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Editorial - 19 agosto, 2015

En Cesar seguimos pobres

Recientemente se conocieron los resultados del tercer Censo Nacional Agropecuario del Dane – CNA – con la participación del DPS y del sector de la Inclusión Social y la Reconciliación, que asegura que 883 mil personas superaron la pobreza multidimensional en las zonas rurales, al pasar de 73,7% en 2005 a 44,7% en 2014. Trae […]

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Recientemente se conocieron los resultados del tercer Censo Nacional Agropecuario del Dane – CNA – con la participación del DPS y del sector de la Inclusión Social y la Reconciliación, que asegura que 883 mil personas superaron la pobreza multidimensional en las zonas rurales, al pasar de 73,7% en 2005 a 44,7% en 2014.

Trae este Censo cifras interesantes logradas por los programas del Departamento para la Prosperidad Social –DPS-, (Más Familias en Acción y Red de Seguridad Alimentaria), que han ayudado a que el país alcance estos indicadores. Por ejemplo, el número de familias que hacen parte de la Red de Seguridad Alimentaria – ReSA era para 2010 de 27,718 y en 2014 pasó a 39,895. Es positivo que el 43% de los recursos de Más Familias en Acción se destinen para las zonas rurales más pobres del país, en las que más de un millón de familias rurales se han beneficiado durante 2015 y las Intervenciones Integrales Rurales han llegado a más de 56.000 hogares.

Este es el panorama nacional, pero el departamental sigue rezagado, con una zona rural asolada, cuyos campesinos han salido a los cascos urbanos a buscar mejores oportunidades, pero en realidad lo que han hecho es aumentar la pobreza.

Según el Plan de Desarrollo del Cesar ‘Prosperidad a Salvo’, “en el 2010 en este departamento 518.048 personas, equivalente al 53% de la población, estaban en el nivel de pobreza por ingresos, mientras que 178.841 en miseria o pobreza extrema. En cuanto a la pobreza por NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas), según cálculos del DNP, el Cesar al 2009 tenía un 31,1 % de su población en pobreza y un 11 % en miseria, y según las proyecciones del PNUD de pobreza, con base en el Sisben 2011, el 26 % de los cesarenses son pobres por NBI y el 13,59 % viven en miseria”.

Ese es el panorama de hace cuatro años y seguramente no ha mejorado, sino que ha empeorado. En el Objetivo del Milenio (ODM) de Naciones Unidas “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”, hay una meta nacional de disminuir el porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza a 28,50 %, que en el Cesar llegaba a 53,60 % en el 2010 y que se esperaba que para este año 2015 cuando se cumple el plazo para alcanzar los ODM, llegara al 37 %.

Hoy el Cesar sigue con un alto índice de pobreza, no se logró la meta propuesta y los programas encaminados para ello no fueron tan eficaces como se esperaba. Las metas de los planes de desarrollo del Cesar y de los 25 municipios del Cesar no fueron efectivos, ni lo serán en los cinco meses que les faltan a sus gobernantes.

Lo que viene es fundamental para los habitantes del departamento, que deben estar enfocados en elegir gobernantes que se preocupen por lo esencial, como combatir la pobreza, con mejores oportunidades laborales, acabando con la desnutrición infantil, con mejor y más seguridad alimentaria, promoviendo más programas para volver al Cesar rural. Para que nos decimos mentiras: seguimos pobres.

Editorial
19 agosto, 2015

En Cesar seguimos pobres

Recientemente se conocieron los resultados del tercer Censo Nacional Agropecuario del Dane – CNA – con la participación del DPS y del sector de la Inclusión Social y la Reconciliación, que asegura que 883 mil personas superaron la pobreza multidimensional en las zonas rurales, al pasar de 73,7% en 2005 a 44,7% en 2014. Trae […]


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Recientemente se conocieron los resultados del tercer Censo Nacional Agropecuario del Dane – CNA – con la participación del DPS y del sector de la Inclusión Social y la Reconciliación, que asegura que 883 mil personas superaron la pobreza multidimensional en las zonas rurales, al pasar de 73,7% en 2005 a 44,7% en 2014.

Trae este Censo cifras interesantes logradas por los programas del Departamento para la Prosperidad Social –DPS-, (Más Familias en Acción y Red de Seguridad Alimentaria), que han ayudado a que el país alcance estos indicadores. Por ejemplo, el número de familias que hacen parte de la Red de Seguridad Alimentaria – ReSA era para 2010 de 27,718 y en 2014 pasó a 39,895. Es positivo que el 43% de los recursos de Más Familias en Acción se destinen para las zonas rurales más pobres del país, en las que más de un millón de familias rurales se han beneficiado durante 2015 y las Intervenciones Integrales Rurales han llegado a más de 56.000 hogares.

Este es el panorama nacional, pero el departamental sigue rezagado, con una zona rural asolada, cuyos campesinos han salido a los cascos urbanos a buscar mejores oportunidades, pero en realidad lo que han hecho es aumentar la pobreza.

Según el Plan de Desarrollo del Cesar ‘Prosperidad a Salvo’, “en el 2010 en este departamento 518.048 personas, equivalente al 53% de la población, estaban en el nivel de pobreza por ingresos, mientras que 178.841 en miseria o pobreza extrema. En cuanto a la pobreza por NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas), según cálculos del DNP, el Cesar al 2009 tenía un 31,1 % de su población en pobreza y un 11 % en miseria, y según las proyecciones del PNUD de pobreza, con base en el Sisben 2011, el 26 % de los cesarenses son pobres por NBI y el 13,59 % viven en miseria”.

Ese es el panorama de hace cuatro años y seguramente no ha mejorado, sino que ha empeorado. En el Objetivo del Milenio (ODM) de Naciones Unidas “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”, hay una meta nacional de disminuir el porcentaje de personas por debajo de la línea de pobreza a 28,50 %, que en el Cesar llegaba a 53,60 % en el 2010 y que se esperaba que para este año 2015 cuando se cumple el plazo para alcanzar los ODM, llegara al 37 %.

Hoy el Cesar sigue con un alto índice de pobreza, no se logró la meta propuesta y los programas encaminados para ello no fueron tan eficaces como se esperaba. Las metas de los planes de desarrollo del Cesar y de los 25 municipios del Cesar no fueron efectivos, ni lo serán en los cinco meses que les faltan a sus gobernantes.

Lo que viene es fundamental para los habitantes del departamento, que deben estar enfocados en elegir gobernantes que se preocupen por lo esencial, como combatir la pobreza, con mejores oportunidades laborales, acabando con la desnutrición infantil, con mejor y más seguridad alimentaria, promoviendo más programas para volver al Cesar rural. Para que nos decimos mentiras: seguimos pobres.