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Columnista - 22 septiembre, 2020

El vallenato como terapia anti estrés

Cuando la nación se debatía en ese baño de sangre determinado por los grupos extremos, las agrupaciones vallenatas iban de un sitio a otro llevando esparcimiento y recreación a las poblaciones deprimidas, aterrorizadas, angustiadas, miedosas de salir a un pueblo vecino, por temor a caer en una pesca milagrosa, o de ser interceptados por un […]

Cuando la nación se debatía en ese baño de sangre determinado por los grupos extremos, las agrupaciones vallenatas iban de un sitio a otro llevando esparcimiento y recreación a las poblaciones deprimidas, aterrorizadas, angustiadas, miedosas de salir a un pueblo vecino, por temor a caer en una pesca milagrosa, o de ser interceptados por un grupo de las AUC. Hoy en día nadie hace referencia a eso, ni lo tienen en cuenta para nada; cuando los grupos vallenatos no iban, entonces los equipos de sonido hacían sonar vallenato.

Negar la sana compañía de la música es tontería. Un pueblo sin música es un pueblo sin alma, por eso yo decía; claro, es mi opinión: La música, la religión -pero esta sin sus avivatos desvergonzados amantes del becerrito de oro-, los humoristas y el deporte, son ánforas insustituibles de la emoción popular.

La doctora Noemí Sanín, dijo que el vallenato es anti estrés. El carácter espontaneo de nuestra música, su literatura paisajística, el manejo de figuras literarias, la aplicación de géneros, estructuras, estróficas, manejo del verso, en métrica y rimas, en las cuales se vacían sentimientos, pensamientos y narrativas de nuestra música la convierten en un elemento real de entretenimiento sano.

Más allá de la ruta equivocada que algunos de nuestros artistas tomaron y fracasaron,  al momento de ir a la grabación estos artistas, fueron geniales legando obras clásicas para el entretenimiento. Si no somos capaces de olvidar los errores que ellos tuvieron, mucho menos debemos olvidar las atrocidades que se cometieron en esa guerra infructuosa que hemos vivido por espacio de 60 años… y sigue. En la cual hemos visto crímenes de lesa humanidad, violación a menores, y ejecuciones masivas.

El encierro va a dejar secuelas. No todo el mundo puede resistir este nuevo estilo de vida, la mescolanza de emociones y pensamientos pesimistas sin el debido discernimiento  generan  ansiedad,        miedo, autosugestión  y angustia que eclosionan en depresión, por falta de uso del cerebro motor con ejercicio al aire libre, caminar o simplemente diligenciar.

La música vallenata genera acompañamiento en las labores y en la soledad. Estamos de luto sí, es verdad; pero la recreación es una necesidad vital, un concierto de vallenato es terapéutico. La realización de un festival de manera virtual no afecta en nada, más bien es una gran ayuda para gente que a veces no sabe qué hacer en sus cuatro paredes.

Columnista
22 septiembre, 2020

El vallenato como terapia anti estrés

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

Cuando la nación se debatía en ese baño de sangre determinado por los grupos extremos, las agrupaciones vallenatas iban de un sitio a otro llevando esparcimiento y recreación a las poblaciones deprimidas, aterrorizadas, angustiadas, miedosas de salir a un pueblo vecino, por temor a caer en una pesca milagrosa, o de ser interceptados por un […]


Cuando la nación se debatía en ese baño de sangre determinado por los grupos extremos, las agrupaciones vallenatas iban de un sitio a otro llevando esparcimiento y recreación a las poblaciones deprimidas, aterrorizadas, angustiadas, miedosas de salir a un pueblo vecino, por temor a caer en una pesca milagrosa, o de ser interceptados por un grupo de las AUC. Hoy en día nadie hace referencia a eso, ni lo tienen en cuenta para nada; cuando los grupos vallenatos no iban, entonces los equipos de sonido hacían sonar vallenato.

Negar la sana compañía de la música es tontería. Un pueblo sin música es un pueblo sin alma, por eso yo decía; claro, es mi opinión: La música, la religión -pero esta sin sus avivatos desvergonzados amantes del becerrito de oro-, los humoristas y el deporte, son ánforas insustituibles de la emoción popular.

La doctora Noemí Sanín, dijo que el vallenato es anti estrés. El carácter espontaneo de nuestra música, su literatura paisajística, el manejo de figuras literarias, la aplicación de géneros, estructuras, estróficas, manejo del verso, en métrica y rimas, en las cuales se vacían sentimientos, pensamientos y narrativas de nuestra música la convierten en un elemento real de entretenimiento sano.

Más allá de la ruta equivocada que algunos de nuestros artistas tomaron y fracasaron,  al momento de ir a la grabación estos artistas, fueron geniales legando obras clásicas para el entretenimiento. Si no somos capaces de olvidar los errores que ellos tuvieron, mucho menos debemos olvidar las atrocidades que se cometieron en esa guerra infructuosa que hemos vivido por espacio de 60 años… y sigue. En la cual hemos visto crímenes de lesa humanidad, violación a menores, y ejecuciones masivas.

El encierro va a dejar secuelas. No todo el mundo puede resistir este nuevo estilo de vida, la mescolanza de emociones y pensamientos pesimistas sin el debido discernimiento  generan  ansiedad,        miedo, autosugestión  y angustia que eclosionan en depresión, por falta de uso del cerebro motor con ejercicio al aire libre, caminar o simplemente diligenciar.

La música vallenata genera acompañamiento en las labores y en la soledad. Estamos de luto sí, es verdad; pero la recreación es una necesidad vital, un concierto de vallenato es terapéutico. La realización de un festival de manera virtual no afecta en nada, más bien es una gran ayuda para gente que a veces no sabe qué hacer en sus cuatro paredes.