Este miércoles, la iniciativa ‘Valledupar, cómo vamos’ presentó los resultados de su primera gran encuesta. Todas las cifras en conjunto sirven de mapa y visor de ciudad. Es la encuesta  del aspecto ‘subjetivo’ del programa, lo que ve, siente, oye, cree y piensa la gente.  Posteriormente conoceremos ‘datos objetivos’,  reportes del  DANE, entre otros, estadísticas de avances, informes de Calidad de Vida, sobre los mismos aspectos y temas. 

La primera pregunta buscaba la opinión sobre si las cosas en Valledupar iban por buen o mal camino. El 78,4 % de los habitantes consideró que las cosas van por mal camino. Solo el 21,5 % calificaron que vamos bien. Pese al pesimismo generalizado que hay en la ciudad, el 55,2 % de los vallenatos se sienten satisfechos con Valledupar como un lugar para vivir, y el 23 % insatisfecho. El otro porcentaje respondió que ninguna de las dos.

Para leer la opinión de las personas sobre estas respuestas, EL PILÓN publicó los resultados en redes sociales. Los comentarios son llamativos, y algo preocupantes. Al igual que en las encuestas, en las redes sociales hay pesimismo sobre el presente y futuro de Valledupar, y nostalgia sobre lo que alguna vez fue.

“Así es, el Valle es un buen vividero, pero hace falta fuente de empleo”, “Es cierto, es un buen vividero, pero donde Valledupar tuviera inversión de industrias y en la seguridad, ya te digo”, “¿Será buen vividero una ciudad donde no se puede salir? Caos en movilidad, seguridad y falta de empleo hacen a Valledupar una ciudad no atractiva”, comentan algunos.

Otros son más fuertes: “Hace rato Valledupar dejó de ser buen vividero con esa atracadera vivir es imposible; antes sí era un buen vividero, ya no”.

Pero podemos centrarnos en un comentario de uno de los internautas: “Valledupar es una ciudad hermosa. Hace falta que todos pongamos lo mejor de nosotros para sacarla adelante”.

Esa es la tarea que nos queda a todos los sectores: construir ciudad. Quizás el error ha sido dejarle esa responsabilidad exclusivamente a una clase política, en muchos casos, egoísta, de corta visión y con cuestionamientos. Es el momento de hacer que los vallenatos se enamoren de Valledupar. Quizás allí está parte del problema: ¿quién respeta y construye en un lugar que no ama? Para eso se requieren una transformación cultural que empiece por generar confianza en las instituciones y sus dirigentes; y una gran campaña de pertenencia  y  cultura ciudadana. Ese mensaje lo dejó claro el nuevo mandatario Ernesto Orozco, en la presentación de los resultados de la encuesta de percepción -la opinión subjetiva de los ciudadanos- llevada a cabo ayer. La tarea es de todos los estamentos, los públicos, los académicos, los empresariales, los comunales. Un primer eslabón en esa cadena de colaboración es la coordinación y entendimiento entre el propio sector público en los niveles de gobierno municipal y departamental, en primera medida, y con el gobierno nacional.

El vallenato tiene una comprensión de sus dificultades pero deja ver un orgullo por su terruño y su hábitat y una esperanza, al contrastar lo que ya esperaba en diciembre,  fecha de realización de la encuesta,   cuando se había elegido al nuevo mandatario, con el abrumador  concepto negativo del anterior.