbordaron por los fuertes aguaceros. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.
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Con la temporada  de invierno del mes de octubre azotando a Valledupar, reapareció la problemática histórica de las redes de alcantarillado que no dan abasto con las descargas de agua lluvia, pues desde distintos puntos de la ciudad se escuchan las voces de quienes deben soportar que el agua se filtre hasta sus casas, además de los malos olores y el rebosamiento de las alcantarillas.

Lee también: El Cesar se prepara para enfrentar el fenómeno de la Niña

Pero si de historias se trata, uno de los barrios que más sufre por esta problemática es Los Cortijos, donde en cada temporada de lluvias sus calles se convierten en “arroyos de aguas fétidas”.

Elis Rodríguez, habitante del sector, relató las “penurias” que padece en cada aguacero que baña a Valledupar. En el último, la fémina tuvo que invertir dinero para la reparación de una tubería colapsada por las aguas lluvias.

 “Esto en Los Cortijos pasa cada vez que llueve, las redes de alcantarillado ya se quedaron cortas ante el crecimiento de la ciudad. En mi caso la semana pasada por el aguacero último, los tubos se taponaron y me tocó pagar casi $300.000 para que me repararan el daño. Es una situación incómoda porque los olores son nauseabundos”, comentó Elis Rodríguez.

En los mantenimientos que realiza Emdupar se han encontrado restos de comida, ropa y otros elementos. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

De norte a sur, de oriente a occidente, persisten los habitantes con problemas tras los aguaceros que se presentan en la ciudad.  El mayor problema, denuncian, es que aunque los operarios de la empresa prestadora del servicio de agua llegan a realizar diferentes labores, “cada vez que  llueve todo ese trabajo se pierde”.

No dejes de leer: Las constantes quejas por los malos olores de las alcantarillas en Valledupar

Otro sector que en temporada invernal presenta afectaciones es el barrio Cinco de Enero, al noroccidente de la ciudad, donde sus habitantes exigen una solución al desbordamiento de los sumideros, que afectan también a otros barrios aledaños como Divino Niño y en ocasiones, cuando el agua fluye en demasía, afecta partes del barrio La Esperanza.

En el sector del Cinco de Enero habita hace tres años Maira Gómez. La mujer señala que en cada aguacero siempre hay problemas y las calles se llenan de agua sucia.

La verdad esta situación me tiene cansada y he pensado seriamente en mudarme, porque eso es constante, cada que llueve las calles se convierten en piscinas y lo peor son los olores, bastante insoportables. No sé qué pasará con esto porque los trabajadores llegan, destapan, pero los manjoles vuelven a desbordarse”, señaló Gómez.

Contraste al deseo de los habitantes del norte de la ciudad, de apuntarle a la modernización, los manjoles desbordados cada vez que llueve representan un atraso de décadas. Tal es el caso de la Urbanización Rosario Norte, donde justo al frente, en plena Avenida Sierra Nevada, desde hace varios días una alcantarilla destilando agua tiene molestos a los lugareños.

Operarios de Emdupar realizan trabajos en alcantarillas rebosadas. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ

“LOS OPERARIOS RESPONDEN”

Trabajadores de Emdupar consultados por este medio en el recorrido realizado por los puntos donde se encontraron problemas con el rebosamiento de los manjoles, señalaron que no toda la culpa es de la empresa, que son conscientes de la situación, pero que también en el marco de sus labores destapando las tuberías han encontrado elementos que no deberían ser removidos.

Te puede interesar: ¿Qué pasa con el alcantarillado de Valledupar?

El malestar de la comunidad es entendible, a nadie le gusta vivir con los malos olores a toda hora, pero en nuestro trabajo también hemos encontrado elementos que ayudan al taponamiento de las tuberías, como por ejemplo ropa, medias, residuos de comida, plásticos e incluso pañales sanitarios”, dijo uno de los operario mientras realizaba labores de mantenimiento en el sector de Los Cortijos.

POR: ROBERT CADAVID / EL PILÓN

Comunidad
27 octubre, 2020

En temporada de lluvias los malos olores proliferan en Valledupar

Distintos habitantes de Valledupar manifiestan que la red de tuberías en algunos sectores necesita una reparación urgente, pues se ha quedado corta ante el crecimiento poblacional.


Al norte de la ciudad algunos manjoles se desbordaron por los fuertes aguaceros. 

FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.
Al norte de la ciudad algunos manjoles se desbordaron por los fuertes aguaceros. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.
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Con la temporada  de invierno del mes de octubre azotando a Valledupar, reapareció la problemática histórica de las redes de alcantarillado que no dan abasto con las descargas de agua lluvia, pues desde distintos puntos de la ciudad se escuchan las voces de quienes deben soportar que el agua se filtre hasta sus casas, además de los malos olores y el rebosamiento de las alcantarillas.

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Pero si de historias se trata, uno de los barrios que más sufre por esta problemática es Los Cortijos, donde en cada temporada de lluvias sus calles se convierten en “arroyos de aguas fétidas”.

Elis Rodríguez, habitante del sector, relató las “penurias” que padece en cada aguacero que baña a Valledupar. En el último, la fémina tuvo que invertir dinero para la reparación de una tubería colapsada por las aguas lluvias.

 “Esto en Los Cortijos pasa cada vez que llueve, las redes de alcantarillado ya se quedaron cortas ante el crecimiento de la ciudad. En mi caso la semana pasada por el aguacero último, los tubos se taponaron y me tocó pagar casi $300.000 para que me repararan el daño. Es una situación incómoda porque los olores son nauseabundos”, comentó Elis Rodríguez.

En los mantenimientos que realiza Emdupar se han encontrado restos de comida, ropa y otros elementos. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

De norte a sur, de oriente a occidente, persisten los habitantes con problemas tras los aguaceros que se presentan en la ciudad.  El mayor problema, denuncian, es que aunque los operarios de la empresa prestadora del servicio de agua llegan a realizar diferentes labores, “cada vez que  llueve todo ese trabajo se pierde”.

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Otro sector que en temporada invernal presenta afectaciones es el barrio Cinco de Enero, al noroccidente de la ciudad, donde sus habitantes exigen una solución al desbordamiento de los sumideros, que afectan también a otros barrios aledaños como Divino Niño y en ocasiones, cuando el agua fluye en demasía, afecta partes del barrio La Esperanza.

En el sector del Cinco de Enero habita hace tres años Maira Gómez. La mujer señala que en cada aguacero siempre hay problemas y las calles se llenan de agua sucia.

La verdad esta situación me tiene cansada y he pensado seriamente en mudarme, porque eso es constante, cada que llueve las calles se convierten en piscinas y lo peor son los olores, bastante insoportables. No sé qué pasará con esto porque los trabajadores llegan, destapan, pero los manjoles vuelven a desbordarse”, señaló Gómez.

Contraste al deseo de los habitantes del norte de la ciudad, de apuntarle a la modernización, los manjoles desbordados cada vez que llueve representan un atraso de décadas. Tal es el caso de la Urbanización Rosario Norte, donde justo al frente, en plena Avenida Sierra Nevada, desde hace varios días una alcantarilla destilando agua tiene molestos a los lugareños.

Operarios de Emdupar realizan trabajos en alcantarillas rebosadas. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ

“LOS OPERARIOS RESPONDEN”

Trabajadores de Emdupar consultados por este medio en el recorrido realizado por los puntos donde se encontraron problemas con el rebosamiento de los manjoles, señalaron que no toda la culpa es de la empresa, que son conscientes de la situación, pero que también en el marco de sus labores destapando las tuberías han encontrado elementos que no deberían ser removidos.

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El malestar de la comunidad es entendible, a nadie le gusta vivir con los malos olores a toda hora, pero en nuestro trabajo también hemos encontrado elementos que ayudan al taponamiento de las tuberías, como por ejemplo ropa, medias, residuos de comida, plásticos e incluso pañales sanitarios”, dijo uno de los operario mientras realizaba labores de mantenimiento en el sector de Los Cortijos.

POR: ROBERT CADAVID / EL PILÓN