Los monumentos se quedaron sin un lugar propio y ahora se encuentran en el abandono.
Sandra Santiago B
[email protected]
La cabeza de Alfonso López Michelsen da vueltas de un lado para el otro, el tractor se encuentra al sol y al agua y ya muchos dicen que es un bulto de chatarra que mejor sería venderlo; entre tanto el fundador de Valledupar, Hernando Santana no ha podido marcar su territorio y hacerle entender a la gente que la glorieta en donde está instalado en verdad es la suya.
Son los monumentos de Valledupar, que por muchas razones, entre ellas, voluntad política o falta de planeación, hoy no tienen un sitio propio o simplemente están como el comercial de televisión ‘en el lugar equivocado’.
El monumento a Alfonso López es uno de ellos, una escultura donada por el desaparecido artista cartagenero Héctor Lombana, que fue retirada de la glorieta de la avenida Hurtado para instalar allí la estatua a la Pilonera Mayor.
En el sitio siempre se dijo que se colocaría una imagen que le hiciera honor a la ‘Cacica’ Consuelo Araújo Noguera, pero en el año 2007, Ciro Pupo Castro, decidió lo contrario y colocó a Alfonso López Michelsen, primer gobernador del Cesar y quien para esa época había muerto.
En ese tiempo, fueron muchas las polémicas que se suscitaron a raíz del tema, pues algunos consideraban que esa cabeza era muy pequeña para una glorieta tan grande, que allí debía ir mejor la Pilonera como estaba previsto desde un principio, incluso le llegaron a robar las gafas.
En el gobierno de Rubén ‘Ava’ Carvajal Riveira, este se remitió al Plan de Ordenamiento Territorial, POT, en donde según dijo estaba contemplado que en la glorieta debía ir la Pilonera Mayor, como finalmente ocurrió.
El ex mandatario explicó que cuando llegó a la Alcaldía, Luis Fabián Fernández este retiró el monumento de Alfonso López, el cual quedó a la deriva, al tiempo que afirmó que no quedó satisfecho con cómo quedó la Pilonera Mayor, porque la base que le pusieron no era.
Carvajal Riveira se lamentó que las administraciones que siguen a los mandatarios no le den continuidad a las cosas, pues en el caso de López, sus planes eran ponerlo a la salida al municipio de La Paz, para lo cual radicó un proyecto en la Gobernación del Cesar.
Cuando llegó al gobierno Luis Fabián Fernández, este tuvo la intención de colocar el monumento en el separador de la entrada al aeropuerto de Valledupar, pero no lo hicieron según Jhon Peñaloza, quien fue el director de Cultura de la época, porque la terminal aérea se llama Alfonso López Pumarejo y no Alfonso López Michelsen, es decir que de haberlo hecho, habrían incurrido en un error, porque se trataba de dos personas distintas.
“Además porque esa cabeza es bastante grande y no quedaba bien en el bulevar de la entrada al aeropuerto”, recordó Peñaloza.
Ante esto, la cabeza finalmente fue recogida y llevada al antigua Zona de Carreteras, en donde luce sonriente, en medio de madera, chatarra y monte, esperando que alguien se acuerde de darle el lugar que se merece, después de todo le hace honor a López Michelsen, quien dirigió al departamento cuando apenas nacía.
Pero López, tal vez por haber sido regalado y no comprado, es que los mandatarios de turno no le han dado el valor que se merece, no es el único que se encuentran en el abandono. El tractor, pese a haberse ganado su espacio, a ser un icono de Valledupar, que sigue fijo en la memoria de las personas que aún lo reclaman para el lugar que por décadas ocupó, también desaparece al ‘sol y al agua’.
Según recordaron Rubén Carvajal Riveira y el ex director de Cultura, Julio César Daza Daza, fue el ex alcalde Jhonny Pérez Oñate quien decidió quitarlo de ahí, para en su reemplazo poner a Hernando De Santana, fundador de Valledupar, aunque muchos lo ponen en duda.
La escultura hecha por Jorge Maestre y Guzmán Miranda, parece ser un fantasma, pues no ha podido adueñarse de la glorieta, a pesar que lleva más de 15 años de instalada en el puesto que ocupó el tractor.
De Hernando De Santana dicen que no fue quien fundó a Valledupar, “fue Francisco Salguero, pero la imagen se la hicieron fue al coronel Hernando Chitiva, por todo lo que hizo por la ciudad”, aseguró una fuente que omitió su nombre.
Sin embargo, De Santana pese a su figura desafiante no ha logrado hacerse respetar y darle identidad propia al lugar donde se encuentra, diferente al tractor, que según Hernán Araújo Castro, líder gremial de la ciudad, sigue siendo un referente, un icono.
“Ese tractor era un Fordson, de la Ford, marca que distribuía Almangel, que lo regaló para que lo colocaran ahí, era un equipo que estaba en desuso, porque fueron de los primeros que llegaron al país y se montó en esa glorieta como símbolo”, recordó Araújo Castro.
Julio César Daza Daza quien para los años de 1983-1984 era interventor del antiguo Fondo de Valorización Departamental, dijo que el almacén de distribución cedió parte de sus terrenos al sur de Valledupar con la única condición que le dejaran poner el tractor; mientras que a las empresas vecinas el gobierno debió indemnizarlas.
“Almangel cedió y no cobró un peso por el lote que entregó, para que lo dejaran poner ese tractor ahí, porque ellos eran los distribuidores a nivel regional de toda la infraestructura agrícola que había en ese entonces”, dijo Daza Daza.
Desde entonces el lugar tomó el nombre de la glorieta del Tractor y hoy, pese a que han transcurrido más de 15 años desde que fue retirado por el ex alcalde Jhonny Pérez, la gente sigue identificándola por esa maquinaria.
El tractor sigue dándole la bienvenida a Valledupar, pero en las instalaciones de la Feria Ganadera, en donde se deteriora con el paso del tiempo.
A la Feria fue a parar después de haber pasado por el parque del Helado, a orillas del río Guatapurí y por el Hotel Sicarare.
Según la gerente del hotel, Eucladys Durán de Pantoja, entre 2001-2003 se presentó una situación con el Programa de Renovación Agropecuaria, Pran y los agricultores como una forma de significar lo abandonado que estaba el campo, decidieron trasladarlo hasta la calle 16 y colocarlo en el Sicarare.
“Se hizo una protesta y el tractor se movilizó hasta el hotel que prestó el lugar para colocarlo, era un tema simbólico, de como estaba abandonado, así también estaban las fincas, el campo; pero hace unos años nosotros hicimos unas oficinas porque las necesitábamos y entonces se lo entregamos a la Alcaldía, a Germán Piedrahita (q.e.p.d) que estaba como coordinador de Cultura”, dijo Durán de Pantoja.
Fue el gobierno de Rubén Carvajal Riveira quien lo recibió, desde entonces está en la Feria, en donde el gerente de la Corporación de Ferias de Valledupar, Corfedupar, Roberto Hinojosa aseguró que se está deteriorando.
Hinojosa explicó que tiene cuatro años de tenerlo en el lugar y aunque en varias oportunidades le ha enviado comunicaciones a la Alcaldía para que le busque un sitio adecuado, nadie le presta atención.
Pese a lo lejos que está de su glorieta, el tractor parece espantar y desde la distancia reclama su lugar, en lo cual también están de acuerdo Hernán Araújo, el mismo Guzmán Miranda y Julio César Daza, pues lo consideran un icono que está en la memoria de los vallenatos y por lo tanto debe volver a su sitio inicial.
No tiene paz
El director de Cultura del Municipio, Alberto Muñoz Peñaloza asegura que el monumento de Hernando De Santana no ha tenido paz, porque el tractor que según dijo le rinde homenaje al sector agropecuario de la región, sigue reclamando su lugar,
“Algunos consideran que en el lugar debe estar el tractor, este tipo de situaciones se les va a plantear en un informe y haciendo algunas sugerencias al Alcalde, con el propósito que se tome una decisión en ese sentido, pero que responda a los actos administrativos que se profirieron en su momento, en algunos casos se hizo por acuerdo municipal, decreto, estamos haciendo revisión para que se llegue a lo mejor para la ciudad en ese sentido”, afirmó el director de Cultura.
En cuanto a López dijo que van aprovechar que este año se celebra el centenario de su natalicio para reactivar el tema.
Los monumentos se quedaron sin un lugar propio y ahora se encuentran en el abandono.
Sandra Santiago B
[email protected]
La cabeza de Alfonso López Michelsen da vueltas de un lado para el otro, el tractor se encuentra al sol y al agua y ya muchos dicen que es un bulto de chatarra que mejor sería venderlo; entre tanto el fundador de Valledupar, Hernando Santana no ha podido marcar su territorio y hacerle entender a la gente que la glorieta en donde está instalado en verdad es la suya.
Son los monumentos de Valledupar, que por muchas razones, entre ellas, voluntad política o falta de planeación, hoy no tienen un sitio propio o simplemente están como el comercial de televisión ‘en el lugar equivocado’.
El monumento a Alfonso López es uno de ellos, una escultura donada por el desaparecido artista cartagenero Héctor Lombana, que fue retirada de la glorieta de la avenida Hurtado para instalar allí la estatua a la Pilonera Mayor.
En el sitio siempre se dijo que se colocaría una imagen que le hiciera honor a la ‘Cacica’ Consuelo Araújo Noguera, pero en el año 2007, Ciro Pupo Castro, decidió lo contrario y colocó a Alfonso López Michelsen, primer gobernador del Cesar y quien para esa época había muerto.
En ese tiempo, fueron muchas las polémicas que se suscitaron a raíz del tema, pues algunos consideraban que esa cabeza era muy pequeña para una glorieta tan grande, que allí debía ir mejor la Pilonera como estaba previsto desde un principio, incluso le llegaron a robar las gafas.
En el gobierno de Rubén ‘Ava’ Carvajal Riveira, este se remitió al Plan de Ordenamiento Territorial, POT, en donde según dijo estaba contemplado que en la glorieta debía ir la Pilonera Mayor, como finalmente ocurrió.
El ex mandatario explicó que cuando llegó a la Alcaldía, Luis Fabián Fernández este retiró el monumento de Alfonso López, el cual quedó a la deriva, al tiempo que afirmó que no quedó satisfecho con cómo quedó la Pilonera Mayor, porque la base que le pusieron no era.
Carvajal Riveira se lamentó que las administraciones que siguen a los mandatarios no le den continuidad a las cosas, pues en el caso de López, sus planes eran ponerlo a la salida al municipio de La Paz, para lo cual radicó un proyecto en la Gobernación del Cesar.
Cuando llegó al gobierno Luis Fabián Fernández, este tuvo la intención de colocar el monumento en el separador de la entrada al aeropuerto de Valledupar, pero no lo hicieron según Jhon Peñaloza, quien fue el director de Cultura de la época, porque la terminal aérea se llama Alfonso López Pumarejo y no Alfonso López Michelsen, es decir que de haberlo hecho, habrían incurrido en un error, porque se trataba de dos personas distintas.
“Además porque esa cabeza es bastante grande y no quedaba bien en el bulevar de la entrada al aeropuerto”, recordó Peñaloza.
Ante esto, la cabeza finalmente fue recogida y llevada al antigua Zona de Carreteras, en donde luce sonriente, en medio de madera, chatarra y monte, esperando que alguien se acuerde de darle el lugar que se merece, después de todo le hace honor a López Michelsen, quien dirigió al departamento cuando apenas nacía.
Pero López, tal vez por haber sido regalado y no comprado, es que los mandatarios de turno no le han dado el valor que se merece, no es el único que se encuentran en el abandono. El tractor, pese a haberse ganado su espacio, a ser un icono de Valledupar, que sigue fijo en la memoria de las personas que aún lo reclaman para el lugar que por décadas ocupó, también desaparece al ‘sol y al agua’.
Según recordaron Rubén Carvajal Riveira y el ex director de Cultura, Julio César Daza Daza, fue el ex alcalde Jhonny Pérez Oñate quien decidió quitarlo de ahí, para en su reemplazo poner a Hernando De Santana, fundador de Valledupar, aunque muchos lo ponen en duda.
La escultura hecha por Jorge Maestre y Guzmán Miranda, parece ser un fantasma, pues no ha podido adueñarse de la glorieta, a pesar que lleva más de 15 años de instalada en el puesto que ocupó el tractor.
De Hernando De Santana dicen que no fue quien fundó a Valledupar, “fue Francisco Salguero, pero la imagen se la hicieron fue al coronel Hernando Chitiva, por todo lo que hizo por la ciudad”, aseguró una fuente que omitió su nombre.
Sin embargo, De Santana pese a su figura desafiante no ha logrado hacerse respetar y darle identidad propia al lugar donde se encuentra, diferente al tractor, que según Hernán Araújo Castro, líder gremial de la ciudad, sigue siendo un referente, un icono.
“Ese tractor era un Fordson, de la Ford, marca que distribuía Almangel, que lo regaló para que lo colocaran ahí, era un equipo que estaba en desuso, porque fueron de los primeros que llegaron al país y se montó en esa glorieta como símbolo”, recordó Araújo Castro.
Julio César Daza Daza quien para los años de 1983-1984 era interventor del antiguo Fondo de Valorización Departamental, dijo que el almacén de distribución cedió parte de sus terrenos al sur de Valledupar con la única condición que le dejaran poner el tractor; mientras que a las empresas vecinas el gobierno debió indemnizarlas.
“Almangel cedió y no cobró un peso por el lote que entregó, para que lo dejaran poner ese tractor ahí, porque ellos eran los distribuidores a nivel regional de toda la infraestructura agrícola que había en ese entonces”, dijo Daza Daza.
Desde entonces el lugar tomó el nombre de la glorieta del Tractor y hoy, pese a que han transcurrido más de 15 años desde que fue retirado por el ex alcalde Jhonny Pérez, la gente sigue identificándola por esa maquinaria.
El tractor sigue dándole la bienvenida a Valledupar, pero en las instalaciones de la Feria Ganadera, en donde se deteriora con el paso del tiempo.
A la Feria fue a parar después de haber pasado por el parque del Helado, a orillas del río Guatapurí y por el Hotel Sicarare.
Según la gerente del hotel, Eucladys Durán de Pantoja, entre 2001-2003 se presentó una situación con el Programa de Renovación Agropecuaria, Pran y los agricultores como una forma de significar lo abandonado que estaba el campo, decidieron trasladarlo hasta la calle 16 y colocarlo en el Sicarare.
“Se hizo una protesta y el tractor se movilizó hasta el hotel que prestó el lugar para colocarlo, era un tema simbólico, de como estaba abandonado, así también estaban las fincas, el campo; pero hace unos años nosotros hicimos unas oficinas porque las necesitábamos y entonces se lo entregamos a la Alcaldía, a Germán Piedrahita (q.e.p.d) que estaba como coordinador de Cultura”, dijo Durán de Pantoja.
Fue el gobierno de Rubén Carvajal Riveira quien lo recibió, desde entonces está en la Feria, en donde el gerente de la Corporación de Ferias de Valledupar, Corfedupar, Roberto Hinojosa aseguró que se está deteriorando.
Hinojosa explicó que tiene cuatro años de tenerlo en el lugar y aunque en varias oportunidades le ha enviado comunicaciones a la Alcaldía para que le busque un sitio adecuado, nadie le presta atención.
Pese a lo lejos que está de su glorieta, el tractor parece espantar y desde la distancia reclama su lugar, en lo cual también están de acuerdo Hernán Araújo, el mismo Guzmán Miranda y Julio César Daza, pues lo consideran un icono que está en la memoria de los vallenatos y por lo tanto debe volver a su sitio inicial.
No tiene paz
El director de Cultura del Municipio, Alberto Muñoz Peñaloza asegura que el monumento de Hernando De Santana no ha tenido paz, porque el tractor que según dijo le rinde homenaje al sector agropecuario de la región, sigue reclamando su lugar,
“Algunos consideran que en el lugar debe estar el tractor, este tipo de situaciones se les va a plantear en un informe y haciendo algunas sugerencias al Alcalde, con el propósito que se tome una decisión en ese sentido, pero que responda a los actos administrativos que se profirieron en su momento, en algunos casos se hizo por acuerdo municipal, decreto, estamos haciendo revisión para que se llegue a lo mejor para la ciudad en ese sentido”, afirmó el director de Cultura.
En cuanto a López dijo que van aprovechar que este año se celebra el centenario de su natalicio para reactivar el tema.