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Columnista - 5 marzo, 2017

El embudo de la extradición

Se fijaron fechas para reubicación y desarme, pero nada estuvo a tiempo. Y en medio de la improvisación, Alape salió con que no hay que preocuparse por las fechas. ¿Cuándo las Farc se han preocupado por ellas? Estiraron el proceso cinco años y no han entregado las listas de activos ni devuelto los niños, mientras […]

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Se fijaron fechas para reubicación y desarme, pero nada estuvo a tiempo. Y en medio de la improvisación, Alape salió con que no hay que preocuparse por las fechas. ¿Cuándo las Farc se han preocupado por ellas? Estiraron el proceso cinco años y no han entregado las listas de activos ni devuelto los niños, mientras el país se rasga las vestiduras.

El secreto ronda los listados de efectivos y milicianos, mientras los narcotraficantes buscan colarse. Dos ya lograron que el Gobierno congele su extradición hasta saber si pertenecen a las Farc, lo cual dirimen ¡las mismas Farc! Una peligrosa zona gris que desconoce décadas en que los guerrilleros fueron narcotraficantes y los narcos fueron “socios” de la guerrilla, los mismos que hoy, si no los dejan colar, cantarán contra las Farc. Si se abre semejante tronera estaremos ante la operación más grande y desvergonzada de lavado de activos y de impunidad para las mafias, bajo el paraguas del narcotráfico como delito conexo y no extraditable.

Pero las cosas cambian. Al margen de si nos gusta Trump, siete de cada diez estadounidenses aprobaron su discurso, basado en el proteccionismo y la seguridad frente al terrorismo y el narcotráfico, que vuelve a la agenda prioritaria con muy poco espacio para la no extradición.

Mientras se cierra la puerta a la de narcotraficantes a Estados Unidos, se abre con diligencia gubernamental cualquiera que acelere la de Andrés Felipe a Colombia y le cierre el paso al asilo, frente al juicio y la condena más politizados de nuestra justicia, así la Corte Suprema y el Gobierno proclamen su neutralidad e independencia.

En 2016 el presidente manifestó que “mi Gobierno no ha perseguido a nadie nunca”. Estuve entre la risa y la indignación. Lo he sufrido y lo ha sufrido Fedegán de manera infame. Tengo 349 razones de carne y hueso que lo desmienten, las de los empleados despedidos tras la liquidación ilegal del Fondo del Ganado. ¿Qué pensarán el exministro Arias y otros funcionarios del gobierno Uribe? ¿Qué pensarán los defensores del NO? ¿Qué pensarán Vicky Dávila y otros comunicadores que enfrentaron la verdad oficial?

Inaudito el último episodio de la persecución contra el exministro. El juez solicita al Gobierno explicar la situación del tratado de extradición. La canciller responde que “está en vigor en cuanto ninguno de los dos Estados ha manifestado su intención de darlo por terminado”, minimizando la “bobería” de que fue declarado inexequible y, por ende, inaplicable  para Colombia desde 1987. El presidente afirmó que Holguín “se limitó a responder esa pregunta de forma clara y específica”. Por supuesto, esas minucias de la constitucionalidad poco cuentan para un Gobierno que desconoció al pueblo en las urnas.

¿Qué pasaría si, con el mismo rasero, Estados Unidos pide en extradición  a los cabecillas de las Farc?

Por José Félix Lafaurie Rivera

 

Columnista
5 marzo, 2017

El embudo de la extradición

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Félix Lafaurie Rivera

Se fijaron fechas para reubicación y desarme, pero nada estuvo a tiempo. Y en medio de la improvisación, Alape salió con que no hay que preocuparse por las fechas. ¿Cuándo las Farc se han preocupado por ellas? Estiraron el proceso cinco años y no han entregado las listas de activos ni devuelto los niños, mientras […]


Se fijaron fechas para reubicación y desarme, pero nada estuvo a tiempo. Y en medio de la improvisación, Alape salió con que no hay que preocuparse por las fechas. ¿Cuándo las Farc se han preocupado por ellas? Estiraron el proceso cinco años y no han entregado las listas de activos ni devuelto los niños, mientras el país se rasga las vestiduras.

El secreto ronda los listados de efectivos y milicianos, mientras los narcotraficantes buscan colarse. Dos ya lograron que el Gobierno congele su extradición hasta saber si pertenecen a las Farc, lo cual dirimen ¡las mismas Farc! Una peligrosa zona gris que desconoce décadas en que los guerrilleros fueron narcotraficantes y los narcos fueron “socios” de la guerrilla, los mismos que hoy, si no los dejan colar, cantarán contra las Farc. Si se abre semejante tronera estaremos ante la operación más grande y desvergonzada de lavado de activos y de impunidad para las mafias, bajo el paraguas del narcotráfico como delito conexo y no extraditable.

Pero las cosas cambian. Al margen de si nos gusta Trump, siete de cada diez estadounidenses aprobaron su discurso, basado en el proteccionismo y la seguridad frente al terrorismo y el narcotráfico, que vuelve a la agenda prioritaria con muy poco espacio para la no extradición.

Mientras se cierra la puerta a la de narcotraficantes a Estados Unidos, se abre con diligencia gubernamental cualquiera que acelere la de Andrés Felipe a Colombia y le cierre el paso al asilo, frente al juicio y la condena más politizados de nuestra justicia, así la Corte Suprema y el Gobierno proclamen su neutralidad e independencia.

En 2016 el presidente manifestó que “mi Gobierno no ha perseguido a nadie nunca”. Estuve entre la risa y la indignación. Lo he sufrido y lo ha sufrido Fedegán de manera infame. Tengo 349 razones de carne y hueso que lo desmienten, las de los empleados despedidos tras la liquidación ilegal del Fondo del Ganado. ¿Qué pensarán el exministro Arias y otros funcionarios del gobierno Uribe? ¿Qué pensarán los defensores del NO? ¿Qué pensarán Vicky Dávila y otros comunicadores que enfrentaron la verdad oficial?

Inaudito el último episodio de la persecución contra el exministro. El juez solicita al Gobierno explicar la situación del tratado de extradición. La canciller responde que “está en vigor en cuanto ninguno de los dos Estados ha manifestado su intención de darlo por terminado”, minimizando la “bobería” de que fue declarado inexequible y, por ende, inaplicable  para Colombia desde 1987. El presidente afirmó que Holguín “se limitó a responder esa pregunta de forma clara y específica”. Por supuesto, esas minucias de la constitucionalidad poco cuentan para un Gobierno que desconoció al pueblo en las urnas.

¿Qué pasaría si, con el mismo rasero, Estados Unidos pide en extradición  a los cabecillas de las Farc?

Por José Félix Lafaurie Rivera