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Farándula - 16 septiembre, 2017

El vacile de ‘Monofónico’

Han transcurrido dos semanas desde su presentación en el Festival de la Quinta, donde todas las personas que los escucharon, levantaron sus manos y dejaron mover su cuerpo al ritmo de ‘Monofónico’, por eso consideran que este ha sido la mejor ventana para explotar su carrera musical.

Esta agrupación juvenil se encarga de trasmitirle al público la energía y el sabor propios del Caribe en cada una de sus presentaciones.
Esta agrupación juvenil se encarga de trasmitirle al público la energía y el sabor propios del Caribe en cada una de sus presentaciones.
Boton Wpp

Como dice su lema, el vacile de ‘Monofónico’ se pega a quienes han tenido la oportunidad de verlos en escena, no dudan en ratificarlo. Su piel conserva la calidez de su tierra y el frío de las aguas del río Guatapurí, los rastros caribeños de esta región que inspira sus letras y marca su sello.

Juan Felipe Vega, Jessier Pacheco, Samir Giraldo, Rodrigo Rojas, David Hernández y Yohandris Pérez, seis almas que se encontraron hace un año y medio para hacer lo que más les gusta: conectarse a través de la música.
Para ellos la música va más allá de tocar, es una conexión en la que se entregan por completo a cada melodía con el único objetivo de mover las fibras de quienes los escuchan, de mover sus cuerpos y trasmitirle toda esa energía al público.

Pero la historia de esta banda vallenata comenzó hace cuatro años, cuando en las calles de la ciudad Juan Felipe con su voz, Samir, con su guitarra y Gabriel Otálora (exintegrante de la agrupación), sin ninguna aspiración clara, tocaban en restaurantes y bares de forma improvisada. Al ver la acogida de la gente con su propuesta musical, decidieron emprender su proyecto al que llamaron ‘Monofónico’ y posteriormente se vincularon los otros integrantes de la banda.

“Monofónico indica un solo sonido, lo escogimos porque en ese entonces lo que más llamaba la atención en nosotros era el tema de las voces que sonaban a una sola voz”, indicó Juan Felipe, vocalista de la banda.

Fue en la calles donde surge su visión de crear un espacio para dejar salir su esencia “Todos somos amigos, pero cuando se sumaron los otros integrantes y ya tocábamos en varios lugares la música de nuestra tierra, fue cuando decidimos desarrollar profesionalmente nuestro proyecto”, comenta Samir, el guitarrista.

Es la música caribeña la que fluye durante sus improvisaciones, esas que con sonido natural atrae a los que les gusta y a los que no, según ellos sus sonidos relejan el brillo de la hibridación entre la champeta, el rock, las baladas y la música caribeña”, como el regué, dance all, bullarengue y hasta salsa.

Lo que inició como un instinto se transformó en la identidad del ‘Monofónico’, con la cual logran llenar y poner a vibrar con una descarga de energía cualquier escenario.

“Es muy interesante el proceso porque ha sido bastante progresivo. Empezamos tocando en los restaurantes y ya tenemos compromisos en otras ciudades, participamos en eventos nacionales”.

El sonido Monofónico

Cada uno de ellos nacieron y se criaron en Valledupar, escuchando el vallenato del viejo Emiliano y Escalona, la música la llevan en la sangre pero no fue el acordeón, ni la caja y mucho menos la guacharaca lo que los cautivó.

“Hicimos un estudio y la música vallenata tiene una gran demanda en la ciudad. Tratamos de buscar una alternativa a los sonidos que ya se venían escuchando, con el rock no les fue muy bien por los estigmas que tiene en la ciudad ese estilo. Entonces con las herramientas que nos brindan la música nueva y elementos del folclor ya olvidados como la cumbia, la champeta, la soca, el calipso logramos encontrar nuestra esencia”, explicó el bajista, David Hernández.

La mezcla es evidente, pero la champeta es la protagonista. Su contraste es casi inmediato y en esa particular fusión se encuentra la originalidad de su propuesta.

Sin utilizar fórmulas rebuscadas, los ‘Monofónicos’ construyeron una identidad a través de la guitarra, bajo y percusiones, a la cual llenaron de vivencias y mucho sabor caribeño; con el sello particular de sus integrantes y la influencia de sus fortaleza y gustos musicales.

“El sonido es muy natural y es agradable al oído. Siempre se resalta lo que te da la música tradicional y como consecuencia se pone a bailar a la gente”. El resultado quedó plasmado en su primer sencillo ‘La Negra’, canción que trata del maltrato a la mujer y sirvió de presentación para la banda.

Ahora trabajan en su nuevo sencillo ‘Una lluvia de besos’, canción romántica de la autoría de la agrupación, cuyos miembros participan en todo, aseguran que poco saben de música pero esa improvisación le ha funcionado de maravilla, su música contagia y cuando los lugares no se prestan para tocar con batería, Rodrigo Rojas toma su caja peruana y le da un sonido distinto a las canciones.

Luces, cámara, acción

‘Monofónico’ es una agrupación juvenil, alegre y profesional que brinda un show en tarima cargado de energía con un repertorio de música del Caribe, con una puesta en escena llena de baile y sabor propios de nuestra tierra.

“Poco a poco hemos adquirido el interés por mostrar más que música, un producto que incluye una puesta en escena, una imagen y la parte musical. Hemos hecho el trabajo de forma colectiva”.

Los artistas reconocieron que durante este proceso han adquirido referencias de otras agrupaciones como: Caribe Funk, Bazurto All Star, Tribu Barú, y de precursores de la música Caribe como ‘Toto La Momposina’ que le ha dado un relieve importante a la música de la región, esto le permitió crear la puesta en escena con la que hoy se destacan de otras agrupaciones musicales de la ciudad.

Los caracteriza la inexperiencia que tienen con el género,” siempre se nos ve la satisfacción que refleja el rostro de quienes tenemos al frente y que nunca habíamos experimentado”, puntualizaron.

Ya han trascurrido dos semanas desde su debut en el Festival de la Quinta, escenario que, aseguran, fue la ventana para explotar su carrera musical.

“La experiencia para nosotros fue sin precedentes, a lo largo de las presentaciones que habíamos realizado nunca nos habíamos encontrado con un público tan numeroso y receptivo que nos recargó de energía”.

Aseguran que son soñadores, pero sin experiencia, lo más importante para ellos es hacer las cosas bien, actualmente se preparan para su participación en el ‘Kz rock’, un festival de música alternativa que se llevará a cabo el próximo 4 de noviembre, donde estarán bandas de todo el país.

Los chicos de ‘Monofónico’ le ponen el alma a cada presentación, bien sea en un patio o en un club privado.

“Siempre tenemos la moral arriba y cuando algo no va bien siempre vamos pal ante”.

Integrantes

Juan Felipe Vega, vocalista.
Jessier Pacheco, guitarra principal.
Samir Giraldo, guitarra y coros.
Rodrigo Rojas, batería, caja peruana, percusión.
David Hernández, bajo.
Yohandris Pérez, teclados.

Por Ariadne Osorio Ponce
[email protected]

Eta agrupación juvenil se encarga de trasmitirle al público la energía y el sabor propios del Caribe en cada una de sus presentaciones.

Por Ariadne Osorio Ponce
[email protected]

Farándula
16 septiembre, 2017

El vacile de ‘Monofónico’

Han transcurrido dos semanas desde su presentación en el Festival de la Quinta, donde todas las personas que los escucharon, levantaron sus manos y dejaron mover su cuerpo al ritmo de ‘Monofónico’, por eso consideran que este ha sido la mejor ventana para explotar su carrera musical.


Esta agrupación juvenil se encarga de trasmitirle al público la energía y el sabor propios del Caribe en cada una de sus presentaciones.
Esta agrupación juvenil se encarga de trasmitirle al público la energía y el sabor propios del Caribe en cada una de sus presentaciones.
Boton Wpp

Como dice su lema, el vacile de ‘Monofónico’ se pega a quienes han tenido la oportunidad de verlos en escena, no dudan en ratificarlo. Su piel conserva la calidez de su tierra y el frío de las aguas del río Guatapurí, los rastros caribeños de esta región que inspira sus letras y marca su sello.

Juan Felipe Vega, Jessier Pacheco, Samir Giraldo, Rodrigo Rojas, David Hernández y Yohandris Pérez, seis almas que se encontraron hace un año y medio para hacer lo que más les gusta: conectarse a través de la música.
Para ellos la música va más allá de tocar, es una conexión en la que se entregan por completo a cada melodía con el único objetivo de mover las fibras de quienes los escuchan, de mover sus cuerpos y trasmitirle toda esa energía al público.

Pero la historia de esta banda vallenata comenzó hace cuatro años, cuando en las calles de la ciudad Juan Felipe con su voz, Samir, con su guitarra y Gabriel Otálora (exintegrante de la agrupación), sin ninguna aspiración clara, tocaban en restaurantes y bares de forma improvisada. Al ver la acogida de la gente con su propuesta musical, decidieron emprender su proyecto al que llamaron ‘Monofónico’ y posteriormente se vincularon los otros integrantes de la banda.

“Monofónico indica un solo sonido, lo escogimos porque en ese entonces lo que más llamaba la atención en nosotros era el tema de las voces que sonaban a una sola voz”, indicó Juan Felipe, vocalista de la banda.

Fue en la calles donde surge su visión de crear un espacio para dejar salir su esencia “Todos somos amigos, pero cuando se sumaron los otros integrantes y ya tocábamos en varios lugares la música de nuestra tierra, fue cuando decidimos desarrollar profesionalmente nuestro proyecto”, comenta Samir, el guitarrista.

Es la música caribeña la que fluye durante sus improvisaciones, esas que con sonido natural atrae a los que les gusta y a los que no, según ellos sus sonidos relejan el brillo de la hibridación entre la champeta, el rock, las baladas y la música caribeña”, como el regué, dance all, bullarengue y hasta salsa.

Lo que inició como un instinto se transformó en la identidad del ‘Monofónico’, con la cual logran llenar y poner a vibrar con una descarga de energía cualquier escenario.

“Es muy interesante el proceso porque ha sido bastante progresivo. Empezamos tocando en los restaurantes y ya tenemos compromisos en otras ciudades, participamos en eventos nacionales”.

El sonido Monofónico

Cada uno de ellos nacieron y se criaron en Valledupar, escuchando el vallenato del viejo Emiliano y Escalona, la música la llevan en la sangre pero no fue el acordeón, ni la caja y mucho menos la guacharaca lo que los cautivó.

“Hicimos un estudio y la música vallenata tiene una gran demanda en la ciudad. Tratamos de buscar una alternativa a los sonidos que ya se venían escuchando, con el rock no les fue muy bien por los estigmas que tiene en la ciudad ese estilo. Entonces con las herramientas que nos brindan la música nueva y elementos del folclor ya olvidados como la cumbia, la champeta, la soca, el calipso logramos encontrar nuestra esencia”, explicó el bajista, David Hernández.

La mezcla es evidente, pero la champeta es la protagonista. Su contraste es casi inmediato y en esa particular fusión se encuentra la originalidad de su propuesta.

Sin utilizar fórmulas rebuscadas, los ‘Monofónicos’ construyeron una identidad a través de la guitarra, bajo y percusiones, a la cual llenaron de vivencias y mucho sabor caribeño; con el sello particular de sus integrantes y la influencia de sus fortaleza y gustos musicales.

“El sonido es muy natural y es agradable al oído. Siempre se resalta lo que te da la música tradicional y como consecuencia se pone a bailar a la gente”. El resultado quedó plasmado en su primer sencillo ‘La Negra’, canción que trata del maltrato a la mujer y sirvió de presentación para la banda.

Ahora trabajan en su nuevo sencillo ‘Una lluvia de besos’, canción romántica de la autoría de la agrupación, cuyos miembros participan en todo, aseguran que poco saben de música pero esa improvisación le ha funcionado de maravilla, su música contagia y cuando los lugares no se prestan para tocar con batería, Rodrigo Rojas toma su caja peruana y le da un sonido distinto a las canciones.

Luces, cámara, acción

‘Monofónico’ es una agrupación juvenil, alegre y profesional que brinda un show en tarima cargado de energía con un repertorio de música del Caribe, con una puesta en escena llena de baile y sabor propios de nuestra tierra.

“Poco a poco hemos adquirido el interés por mostrar más que música, un producto que incluye una puesta en escena, una imagen y la parte musical. Hemos hecho el trabajo de forma colectiva”.

Los artistas reconocieron que durante este proceso han adquirido referencias de otras agrupaciones como: Caribe Funk, Bazurto All Star, Tribu Barú, y de precursores de la música Caribe como ‘Toto La Momposina’ que le ha dado un relieve importante a la música de la región, esto le permitió crear la puesta en escena con la que hoy se destacan de otras agrupaciones musicales de la ciudad.

Los caracteriza la inexperiencia que tienen con el género,” siempre se nos ve la satisfacción que refleja el rostro de quienes tenemos al frente y que nunca habíamos experimentado”, puntualizaron.

Ya han trascurrido dos semanas desde su debut en el Festival de la Quinta, escenario que, aseguran, fue la ventana para explotar su carrera musical.

“La experiencia para nosotros fue sin precedentes, a lo largo de las presentaciones que habíamos realizado nunca nos habíamos encontrado con un público tan numeroso y receptivo que nos recargó de energía”.

Aseguran que son soñadores, pero sin experiencia, lo más importante para ellos es hacer las cosas bien, actualmente se preparan para su participación en el ‘Kz rock’, un festival de música alternativa que se llevará a cabo el próximo 4 de noviembre, donde estarán bandas de todo el país.

Los chicos de ‘Monofónico’ le ponen el alma a cada presentación, bien sea en un patio o en un club privado.

“Siempre tenemos la moral arriba y cuando algo no va bien siempre vamos pal ante”.

Integrantes

Juan Felipe Vega, vocalista.
Jessier Pacheco, guitarra principal.
Samir Giraldo, guitarra y coros.
Rodrigo Rojas, batería, caja peruana, percusión.
David Hernández, bajo.
Yohandris Pérez, teclados.

Por Ariadne Osorio Ponce
[email protected]

Eta agrupación juvenil se encarga de trasmitirle al público la energía y el sabor propios del Caribe en cada una de sus presentaciones.

Por Ariadne Osorio Ponce
[email protected]