La reforma pretende también, que se acabe la intermediación para que se le giren los recursos directa y oportunamente a las ESE (red de hospitales públicos) y de esta manera evitar que estos colapsen pues las EPS (intermediarias) no vienen cumpliendo con este cometido, para muestra tenemos el Hospital Rosario Pumarejo de López...
La reforma a la salud del Presidente Petro, parece estar viviendo su propio viacrucis en el Congreso, muy a pesar de sus bondades, pues propone una atención preventiva a través de los CAPS (Centro de Atención Primaria en Salud) con la finalidad de detectar las enfermedades antes que estas lleguen, abaratando los costos en la atención por paciente; la reforma propende además, por la descentralización de los centros médicos, para que los pobladores de las zonas rurales no tengan que desplazarse hasta la ciudad para recibir la atención médica que requieren, eso sin detrimento de poderse elegir el CAPS que el paciente desee; asimismo, plantea la recuperación de un sistema que colapsó, pues desde hace marras y de manera sistemática las EPS están entrando en liquidación, hagamos memoria: Coosalud, Cafesalud, Saludcoop, Medimás, entre muchas otras, quedando activas solo 29, con el agravante que las que quedan activas tienen que recibir los pacientes de las EPS que dejan de prestar el servicio, produciéndose el efecto dominó.
La reforma pretende también, que se acabe la intermediación para que se le giren los recursos directa y oportunamente a las ESE (red de hospitales públicos) y de esta manera evitar que estos colapsen pues las EPS (intermediarias) no vienen cumpliendo con este cometido, para muestra tenemos el Hospital Rosario Pumarejo de López. El monto de la deuda asciende a la suma de 25 billones de pesos a corte de octubre 2023 (¡!).
Por último, y no es un dato menor, se calcula que la tasa de mortalidad por la mala calidad en la prestación del servicio del actual Sistema General de Salud supera las víctimas del conflicto colombiano interno estimado en más de 8 millones de víctimas, con el agravante que el actual sistema tiene 30 años en tanto que el conflicto armado tiene más de medio siglo.
Visto lo anterior, nos podríamos preguntar ¿por qué esta reforma no ha recibido el respaldo esperado, al punto que se encuentra en cuidados intensivos? A lo que podríamos responder lo siguiente: i) Las víctimas del actual SGS que en paz descansen, han guardado un obvio y sepulcral silencio… ii) Los pacientes que aún continuamos con vida, gracias a la misericordia divina, y que nos hemos quejado por el pésimo servicio prestado por las EPSes nos encontramos a la espera de un fallo de tutela en virtud del cual esperamos que se nos garantice nuestro derecho fundamental a la salud ¿Hay derecho?
Nota de cierre: el fallo proferido por la CSJ contra el exgobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco debe servir de escarmiento para quienes ven en el PAE una fuente de enriquecimiento ilícito.
Darío Arregocés Baute / [email protected]
La reforma pretende también, que se acabe la intermediación para que se le giren los recursos directa y oportunamente a las ESE (red de hospitales públicos) y de esta manera evitar que estos colapsen pues las EPS (intermediarias) no vienen cumpliendo con este cometido, para muestra tenemos el Hospital Rosario Pumarejo de López...
La reforma a la salud del Presidente Petro, parece estar viviendo su propio viacrucis en el Congreso, muy a pesar de sus bondades, pues propone una atención preventiva a través de los CAPS (Centro de Atención Primaria en Salud) con la finalidad de detectar las enfermedades antes que estas lleguen, abaratando los costos en la atención por paciente; la reforma propende además, por la descentralización de los centros médicos, para que los pobladores de las zonas rurales no tengan que desplazarse hasta la ciudad para recibir la atención médica que requieren, eso sin detrimento de poderse elegir el CAPS que el paciente desee; asimismo, plantea la recuperación de un sistema que colapsó, pues desde hace marras y de manera sistemática las EPS están entrando en liquidación, hagamos memoria: Coosalud, Cafesalud, Saludcoop, Medimás, entre muchas otras, quedando activas solo 29, con el agravante que las que quedan activas tienen que recibir los pacientes de las EPS que dejan de prestar el servicio, produciéndose el efecto dominó.
La reforma pretende también, que se acabe la intermediación para que se le giren los recursos directa y oportunamente a las ESE (red de hospitales públicos) y de esta manera evitar que estos colapsen pues las EPS (intermediarias) no vienen cumpliendo con este cometido, para muestra tenemos el Hospital Rosario Pumarejo de López. El monto de la deuda asciende a la suma de 25 billones de pesos a corte de octubre 2023 (¡!).
Por último, y no es un dato menor, se calcula que la tasa de mortalidad por la mala calidad en la prestación del servicio del actual Sistema General de Salud supera las víctimas del conflicto colombiano interno estimado en más de 8 millones de víctimas, con el agravante que el actual sistema tiene 30 años en tanto que el conflicto armado tiene más de medio siglo.
Visto lo anterior, nos podríamos preguntar ¿por qué esta reforma no ha recibido el respaldo esperado, al punto que se encuentra en cuidados intensivos? A lo que podríamos responder lo siguiente: i) Las víctimas del actual SGS que en paz descansen, han guardado un obvio y sepulcral silencio… ii) Los pacientes que aún continuamos con vida, gracias a la misericordia divina, y que nos hemos quejado por el pésimo servicio prestado por las EPSes nos encontramos a la espera de un fallo de tutela en virtud del cual esperamos que se nos garantice nuestro derecho fundamental a la salud ¿Hay derecho?
Nota de cierre: el fallo proferido por la CSJ contra el exgobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco debe servir de escarmiento para quienes ven en el PAE una fuente de enriquecimiento ilícito.
Darío Arregocés Baute / [email protected]