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Editorial - 3 marzo, 2023

¿En qué hemos quedado en el Cesar?

Diversos hechos de carácter institucional han venido presentándose en el departamento del Cesar, y su capital Valledupar, en los que la clase dirigente nuestra flaquea frente a su compromiso y responsabilidad con los cesarenses.

Diversos hechos de carácter institucional han venido presentándose en el departamento del Cesar, y su capital Valledupar, en los que la clase dirigente nuestra flaquea frente a su compromiso y responsabilidad con los cesarenses.

Todo ello ha dejado al descubierto la falta de liderazgos consolidados y validados en el quehacer de la cosa pública y es entonces cuándo surgen los interrogantes acerca de ¿para dónde vamos y en qué hemos quedado en el Cesar en cuanto a la administración de las entidades del Estado?

Esos hechos o situaciones se remiten de manera específica a las concesiones o tercerizaciones de muchas entidades públicas, las cuales llegaron a niveles tan críticos desde el punto de vista administrativo y financiero que no les quedó otra salida distinta a la de pasar al manejo del sector privado o, en el peor de los casos, a su liquidación definitiva.

En nuestro municipio de Valledupar y en el departamento del Cesar, la lista de entidades públicas en crisis ha venido ampliándose cada vez más, ya son muchas las concesionadas y otras en camino a la liquidación como sucede con el Instituto Departamental de Rehabilitación y Educación Especial, Idreec, y otras obligatoriamente debieron ser intervenidas por entes del orden nacional en aras de rescatarlas para el servicio del público, tal es el caso del Hospital Rosario Pumarejo de López.

En el caso de la capital del Cesar, en todo este proceso de crisis institucional, la gota que acaba de rebosar el vaso es la situación de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, considerada en el reciente pasado como ‘la joya de la corona’ ya será intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.

La empresa Emdupar, en medio de todos sus desbarajustes administrativos y financieros, estaba a punto de ser embargada, situación que obligó a precipitar la intervención de la Superservicios. El superintendente fue claro en solicitar que la junta directiva se modifique y replantear los privilegios que por el momento tienen los miembros del sindicato de los trabajadores, algo que el mismo alcalde Mello Castro avaló para encontrar salidas a la situación.

Así las cosas, una de las empresas más grandes de Valledupar, de las pocas entidades públicas, adscritas al municipio, que quedaba, a partir de hoy 3 de marzo comenzará a ser administrada por la Superservicios, es decir, del resorte municipal pasa a depender de una entidad nacional.

El análisis superficial de la situación en general podría permitir una conclusión de simple sentido común y es reflexionar mediante unos interrogantes: ¿En Valledupar y el Cesar nos quedó grande el manejo de la cosa pública? ¿De quien es la responsabilidad política frente a la crisis de nuestras entidades pública territoriales? ¿Podemos seguir confiando en nuestra clase dirigente? ¿Qué hay que hacer para redireccionar el desarrollo del Cesar y Valledupar?.

Editorial
3 marzo, 2023

¿En qué hemos quedado en el Cesar?

Diversos hechos de carácter institucional han venido presentándose en el departamento del Cesar, y su capital Valledupar, en los que la clase dirigente nuestra flaquea frente a su compromiso y responsabilidad con los cesarenses.


Diversos hechos de carácter institucional han venido presentándose en el departamento del Cesar, y su capital Valledupar, en los que la clase dirigente nuestra flaquea frente a su compromiso y responsabilidad con los cesarenses.

Todo ello ha dejado al descubierto la falta de liderazgos consolidados y validados en el quehacer de la cosa pública y es entonces cuándo surgen los interrogantes acerca de ¿para dónde vamos y en qué hemos quedado en el Cesar en cuanto a la administración de las entidades del Estado?

Esos hechos o situaciones se remiten de manera específica a las concesiones o tercerizaciones de muchas entidades públicas, las cuales llegaron a niveles tan críticos desde el punto de vista administrativo y financiero que no les quedó otra salida distinta a la de pasar al manejo del sector privado o, en el peor de los casos, a su liquidación definitiva.

En nuestro municipio de Valledupar y en el departamento del Cesar, la lista de entidades públicas en crisis ha venido ampliándose cada vez más, ya son muchas las concesionadas y otras en camino a la liquidación como sucede con el Instituto Departamental de Rehabilitación y Educación Especial, Idreec, y otras obligatoriamente debieron ser intervenidas por entes del orden nacional en aras de rescatarlas para el servicio del público, tal es el caso del Hospital Rosario Pumarejo de López.

En el caso de la capital del Cesar, en todo este proceso de crisis institucional, la gota que acaba de rebosar el vaso es la situación de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, considerada en el reciente pasado como ‘la joya de la corona’ ya será intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.

La empresa Emdupar, en medio de todos sus desbarajustes administrativos y financieros, estaba a punto de ser embargada, situación que obligó a precipitar la intervención de la Superservicios. El superintendente fue claro en solicitar que la junta directiva se modifique y replantear los privilegios que por el momento tienen los miembros del sindicato de los trabajadores, algo que el mismo alcalde Mello Castro avaló para encontrar salidas a la situación.

Así las cosas, una de las empresas más grandes de Valledupar, de las pocas entidades públicas, adscritas al municipio, que quedaba, a partir de hoy 3 de marzo comenzará a ser administrada por la Superservicios, es decir, del resorte municipal pasa a depender de una entidad nacional.

El análisis superficial de la situación en general podría permitir una conclusión de simple sentido común y es reflexionar mediante unos interrogantes: ¿En Valledupar y el Cesar nos quedó grande el manejo de la cosa pública? ¿De quien es la responsabilidad política frente a la crisis de nuestras entidades pública territoriales? ¿Podemos seguir confiando en nuestra clase dirigente? ¿Qué hay que hacer para redireccionar el desarrollo del Cesar y Valledupar?.