“Mataron a El Chiche. Ay Dios mío, no puede ser, si él no se metía con nadie, no puede ser”. Eran frases que se escuchaban al medio día de ayer en la parte externa del hospital Rosario Pumarejo de López, de Valledupar, al conocerse la noticia sobre la muerte de Said Santiago Manosalva.

El fallecido de 44 años, nacido en González, Cesar y conocido cariñosamente como ‘El Chiche’, había sido remitido desde el hospital Eduardo Arredondo Daza del barrio San Martín tras ser baleado por dos atracadores que se movilizaban en una motocicleta tipo Viva de color rojo y llegaron hasta el establecimiento abierto al público de razón social, La Rocola’, localizado en la carrera 23 con calle 32 del barrio Los Fundadores de esta capital, donde el comerciante se encontraba se encontraba sentado con otro amigo tomando Cervezas.

Testigos del suceso confirmaron que Santiago Manosalva, fue abordado por el parrillero de la motocicleta y bajo amenazas de muerte le dijo que le entregara el bolso que cargaba, pero al parecer rehusó en entregarlo, forcejeó con el asaltante y este accionó el arma de fuego, una pistola al parecer calibre 7.65 de uso exclusivo de las fuerzas militares y le propinó tres heridas.

Uno de los disparos impactó en la pierna derecha, otro en el tórax lado izquierdo y uno más en el abdomen, dejando a Santiago Manosalva en estado agónico tendido en el suelo en la terraza del negocio.

Amigos y vecinos, lo auxiliaron y trasladaron en un vehículo hacia el Eduardo Arredondo Daza y ante la gravedad de las lesiones, los médicos decidieron remitirlo hasta el Rosario Pumarejo de López, donde al parecer llegó sin signos vitales, toda vez que los galenos de turno hicieron lo posible para tratar de reanimarlo, pero las lesiones fueron letales con afectación de varios órganos vitales.

Había salido para el Mercado

“Él había salido a comprar los artículos para surtir la tienda Provisiones Los Tres Bloques, que están ubicados en la calle 13A con carrera 12 del barrio Obrero de Valledupar, y en el bolso podría llevar algún dinero que estaría por el orden del millón de pesos, porque uno como tendero, es la cantidad que maneja para surtir el negocio diario. No nos explicamos qué lo condujo a llegar hacia ese sitio, pero lo cierto del caso es que se llevaron el bolso que portaba con todos sus documentos de identidad y otros elementos de valor. Luego que los delincuentes cometieron el crimen, al huir, se les apagó la motocicleta y duraron varios minutos para que prendiera. Nadie se atrevía a capturarlos, porque uno de ellos amenazaba con disparar la pistola que tenía en su mano derecha”, explicó uno de sus familiares.

Por Abdel Martínez Pérez
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