Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO* Las recientes declaraciones de Salvatore Mancuso desde una cárcel en EEUU a Caracol Radio, agitan de nuevo la polémica sobre una época monstruosa, que vivió Colombia por causa de estos “señores” quienes intentaron imponer el poder a punta de sangre y fuego, y hoy, pretenden seguir desestabilizando el orden político […]
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO*
Las recientes declaraciones de Salvatore Mancuso desde una cárcel en EEUU a Caracol Radio, agitan de nuevo la polémica sobre una época monstruosa, que vivió Colombia por causa de estos “señores” quienes intentaron imponer el poder a punta de sangre y fuego, y hoy, pretenden seguir desestabilizando el orden político del país. Entre otros muchos comentarios, confirmó las denuncias que ya todos conocíamos: que dio dinero a la campaña de Uribe, que Francisco Santos quería armar el bloque capital, que los militares ayudaron a las AUC y que además infiltraron la Fiscalía y contaban con el 30% del Congreso, solo le faltó repetir que Jorge Noguera era su aliado. Lo nuevo es que salpicó a Postobón, a Fedegán en cabeza de José Félix Lafaurie y una supuesta reunión con Álvaro Uribe, en la que no quiso profundizar argumentando posibles retaliaciones contra su familia o esperando otra entrevista para seguir siendo el centro de atracción.
Mancuso, que se nota que no lo está pasando muy bien, reiteró que el gobierno Uribe les incumplió y que la extradición de los principales jefes paramilitares se constituyó en una venganza criminal por cuenta de las incómodas verdades que comenzaban a revelar. ¿Qué tal?, esto sí es lo último, un hombre de esta calaña hablando de venganza criminal, es como si Luis Alfredo Garavito nos da cátedra de psicología infantil. Lo claro es que en esas declaraciones hay dolor por la extradición de la que fueron víctimas y que no esperaban; el objetivo de estos bandidos era seguir dirigiendo sus estructuras criminales desde la cárcel y al cabo de 5 años, salir libres a disfrutar de sus fortunas, adquiridas a costa de desplazamientos, asesinatos y negocios de narcotráfico. Pero esto parece tener otro trasfondo, de todos es bien sabido la profunda enemistad que existe entre Darío Arismendi director de Caracol Radio y Álvaro Uribe, además con su rival de RCN Francisco Santos, lo que hace el comunicador paisa en esta ocasión es servirle de caja de resonancia al ex jefe paramilitar para satisfacer sus odios personales, craso error, el periodismo de pasiones termina en una burda utilización para fines determinados y, lo peor, en la que gana la delincuencia. Aquí no se trata de encubrir a Álvaro Uribe, lo hechos saltan a la vista y bastantes escándalos que tuvo en su gobierno han salido a la luz pública y han sido censurados, (Agro Ingreso Seguro, chuzadas, Yidis política, etc.). Pero tampoco podemos caer en la trampa de estos criminales quienes desde sus celdas pretenden obtener réditos para ver si sus condenas se aminoran. Sería bueno que Mancuso y sus secuaces cuando vayan a dar declaraciones hablen con sensatez, pero no para vengarse, sino para contribuir a la verdadera reconciliación del país, ¿por qué no menciona a los para empresarios?, ¿por qué no dice cuantas tierras, que deben ser para las víctimas, tiene aun en su poder? ¿Por qué no habla del para periodismo?, ¿por qué no delata a sus socios en el narcotráfico?
El cinismo de Mancuso no tiene límites, cuando estuvo en justicia y paz, le mamó gallo al país, y ahora, sí tiene una verdad para contar, es difícil creerle a un tipo que solo busca su propio beneficio y que de paso, desangró a la sociedad colombiana con moto sierras. Sin embargo, hoy es visto por muchos como el dueño de la verdad.
*Twitter: @JACOBOSOLANOC
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO* Las recientes declaraciones de Salvatore Mancuso desde una cárcel en EEUU a Caracol Radio, agitan de nuevo la polémica sobre una época monstruosa, que vivió Colombia por causa de estos “señores” quienes intentaron imponer el poder a punta de sangre y fuego, y hoy, pretenden seguir desestabilizando el orden político […]
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO*
Las recientes declaraciones de Salvatore Mancuso desde una cárcel en EEUU a Caracol Radio, agitan de nuevo la polémica sobre una época monstruosa, que vivió Colombia por causa de estos “señores” quienes intentaron imponer el poder a punta de sangre y fuego, y hoy, pretenden seguir desestabilizando el orden político del país. Entre otros muchos comentarios, confirmó las denuncias que ya todos conocíamos: que dio dinero a la campaña de Uribe, que Francisco Santos quería armar el bloque capital, que los militares ayudaron a las AUC y que además infiltraron la Fiscalía y contaban con el 30% del Congreso, solo le faltó repetir que Jorge Noguera era su aliado. Lo nuevo es que salpicó a Postobón, a Fedegán en cabeza de José Félix Lafaurie y una supuesta reunión con Álvaro Uribe, en la que no quiso profundizar argumentando posibles retaliaciones contra su familia o esperando otra entrevista para seguir siendo el centro de atracción.
Mancuso, que se nota que no lo está pasando muy bien, reiteró que el gobierno Uribe les incumplió y que la extradición de los principales jefes paramilitares se constituyó en una venganza criminal por cuenta de las incómodas verdades que comenzaban a revelar. ¿Qué tal?, esto sí es lo último, un hombre de esta calaña hablando de venganza criminal, es como si Luis Alfredo Garavito nos da cátedra de psicología infantil. Lo claro es que en esas declaraciones hay dolor por la extradición de la que fueron víctimas y que no esperaban; el objetivo de estos bandidos era seguir dirigiendo sus estructuras criminales desde la cárcel y al cabo de 5 años, salir libres a disfrutar de sus fortunas, adquiridas a costa de desplazamientos, asesinatos y negocios de narcotráfico. Pero esto parece tener otro trasfondo, de todos es bien sabido la profunda enemistad que existe entre Darío Arismendi director de Caracol Radio y Álvaro Uribe, además con su rival de RCN Francisco Santos, lo que hace el comunicador paisa en esta ocasión es servirle de caja de resonancia al ex jefe paramilitar para satisfacer sus odios personales, craso error, el periodismo de pasiones termina en una burda utilización para fines determinados y, lo peor, en la que gana la delincuencia. Aquí no se trata de encubrir a Álvaro Uribe, lo hechos saltan a la vista y bastantes escándalos que tuvo en su gobierno han salido a la luz pública y han sido censurados, (Agro Ingreso Seguro, chuzadas, Yidis política, etc.). Pero tampoco podemos caer en la trampa de estos criminales quienes desde sus celdas pretenden obtener réditos para ver si sus condenas se aminoran. Sería bueno que Mancuso y sus secuaces cuando vayan a dar declaraciones hablen con sensatez, pero no para vengarse, sino para contribuir a la verdadera reconciliación del país, ¿por qué no menciona a los para empresarios?, ¿por qué no dice cuantas tierras, que deben ser para las víctimas, tiene aun en su poder? ¿Por qué no habla del para periodismo?, ¿por qué no delata a sus socios en el narcotráfico?
El cinismo de Mancuso no tiene límites, cuando estuvo en justicia y paz, le mamó gallo al país, y ahora, sí tiene una verdad para contar, es difícil creerle a un tipo que solo busca su propio beneficio y que de paso, desangró a la sociedad colombiana con moto sierras. Sin embargo, hoy es visto por muchos como el dueño de la verdad.
*Twitter: @JACOBOSOLANOC