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Columnista - 12 mayo, 2014

Elecciones en Europa y en Colombia

El 25 de mayo habrá elecciones en Europa también. En cada uno de los 28 países miembros de la UE, los partidos políticos, elegirán sus representantes al Parlamento Europeo, compuesto por 751 miembros. La campaña se ha intensificado últimamente. Una gran variedad de ideologías y tendencias políticas sostienen los debates sobre temas candentes y problemas […]

El 25 de mayo habrá elecciones en Europa también. En cada uno de los 28 países miembros de la UE, los partidos políticos, elegirán sus representantes al Parlamento Europeo, compuesto por 751 miembros. La campaña se ha intensificado últimamente.

Una gran variedad de ideologías y tendencias políticas sostienen los debates sobre temas candentes y problemas que van desde el manejo de la profunda crisis económica que sigue sin resolverse, hasta discusiones relativas al control de calidad de productos de consumo popular, pasando por asuntos muy delicados como el resurgir de las propuestas xenófobas de inspiración fascista.

A juicio de muchos candidatos y activistas políticos el problema más grave en la región es la ruptura social –desempleo, pobreza, precariedad- y territorial que la crisis ha provocado. La democracia europea ha sido secuestrada por el neoliberalismo y por el capitalismo financiero y el rescate lo está pagando la justicia social.

A causa del déficit democrático el grueso de la población no se siente partícipe del proceso y juzga que el Parlamento a elegir carece de poder real, cada vez incide menos porque quien ostenta y ejerce poder es la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional) ajena a los intereses populares.

El desempleo es sin duda el problema más visible. Son 28 millones de personas sin trabajo y de ellos 6 millones son jóvenes, la mayoría con estudios superiores. La frustración y el pesimismo agobian a una juventud que nació y creció en la prosperidad económica.

Suecia tendrá 20 representantes en el Parlamento europeo. Ocho partidos políticos elegirán -cada uno- entre dos y cuatro representantes. Aquí la campaña es menos agitada, no tanto por el carácter pasivo de los suecos sino porque en el norte de Europa la crisis apenas se nota.

Pero en Suecia habrá además elecciones de cuerpos legislativos en septiembre próximo. Como concejal municipal desde hace 12 años, participo en ambas campañas y en desarrollo de algunas actividades, cualquier día me abordó una periodista que, algo informada sobre lo que ocurre en Latinoamérica me lanzó varias preguntas sobre las elecciones en Colombia y las propuestas de los diferentes candidatos frente a los graves problemas de mi país, en materia de pobreza, desigualdad, narcotráfico, violencia, conflicto interno, etc. No había tiempo para muchas explicaciones.

Obligada a la brevedad sólo atiné a decirle que más que propuestas, los candidatos opcionados, se empeñaban en descalificarse mutuamente acusándose de graves delitos y por eso, no parecía viable escoger al mejor candidato sino al menos malo, ojalá comprometido con la continuidad del proceso de paz.

Columnista
12 mayo, 2014

Elecciones en Europa y en Colombia

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Imelda Daza Cotes

El 25 de mayo habrá elecciones en Europa también. En cada uno de los 28 países miembros de la UE, los partidos políticos, elegirán sus representantes al Parlamento Europeo, compuesto por 751 miembros. La campaña se ha intensificado últimamente. Una gran variedad de ideologías y tendencias políticas sostienen los debates sobre temas candentes y problemas […]


El 25 de mayo habrá elecciones en Europa también. En cada uno de los 28 países miembros de la UE, los partidos políticos, elegirán sus representantes al Parlamento Europeo, compuesto por 751 miembros. La campaña se ha intensificado últimamente.

Una gran variedad de ideologías y tendencias políticas sostienen los debates sobre temas candentes y problemas que van desde el manejo de la profunda crisis económica que sigue sin resolverse, hasta discusiones relativas al control de calidad de productos de consumo popular, pasando por asuntos muy delicados como el resurgir de las propuestas xenófobas de inspiración fascista.

A juicio de muchos candidatos y activistas políticos el problema más grave en la región es la ruptura social –desempleo, pobreza, precariedad- y territorial que la crisis ha provocado. La democracia europea ha sido secuestrada por el neoliberalismo y por el capitalismo financiero y el rescate lo está pagando la justicia social.

A causa del déficit democrático el grueso de la población no se siente partícipe del proceso y juzga que el Parlamento a elegir carece de poder real, cada vez incide menos porque quien ostenta y ejerce poder es la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional) ajena a los intereses populares.

El desempleo es sin duda el problema más visible. Son 28 millones de personas sin trabajo y de ellos 6 millones son jóvenes, la mayoría con estudios superiores. La frustración y el pesimismo agobian a una juventud que nació y creció en la prosperidad económica.

Suecia tendrá 20 representantes en el Parlamento europeo. Ocho partidos políticos elegirán -cada uno- entre dos y cuatro representantes. Aquí la campaña es menos agitada, no tanto por el carácter pasivo de los suecos sino porque en el norte de Europa la crisis apenas se nota.

Pero en Suecia habrá además elecciones de cuerpos legislativos en septiembre próximo. Como concejal municipal desde hace 12 años, participo en ambas campañas y en desarrollo de algunas actividades, cualquier día me abordó una periodista que, algo informada sobre lo que ocurre en Latinoamérica me lanzó varias preguntas sobre las elecciones en Colombia y las propuestas de los diferentes candidatos frente a los graves problemas de mi país, en materia de pobreza, desigualdad, narcotráfico, violencia, conflicto interno, etc. No había tiempo para muchas explicaciones.

Obligada a la brevedad sólo atiné a decirle que más que propuestas, los candidatos opcionados, se empeñaban en descalificarse mutuamente acusándose de graves delitos y por eso, no parecía viable escoger al mejor candidato sino al menos malo, ojalá comprometido con la continuidad del proceso de paz.