En la apertura del II Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata, en homenaje a Adolfo Pacheco Anillo, se trataron temáticas interesantes, lo que despertó el interés del público.
ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]
Amantes de la música, expertos en folclor, académicos y estudiantes, se dieron cita ayer en la UPC, sede Sábanas, en el marco del Segundo Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata, que rinde tributo al compositor Adolfo Pacheco Anillo.
La indisoluble relación entre el folclor y la literatura, Gabriel García Márquez y la música de acordeón, Vallenato: Música popular colombiana, Las huellas indelebles de un juglar, vida, pasión y misión de Pacheco Anillo, fueron algunas de las temáticas tratadas.
El licenciado en Idiomas y Magister en Literatura,Óscar Ariza Daza, explicó que pese a la evolución y urbanismo que se habla en el vallenato, sigue existiendo una conexión directa entre la naturaleza y la axiología campesina en algunas composiciones. “Muchos hablan de la crisis del vallenato, pero eso no es así, lo que está en crisis es la forma cómo se está operando, o sea la comercialización a la que está sujeta porque las canciones siguen creándose, pero no se están grabando”, enfatizó.
También habló del erotismo en las obras musicales, tomando como ejemplo el tema ‘Más enamorado que nunca’, de Fernando Meneses, donde el autor recurre al elemento de la naturaleza para cantarle a la mujer. “Existe todo un recorrido del erotismo, desde la contemplación, le canta muy bien al cuerpo de la mujer, mimetizado en el paisaje de la región”, afirmó el ponente.
Ariza Daza exhortó a las nuevas generaciones a estudiar el vallenato con seriedad, afirmando que “más allá de iniciar discusiones de si es bueno o malo, se debe mirar el contexto en que se están produciendo los textos vallenatos y analizar cuál es la visión de mundo. Si nosotros además de la caja, guacharaca y acordeón, más allá del valor instrumental, miramos el vallenato como una forma de pensar, que representa nuestra tierra lo entenderemos mejor”.
Agregó que el vallenato sí está evolucionando, pero no ha perdido su conexión con la dimensión campesina; prueba de ello son las obras de Gustavo Gutierrez, Rosendo Romero, Hernando Marín, Leandro Díaz, ‘Chiche’ Maestre, Iván Ovalle y Hernán Urbina, que presentan en sus canciones la reconfiguración del lenguaje al utilizar metáforas, símiles y otras figuras literarias diferentes al lenguaje común, sin perder la conexión natural.
Las TIC y la música
Por su parte, el profesor de la universidad de Cartagena, Jorge Nieves Oviedo, planteó cómo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cambian las relaciones de los jóvenes con las formas de las culturas, y el modo como ha modificado en los jóvenes la escucha de la música, pero también de los músicos y compositores con la producción y circulación de la música.
También se refirió a cómo las nuevas tecnologías digitalizadas de la información cambian y permiten otras formas de intercambio, recordando que la traducción de las músicas a formato digital ha permitido comprimir los archivos en MP3 o MP4, que aumenta la capacidad de almacenamiento, hace que una persona tenga en un dispositivo la posibilidad de chatear, ver Internet, enviar y recibir mensajes o escuchar música.
“Cuando la música era sólo en vivo, solo se podía escuchar lo que el músico tocaba; cuando fue grabada por sistemas analógicos como la grabadora de carrete o copias en discos de vinilo, había que escuchar lo que estaba grabado. Luego con el casete, DVD y los dispositivos digitalizados se puede elegir el repertorio, lo que da libertad, permite intercambios, que no están controlados por el mercado de la música”, manifestó Nieves Oviedo.
El anterior hecho ha generado que la gente joven se desconecte con las músicas con las que tenían raíces de identidad cultural. “Mucha gente habla del poco amor de las tradiciones o de grandes figuras del folclor. Mi preocupación es entender que los jóvenes pueden reconstruir su identidad con las músicas raízales sin abandonar su gusto por los sonidos universales.
No se debe estigmatizar a las TIC como las causantes de la pérdida de identidad musical, lo que se debe es aprovechar como aliadas para el fortalecimiento cultural”, puntualizó el docente.
En la apertura del II Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata, en homenaje a Adolfo Pacheco Anillo, se trataron temáticas interesantes, lo que despertó el interés del público.
ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
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Amantes de la música, expertos en folclor, académicos y estudiantes, se dieron cita ayer en la UPC, sede Sábanas, en el marco del Segundo Encuentro Nacional de Investigadores de Música Vallenata, que rinde tributo al compositor Adolfo Pacheco Anillo.
La indisoluble relación entre el folclor y la literatura, Gabriel García Márquez y la música de acordeón, Vallenato: Música popular colombiana, Las huellas indelebles de un juglar, vida, pasión y misión de Pacheco Anillo, fueron algunas de las temáticas tratadas.
El licenciado en Idiomas y Magister en Literatura,Óscar Ariza Daza, explicó que pese a la evolución y urbanismo que se habla en el vallenato, sigue existiendo una conexión directa entre la naturaleza y la axiología campesina en algunas composiciones. “Muchos hablan de la crisis del vallenato, pero eso no es así, lo que está en crisis es la forma cómo se está operando, o sea la comercialización a la que está sujeta porque las canciones siguen creándose, pero no se están grabando”, enfatizó.
También habló del erotismo en las obras musicales, tomando como ejemplo el tema ‘Más enamorado que nunca’, de Fernando Meneses, donde el autor recurre al elemento de la naturaleza para cantarle a la mujer. “Existe todo un recorrido del erotismo, desde la contemplación, le canta muy bien al cuerpo de la mujer, mimetizado en el paisaje de la región”, afirmó el ponente.
Ariza Daza exhortó a las nuevas generaciones a estudiar el vallenato con seriedad, afirmando que “más allá de iniciar discusiones de si es bueno o malo, se debe mirar el contexto en que se están produciendo los textos vallenatos y analizar cuál es la visión de mundo. Si nosotros además de la caja, guacharaca y acordeón, más allá del valor instrumental, miramos el vallenato como una forma de pensar, que representa nuestra tierra lo entenderemos mejor”.
Agregó que el vallenato sí está evolucionando, pero no ha perdido su conexión con la dimensión campesina; prueba de ello son las obras de Gustavo Gutierrez, Rosendo Romero, Hernando Marín, Leandro Díaz, ‘Chiche’ Maestre, Iván Ovalle y Hernán Urbina, que presentan en sus canciones la reconfiguración del lenguaje al utilizar metáforas, símiles y otras figuras literarias diferentes al lenguaje común, sin perder la conexión natural.
Las TIC y la música
Por su parte, el profesor de la universidad de Cartagena, Jorge Nieves Oviedo, planteó cómo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) cambian las relaciones de los jóvenes con las formas de las culturas, y el modo como ha modificado en los jóvenes la escucha de la música, pero también de los músicos y compositores con la producción y circulación de la música.
También se refirió a cómo las nuevas tecnologías digitalizadas de la información cambian y permiten otras formas de intercambio, recordando que la traducción de las músicas a formato digital ha permitido comprimir los archivos en MP3 o MP4, que aumenta la capacidad de almacenamiento, hace que una persona tenga en un dispositivo la posibilidad de chatear, ver Internet, enviar y recibir mensajes o escuchar música.
“Cuando la música era sólo en vivo, solo se podía escuchar lo que el músico tocaba; cuando fue grabada por sistemas analógicos como la grabadora de carrete o copias en discos de vinilo, había que escuchar lo que estaba grabado. Luego con el casete, DVD y los dispositivos digitalizados se puede elegir el repertorio, lo que da libertad, permite intercambios, que no están controlados por el mercado de la música”, manifestó Nieves Oviedo.
El anterior hecho ha generado que la gente joven se desconecte con las músicas con las que tenían raíces de identidad cultural. “Mucha gente habla del poco amor de las tradiciones o de grandes figuras del folclor. Mi preocupación es entender que los jóvenes pueden reconstruir su identidad con las músicas raízales sin abandonar su gusto por los sonidos universales.
No se debe estigmatizar a las TIC como las causantes de la pérdida de identidad musical, lo que se debe es aprovechar como aliadas para el fortalecimiento cultural”, puntualizó el docente.