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Columnista - 22 enero, 2014

¿En qué se invierten las regalías?

Por Jaime Bonet En el 2012 comenzó a operar el nuevo esquema de distribución de regalías denominado el Sistema General de Regalías (SGR). Uno de los propósitos que busca el nuevo sistema es que los recursos se orienten a proyectos de impacto regional, enmarcado dentro de un plan de desarrollo. Se busca así evitar que […]

Por Jaime Bonet

En el 2012 comenzó a operar el nuevo esquema de distribución de regalías denominado el Sistema General de Regalías (SGR). Uno de los propósitos que busca el nuevo sistema es que los recursos se orienten a proyectos de impacto regional, enmarcado dentro de un plan de desarrollo. Se busca así evitar que se repita la construcción de elefantes blancos, una práctica tradicional bajo el régimen antiguo de distribución.

Desafortunadamente, al darle una mirada a los proyectos financiados en el departamento del Cesar en 2012, la situación es similar. Por ejemplo, este es el departamento que más invierte en deporte y recreación. Del total invertido por los gobiernos departamentales en este sector, el Cesar participa con el 69% y de todo lo que invierten los gobiernos municipales, representa cerca del 25%.

Para tener una dimensión de lo que representa este sector en términos monetarios, comparemos algunos proyectos con el costo de otras inversiones en sectores que tienen un rezago importante en el departamento.

Una de las obras con más recursos es la ampliación, adecuación y remodelación del estadio de futbol Armando Maestre Pavajeau en Valledupar. La inversión es de $41,9 mil millones, un poco más que lo que se destinó para la construcción y dotación de la Universidad Nacional de Colombia en La Paz.

Otro ejemplo es la construcción del parque bio-saludable y lúdico-recreativo Las Flores en Valledupar, el cual tiene un costo de $4,9 mil millones. Con esos mismos recursos se pueden financiar seis puentes rurales y cuatro urbanos en el municipio de Pailitas, o se puede hacer 10 veces el proyecto de fortalecimiento de las TIC’s en la Universidad Popular del Cesar.

También se destaca la construcción de la Villa Olímpica Campo Soto en Chiriguaná por un valor de $13,3 mil millones, recursos suficientes para financiar 408 viviendas de interés social en un municipio que posee un déficit de vivienda importante.

Por último, ha sido aprobada la construcción del coliseo y obras complementarias en el corregimiento de San Roque en Curumaní. El presupuesto aprobado es de $3,8 mil millones de pesos, recursos equivalentes a 1,25 veces el presupuesto de diseño, construcción y equipamiento de un centro de desarrollo infantil.

Estas obras obligan a reflexionar sobre el tipo de proyectos que se vienen aprobando en el nuevo SGR porque probablemente no tengan el impacto de desarrollo regional que se buscaba. Esto sin pensar en la sostenibilidad de las mismas, ya que hoy se cuentan con los recursos para la construcción pero no se tienen los requeridos para el sostenimiento de la infraestructura en el futuro. Es aquí donde la generación de recursos propios se convierte en una herramienta fundamental para apalancar el desarrollo local.

Columnista
22 enero, 2014

¿En qué se invierten las regalías?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Bonet Morón

Por Jaime Bonet En el 2012 comenzó a operar el nuevo esquema de distribución de regalías denominado el Sistema General de Regalías (SGR). Uno de los propósitos que busca el nuevo sistema es que los recursos se orienten a proyectos de impacto regional, enmarcado dentro de un plan de desarrollo. Se busca así evitar que […]


Por Jaime Bonet

En el 2012 comenzó a operar el nuevo esquema de distribución de regalías denominado el Sistema General de Regalías (SGR). Uno de los propósitos que busca el nuevo sistema es que los recursos se orienten a proyectos de impacto regional, enmarcado dentro de un plan de desarrollo. Se busca así evitar que se repita la construcción de elefantes blancos, una práctica tradicional bajo el régimen antiguo de distribución.

Desafortunadamente, al darle una mirada a los proyectos financiados en el departamento del Cesar en 2012, la situación es similar. Por ejemplo, este es el departamento que más invierte en deporte y recreación. Del total invertido por los gobiernos departamentales en este sector, el Cesar participa con el 69% y de todo lo que invierten los gobiernos municipales, representa cerca del 25%.

Para tener una dimensión de lo que representa este sector en términos monetarios, comparemos algunos proyectos con el costo de otras inversiones en sectores que tienen un rezago importante en el departamento.

Una de las obras con más recursos es la ampliación, adecuación y remodelación del estadio de futbol Armando Maestre Pavajeau en Valledupar. La inversión es de $41,9 mil millones, un poco más que lo que se destinó para la construcción y dotación de la Universidad Nacional de Colombia en La Paz.

Otro ejemplo es la construcción del parque bio-saludable y lúdico-recreativo Las Flores en Valledupar, el cual tiene un costo de $4,9 mil millones. Con esos mismos recursos se pueden financiar seis puentes rurales y cuatro urbanos en el municipio de Pailitas, o se puede hacer 10 veces el proyecto de fortalecimiento de las TIC’s en la Universidad Popular del Cesar.

También se destaca la construcción de la Villa Olímpica Campo Soto en Chiriguaná por un valor de $13,3 mil millones, recursos suficientes para financiar 408 viviendas de interés social en un municipio que posee un déficit de vivienda importante.

Por último, ha sido aprobada la construcción del coliseo y obras complementarias en el corregimiento de San Roque en Curumaní. El presupuesto aprobado es de $3,8 mil millones de pesos, recursos equivalentes a 1,25 veces el presupuesto de diseño, construcción y equipamiento de un centro de desarrollo infantil.

Estas obras obligan a reflexionar sobre el tipo de proyectos que se vienen aprobando en el nuevo SGR porque probablemente no tengan el impacto de desarrollo regional que se buscaba. Esto sin pensar en la sostenibilidad de las mismas, ya que hoy se cuentan con los recursos para la construcción pero no se tienen los requeridos para el sostenimiento de la infraestructura en el futuro. Es aquí donde la generación de recursos propios se convierte en una herramienta fundamental para apalancar el desarrollo local.