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Editorial - 5 agosto, 2013

Emprendimiento y asociatividad en la Nevada y el Perijá

Se mueve la dinámica empresarial y asociativa en los dos sistemas montañosos que rodean al departamento del Cesar: la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá, donde coincidencialmente se adelantan intervenciones institucionales con las comunidades campesinas e indígenas que habitan estas regiones para reactivar la economía a través de proyectos productivos que garanticen la estabilidad social de estas comunidades.

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Se mueve la dinámica empresarial y asociativa en los dos sistemas montañosos que rodean al departamento del Cesar: la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá, donde coincidencialmente se adelantan intervenciones institucionales con las comunidades campesinas e indígenas que habitan estas regiones para reactivar la economía a través de proyectos productivos que garanticen la estabilidad social de estas comunidades.

Por un lado, el Departamento para la Prosperidad Social –DPS- trabaja en una estrategia llamada la ‘Ruta de Ingresos y Empresarismos’ para beneficiar a los campesinos que pertenecen a la Red Unidos y Sisbén, condiciones necesarias para impulsar los proyectos de los emprendedores, que ya dio sus primeros frutos en el corregimiento de Atánquez, municipio de Valledupar.

El primer resultado tangible es el apoyo a la Asociación de Productores de Plantas Aromáticas, Medicinales y Condimentarías Kankuama, que ya recibió sus activos para impulsar la iniciativa productiva. Así como esta, existen muchas más iniciativas en esta zona que se benefician y se beneficiarán más adelante, luego de cumplir con los requisitos exigidos por el DPS, prepara a las comunidades en situación de vulnerabilidad, mediante acompañamiento psicosocial y empresarial, que les permita desarrollar proyectos productivos sustentables agrupados en cuatro líneas de negocio: agropecuaria, comercialización, producción y servicios.

Un buen comienzo para la estrategia, que requiere indudablemente para que sea exitosa y permanezca en el tiempo, del acompañamiento permanente de la institucionalidad, pues muchos ejemplos existen de intentos de reivindicación social y económica con población vulnerable, que han fracasado porque dejan solas a las comunidades.

Algo parecido sucede en la Serranía del Perijá, donde la Fundación Pro Sierra Nevada de Santa Marta adelanta con campesinos de la zona el Programa de Compensación Forestal, amparado por la Resolución 1465 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, que le apunta al desarrollo sostenible en el área del Perijá con protección de zona boscosa y al mejoramiento del área intervenida por la explotación minera, con lo cual lo que se espera finalmente es incrementar el caudal de los ríos Sororia y Tucuy.

Esta estrategia involucra a las familias campesinas que son las llamadas a ser las protectoras del Perijá, para lo cual éstas ceden una parte de sus tierras para la conservación y recuperación del área, y a cambio recibirán durante cuatro años recursos de forma trimestral. Es un compromiso de voluntades, por una parte los campesinos no cultivarán, no talarán ni harán quemas en esta zona escogida, y las instituciones, apoyadas por las empresas mineras, les garantizarán unos ingresos que pueden invertir en proyectos agrícolas.

Son dos ejemplos de reactivación económica, social y ambiental en estos dos sistemas montañosos, que se convertirán en ejemplo nacional si todas las partes ponen su grano de arena y cumplen con sus compromisos.

Editorial
5 agosto, 2013

Emprendimiento y asociatividad en la Nevada y el Perijá

Se mueve la dinámica empresarial y asociativa en los dos sistemas montañosos que rodean al departamento del Cesar: la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá, donde coincidencialmente se adelantan intervenciones institucionales con las comunidades campesinas e indígenas que habitan estas regiones para reactivar la economía a través de proyectos productivos que garanticen la estabilidad social de estas comunidades.


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Se mueve la dinámica empresarial y asociativa en los dos sistemas montañosos que rodean al departamento del Cesar: la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá, donde coincidencialmente se adelantan intervenciones institucionales con las comunidades campesinas e indígenas que habitan estas regiones para reactivar la economía a través de proyectos productivos que garanticen la estabilidad social de estas comunidades.

Por un lado, el Departamento para la Prosperidad Social –DPS- trabaja en una estrategia llamada la ‘Ruta de Ingresos y Empresarismos’ para beneficiar a los campesinos que pertenecen a la Red Unidos y Sisbén, condiciones necesarias para impulsar los proyectos de los emprendedores, que ya dio sus primeros frutos en el corregimiento de Atánquez, municipio de Valledupar.

El primer resultado tangible es el apoyo a la Asociación de Productores de Plantas Aromáticas, Medicinales y Condimentarías Kankuama, que ya recibió sus activos para impulsar la iniciativa productiva. Así como esta, existen muchas más iniciativas en esta zona que se benefician y se beneficiarán más adelante, luego de cumplir con los requisitos exigidos por el DPS, prepara a las comunidades en situación de vulnerabilidad, mediante acompañamiento psicosocial y empresarial, que les permita desarrollar proyectos productivos sustentables agrupados en cuatro líneas de negocio: agropecuaria, comercialización, producción y servicios.

Un buen comienzo para la estrategia, que requiere indudablemente para que sea exitosa y permanezca en el tiempo, del acompañamiento permanente de la institucionalidad, pues muchos ejemplos existen de intentos de reivindicación social y económica con población vulnerable, que han fracasado porque dejan solas a las comunidades.

Algo parecido sucede en la Serranía del Perijá, donde la Fundación Pro Sierra Nevada de Santa Marta adelanta con campesinos de la zona el Programa de Compensación Forestal, amparado por la Resolución 1465 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, que le apunta al desarrollo sostenible en el área del Perijá con protección de zona boscosa y al mejoramiento del área intervenida por la explotación minera, con lo cual lo que se espera finalmente es incrementar el caudal de los ríos Sororia y Tucuy.

Esta estrategia involucra a las familias campesinas que son las llamadas a ser las protectoras del Perijá, para lo cual éstas ceden una parte de sus tierras para la conservación y recuperación del área, y a cambio recibirán durante cuatro años recursos de forma trimestral. Es un compromiso de voluntades, por una parte los campesinos no cultivarán, no talarán ni harán quemas en esta zona escogida, y las instituciones, apoyadas por las empresas mineras, les garantizarán unos ingresos que pueden invertir en proyectos agrícolas.

Son dos ejemplos de reactivación económica, social y ambiental en estos dos sistemas montañosos, que se convertirán en ejemplo nacional si todas las partes ponen su grano de arena y cumplen con sus compromisos.