El paralelo para enmarcar un ‘cortometraje’ en la vida de Kevin Flórez es Rafael, su padre, encargado de maquinar el futuro para el artista más exitoso de la champeta en Colombia.

El músico, nacido en Cartagena de Indias incursionó hace tres años en el género con sabor a palenque africano, letras explícitas y movimientos sensuales y desenfrenados. Kevin Flórez consiguió muy rápido ser el ‘dueño del género’, sus éxitos con pegajosas melodías, la entrega y su presencia en los diferentes escenarios lo hacen ver como un artista diferente de la champeta.

Kevin dice que sus inicios fueron en campos como el dancehall y el hip-hop. Pese a que nunca estigmatizó las canciones de artistas como El Sayayín, Papo Man, El Afinaito y Mr. Black, entre otros de la champeta criolla, sabía que un gran sector de la sociedad cartagenera y colombiana sí.

El intérprete de 22 años lucha por ser el Rey de la Champeta Urbana, así como tituló su único disco compacto grabado hasta el momento, en el que aparece el disco La Invité a bailar, conocido popularmente como ‘el choque’, encargado de romper el sofisma recaído sobre la champeta por los estratos sociales altos en el país.

Su agrupación es un proceso familiar, en los coros es acompañado por sus hermanos Kingston y Keyner. Su papá, Rafael Flórez, es su productor y mánager. Mientras que su mamá María Eugenia Rodríguez y su hermana Cindy son las encargas de diseñarle la ropa que luce en cada presentación.

El artista más taquillero en el reciente Carnaval de Barranquilla, el primer ganador del Congo de Oro en el Festival de Orquesta para el género urbano y premios como los Luna y Shock, contestó algunas preguntas para EL PILÓN.

EL PILÓN: ¿Cómo llega Kevin Flórez en la champeta?

Kevin Flórez: Yo crecí en un círculo familiar urbano en el que ponían música reggae, rap y, mí papa (Rafael), me componía mis primeras canciones cuando yo tenía cuatro años. En el 2009 me inclino por el dancehall y un año después tuve un receso en grabaciones; estuve de gira pero no incursioné en producciones musicales. Solamente tengo tres años en la champeta.

E.P: ¿Y entonces cómo llega el éxito a lo que llamas champeta urbana?

K.F: En el 2011 ingreso a los estudios de grabación y comienzo a hacer una mezcla de champeta con dancehall y hip-hop; yo quería hacer algo que no se llamara champeta criolla, ni africana, sino champeta urbana.

E.P: ¿Cuándo arranca de firme en el ritmo popular de Cartagena?

K.F: Yo tuve un sueño con una melodía que me dio para levantarme tipo 2:00 de la madrugada: la canción se llama Ya no hay amor y fue lo primero que compuse para este género. Hice el tema, al día siguiente llegó un amigo llamado Lenon King (compositor) y me dijo ‘esa canción muéstrasela a Shawala porque él tiene un pick-up y pega las canciones’; se la llevé y desde ahí se le dio el nombre de champeta urbana.

E.P: ¿Y cómo llega el éxito de la canción La invité a bailar (el choque)?

K.F: Mí papá y yo la comenzamos a componer; desde el inicio, teníamos la idea de que a muchas niñas de los estratos altos no les gustaba la champeta, pero había que invitarlas a bailar: las muchachitas se enamoraron tanto de la champeta que no solamente fue gente de la clase media, popular, sino la clase social más alta que ahora baila y pide canciones. La champeta estaba estigmatizada porque solo la bailábamos los de barrios populares, pero ya hemos demostrado que es un género como cualquier otro.

E.P: En la industria musical siempre vemos competencia, caso actual en el vallenato Silvestre Dangond y Martín Elías Díaz… ¿Hay alguna rivalidad entre Mr. Black (intérprete de El Serrucho) y Kevin Flórez?

K.F: Yo respeto a Mr. Black, es un artista que lleva trabajando muchos años por la champeta. Para mí es uno de los mejores que ha hecho música criolla. Mi competencia no es Mr. Black, ni otros artistas de aquí (Colombia), yo estoy centrado en competir con los mercados internacionales.

Debemos solidificar el género y no verlo como rivalidad, sino como un punto estratégico para disputar con lo internacional como Daddy Yanke, Wisin y Yandel, entre otros: tengo visión internacional.

E.P: ¿Qué piensas del vallenato?

K.F: Es un género de otro nivel; el vallenato y la champeta son fenómenos. Me gusta y mis artistas favoritos se llaman Alfredo Gutiérrez y Diomedes Díaz. Del primero me gusta mucho la canción Ojos indios y de ‘El Cacique de la Junta’ la Tiendecita (Los Recuerdos de ella).

E.P: ¿Y cómo visionas al vallenato junto a sus artistas?

K.F: El vallenato al inicio lo vieron como un género corroncho a nivel nacional, pero ahora mismo todo mundo lo baila. Silvestre Dangond, Martín Elías y Carlos Vives son artistas taquilleros que ahora llevan el nombre de Colombia en alto.

E.P: Termina el Carnaval de Barranquilla y se avecina el Festival Vallenato… ¿cómo quieres llegar a Valledupar?

K.F: Esperemos que nos reciba como lo hizo Barranquilla este año. Me siento tan feliz que es difícil explicar lo vivido.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
[email protected]