Ayer la Secretaría de Salud local reveló la presencia del primer caso comprobado de coronavirus en la Cárcel del Distrito Judicial de Valledupar. Igualmente confirmó un caso probable en otro interno ya hospitalizado quien presenta la sintomatología que caracteriza a esta enfermedad.
Ayer la Secretaría de Salud local reveló la presencia del primer caso comprobado de coronavirus en la Cárcel del Distrito Judicial de Valledupar. Igualmente confirmó un caso probable en otro interno ya hospitalizado quien presenta la sintomatología que caracteriza a esta enfermedad.
De inmediato, se organizaron las brigadas y personal sanitario de ambas sectoriales, de nivel departamental y municipal, se tomó las instalaciones del viejo penal y practicó la recepción de 106 pruebas, protocolariamente establecieron realizar 210 de las mismas, por lo que hoy seguramente estarán terminando esa labor.
En las entrevistas a los internos, al momento de tomar la muestra se produce una indagación para conocer más aspectos que puedan estar relacionados con la presencia o no de la enfermedad y averiguar más.
Resulta que en las prisiones, al igual que afuera, se presentan ‘picos’ como los de gripes en niños y que nos dan a todos, en temporadas de lluvia, por ejemplo. Adentro la situación es igual. Internos dijeron que “la virosis había pasado”, pero que esta vez había sido más fuerte, con mucho malestar corporal, gripas, con tos, dolores de cabeza y fiebre. ¿A qué se debería?, ¿estaría el pico pandémico en el establecimiento carcelario ya de partida y con pacientes asintomáticos o con síntomas leves?
Los mismos reclusos dijeron que les dieron pastillas y el malestar pasó. Sea cual fuere la realidad, la situación es delicada. Los protocolos sanitarios indicarían que todo el personal relacionado con el penal debe hacerse la prueba. Ahora, ¿para qué una prueba que no hay donde procesar?, porque los problemas en el Laboratorio de Salud del Cesar siguen iguales a lo que ayer en este mismo espacio describimos.
Tamaña responsabilidad de las autoridades. Y bien, ¿cómo entraría el contagio?, cuando conocemos de los buenos protocolos de los centros carcelarios. ¿Qué estará pasando al respecto en la Tramacúa? Los únicos presos son los internos. El personal de guardia del Inpec hace sus turnos y regresa a sus hogares con sus familias, y también van a mercar; sin uniforme, son otros parroquianos más de la calle. Igual el personal administrativo y directores, enfermeras, psicólogos, médicos y los de servicios. Todos a prueba.
Es la cárcel lugar de clásica aglomeración. Lo sucedido en Villavicencio fue de gran experiencia, ya que hubo un hecho que se desbordó pero afortunadamente, por situaciones no claras aún, se dio el virus en la modalidad asintomática. Se pudo en consecuencia conjurar.
Es de esperar que las autoridades locales y el Ministerio de Justicia redoblen los esfuerzos para que esa pandemia no se desarrolle de manera incontrolada, y llegue a aumentar las presiones sobre las UCI, convertidas en el nudo gordiano de la situación, y cuyos ventiladores mecánicos han empezado a distribuirse aún de manera tímida en el territorio nacional. Ventiladores de los importados ya empezaron a llegar al departamento, los primeros al intervenido hospital de Chiriguaná. Esas intervenciones de la Nación tienen sus beneficios.
Ayer la Secretaría de Salud local reveló la presencia del primer caso comprobado de coronavirus en la Cárcel del Distrito Judicial de Valledupar. Igualmente confirmó un caso probable en otro interno ya hospitalizado quien presenta la sintomatología que caracteriza a esta enfermedad.
Ayer la Secretaría de Salud local reveló la presencia del primer caso comprobado de coronavirus en la Cárcel del Distrito Judicial de Valledupar. Igualmente confirmó un caso probable en otro interno ya hospitalizado quien presenta la sintomatología que caracteriza a esta enfermedad.
De inmediato, se organizaron las brigadas y personal sanitario de ambas sectoriales, de nivel departamental y municipal, se tomó las instalaciones del viejo penal y practicó la recepción de 106 pruebas, protocolariamente establecieron realizar 210 de las mismas, por lo que hoy seguramente estarán terminando esa labor.
En las entrevistas a los internos, al momento de tomar la muestra se produce una indagación para conocer más aspectos que puedan estar relacionados con la presencia o no de la enfermedad y averiguar más.
Resulta que en las prisiones, al igual que afuera, se presentan ‘picos’ como los de gripes en niños y que nos dan a todos, en temporadas de lluvia, por ejemplo. Adentro la situación es igual. Internos dijeron que “la virosis había pasado”, pero que esta vez había sido más fuerte, con mucho malestar corporal, gripas, con tos, dolores de cabeza y fiebre. ¿A qué se debería?, ¿estaría el pico pandémico en el establecimiento carcelario ya de partida y con pacientes asintomáticos o con síntomas leves?
Los mismos reclusos dijeron que les dieron pastillas y el malestar pasó. Sea cual fuere la realidad, la situación es delicada. Los protocolos sanitarios indicarían que todo el personal relacionado con el penal debe hacerse la prueba. Ahora, ¿para qué una prueba que no hay donde procesar?, porque los problemas en el Laboratorio de Salud del Cesar siguen iguales a lo que ayer en este mismo espacio describimos.
Tamaña responsabilidad de las autoridades. Y bien, ¿cómo entraría el contagio?, cuando conocemos de los buenos protocolos de los centros carcelarios. ¿Qué estará pasando al respecto en la Tramacúa? Los únicos presos son los internos. El personal de guardia del Inpec hace sus turnos y regresa a sus hogares con sus familias, y también van a mercar; sin uniforme, son otros parroquianos más de la calle. Igual el personal administrativo y directores, enfermeras, psicólogos, médicos y los de servicios. Todos a prueba.
Es la cárcel lugar de clásica aglomeración. Lo sucedido en Villavicencio fue de gran experiencia, ya que hubo un hecho que se desbordó pero afortunadamente, por situaciones no claras aún, se dio el virus en la modalidad asintomática. Se pudo en consecuencia conjurar.
Es de esperar que las autoridades locales y el Ministerio de Justicia redoblen los esfuerzos para que esa pandemia no se desarrolle de manera incontrolada, y llegue a aumentar las presiones sobre las UCI, convertidas en el nudo gordiano de la situación, y cuyos ventiladores mecánicos han empezado a distribuirse aún de manera tímida en el territorio nacional. Ventiladores de los importados ya empezaron a llegar al departamento, los primeros al intervenido hospital de Chiriguaná. Esas intervenciones de la Nación tienen sus beneficios.