Las autoridades anunciaron altos índices de esta problemática especialmente en cinco municipios, siendo San Diego con 969 casos el más alarmante. Advirtieron disminución respecto a años anteriores y conjuntamente trabajan en la erradicación.
Entre lo cultural y lo legal se centra el debate frente al trabajo infantil en el Cesar, un departamento con altos índices en municipios como San Diego, Valledupar, Aguachica, El Paso y Agustín Codazzi.
Una cultura arraigada a tradiciones familiares, defendida por padres y hasta los mismos menores que ejercen oficios especialmente en el campo y en otras áreas urbanas, pero para las autoridades son acciones que ya no se pueden catalogar como ejemplo de superación y hoy son parte del trabajo infantil o un riesgo de caer a la explotación laboral.
En el Cesar, el Comité Interinstitucional de Erradicación del Trabajo Infantil (CIETI), entregó ayer las cifras y las acciones que buscan la protección del adolescente trabajador en Valledupar y en los otros 24 municipios.
San Diego registra, a abril de 2018, la tasa más alta según los registros en el Sistema de Información Integrado para la Identificación, Registro y Caracterización del Trabajo Infantil y sus Peores Formas, SIRITI, con 969 casos, seguido por Aguachica que tiene 355, Valledupar que llega a 317, El Paso cuenta con 207 y Agustín Codazzi está en el quinto lugar, con 197.
Estos son casos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en trabajo infantil o en riesgo de practicarlo, así lo aclararon organismos como el Ministerio de Trabajo, Gobernación del Cesar, Alcaldía de Valledupar, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Policía Nacional, Migración Colombia y demás entidades que integran el CIETI, que anunciaron redoblar esfuerzos para “centrarse en la necesidad de erradicar toda exposición de nuestros niños, niñas y adolescentes a situaciones de trabajo infantil”.
El delegado del Ministerio de Trabajo en el Cesar, Jorge Luis Arzuaga, manifestó que existe una preocupación a pesar de reducir las cifras en casi un 50 % con respecto a los reportes de 2016, cuando los registros llegaban a 5.147 menores involucrados y a abril de este año, son 2.805, advirtiendo una reducción de 2.341.
Arzuaga sostuvo que el eje minero del Cesar, que incluye a localidades como Agustín Codazzi, Becerril, La Jagua de Ibirico, El Paso y Chiriguaná, son considerados como “sectores críticos”.
“Entre el 2015 y a la fecha, se ha reducido casi en un 50 % los niños que se encuentran en trabajo o en riesgo de trabajo infantil. Tenemos sectores críticos como en el eje minero, pero nosotros hemos venido trabajando y lo haremos en esa misma línea, aliados con quienes representan las instituciones”, dijo Jorge Luis Arzuaga, quien sostuvo además que los niños deben ser formados para ser ciudadanos del futuro en las instituciones educativas.
El trabajo infantil, según el Icbf, es toda actividad física o mental, remunerada o no, para producir, transformar o comercializar, bienes o servicios, realizada en forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica por personas menores de 18 años de edad, dañina para quien la ejecuta.
Y son consideradas peores formas de trabajo infantil actividades como la esclavitud, trata, servidumbre por deudas, trabajo forzoso, reclutamiento para el conflicto armado, explotación sexual, pornografía, y uso y reclutamiento para cometer ilícitos. Y son causas principales; económicas, falta de acceso a la información, de instituciones, culturales y sociales.
La directora de la Oficina de Política Social del Cesar, Ingrid Mojica Martínez, advirtió que de los 5.147 niños encontrados ejerciendo labores en los distintos aspectos, se ha disminuido la cifra a 2.805 en los últimos tres años, de estos 1.800 están en riesgo y 1.005 practican el trabajo infantil.
“Sabemos y tenemos consciencia que la situación de nuestros padres, del desempleo que existe en el departamento, puede llegar a que estos niños participen del trabajo infantil. Que la cultura con la cual nos criaron nuestros padres, al decir que a la edad de 12 años ya yo hacía esto, eso también ha aumentado los registros, por eso invito a todos los alcaldes a entrar a concientizar a los padres de esos niños”, manifestó Mojica Martínez.
El Gobierno departamental implementó un programa en municipios como El Copey, Bosconia y Aguachica, donde han atendido 1.905 niños en radicación trabajo infantil y para este año tienen 882 menores focalizados para quitárselos a los oficios y llevarlos a las aulas escolares.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familia (Icbf), liderado en el Cesar por Elizabeth Castellar, está aplicando, como en todo el territorio nacional, la campaña ‘Presentes contra el Trabajo Infantil’, que busca liderar jornadas de búsqueda de niños trabajadores y de sensibilización con los padres de familia, comerciantes, dueños de talleres y transeúntes para concientizar sobre que el trabajo infantil es una forma de violencia contra la niñez y la adolescencia.
El Icbf indica que hay 869.000 niños y adolescentes entre los 5 y 17 años trabajando. Pero los adolescentes entre los 15 y 17 años pueden hacerlo con un permiso especial que emite el Ministerio de Trabajo.
“En el marco de la campaña hemos hecho un sinnúmero de actividades, primero sensibilizando a los padres de familia porque deben comprender la responsabilidad que tienen frente a que los menores de edad cumplan sus sueños, tengan oportunidades, puedan a través de una serie de actividades educativas identificar e iniciar su proyecto de vida”, recalcó Castellar.
El Instituto informó están haciendo jornadas con colaboradores, Equipos Móviles de Protección (EMPI) y Defensorías de Familia. A nivel nacional, el Icbf desde el 2014 hasta enero de 2018 ha restablecido los derechos de más de 5.000 niños que estaban en esta situación.
“Tenemos un equipo EMPI que se ha movilizado por todo el territorio departamental, especial por el corredor minero donde tenemos gran cantidad de menores trabajadores, en Aguachica, Pailitas y para el mes de junio tenemos priorizado el municipio de San Diego porque hay un número significativo y tenemos ahí una brecha roja, son 969 niños en condiciones de trabajo infantil y queremos eliminar el flagelo”, señaló Elizabeth Castellar.
En San Diego, el Comité Interinstitucional de Erradicación del Trabajo Infantil evidenció que los menores estudian en horas de la mañana y por la tarde se dedican a actividades como ventas de productos en las calles o las vías principales del municipio.
Cuando el Icbf identifica una familia con menores de edad en trabajo infantil, inicia un acercamiento con ella para conocer cuáles son las causas que generan la problemática. En caso de que se evidencie negligencia del núcleo familiar, la autoridad administrativa puede amonestarla y obligar a los padres a asistir a un curso pedagógico sobre los derechos de la niñez, que está en manos de la Defensoría del Pueblo. Si persiste la situación y se da incumplimiento podría darse una amonestación, equivalente al valor de uno a 100 salarios mínimos diarios legales vigentes. También está el aislamiento del menor, que finalmente es recluido en un hogar de paso o va a un hogar sustituto.
El Icbf informó que puso a disposición la línea 141, en sus 33 regionales, los 211 Centros Zonales, tres líneas de Whatsapp (320 239 1685, 320 239 1320 y 320 865 5450), el correo electrónico: [email protected] y la página www.icbf.gov.co para denunciar casos de trabajo infantil.
El jefe de Protección y Servicios Especiales de la Policía en el Cesar, capitán Andrés Felipe García Chacón, reveló que las principales actividades practicadas por los menores son la agricultura, la caza, la pesca, pero también otras informales como lavar y cuidar vehículos, y vender comidas.
“En el rango de edades con mayor riesgo tenemos los adolescentes de 14 a 17 años de edad, y el género que más se encuentra esta situación es el masculino. Hacemos un llamado para que la cultura no trascienda a la violación de los derechos porque es allí, en temas como la agricultura, la caza, donde más se violan derechos como la educación, la recreación y la salud; no podemos violentar de esta manera a nuestros jóvenes”, aclaró García Chacón.
En 2017, la Policía Nacional ingresó 37 menores a un hogar de paso; de esos, 27 fueron dejados a disposición del Bienestar Familiar. En lo corrido de este año, ya van 10 niños, entre ellos siete de nacionalidad venezolana, con edades entre 10 y 15 años.
Cabe destacar que el objetivo del CIETI es el de garantizar la adecuada implementación de la Política Pública de Erradicación de trabajo infantil y sus peores formas de Protección del Adolescente Trabajador, de manera que contribuya con la construcción de un estado más eficiente, transparente, participativo y que preste mejores servicios a la infancia y a sus familias.
Autoridades en el Cesar como Migración Colombia aclararon que la masiva llegada de personas procedentes de Venezuela ha aumentado las cifras de menores en tipo de trabajo infantil y hasta mendicidad en las calles, pero solo hasta los próximos días se darán a conocer los resultados cuando termine el Registro Administrativo Migratorio, RAM.
Según las cifras del año anterior, entregadas por el Departamento Nacional de Estadística (Dane), la tasa de trabajo infantil descendió a 7,3 % en el trimestre octubre-diciembre y se ubicó en el lugar más bajo desde que se llevan registros de este indicador en 2012.
El Dane dio cuenta de un incremento en este indicador en los centros poblados y rural disperso: mientras hoy se registra una tasa de trabajo infantil de 14,7 %, en el mismo periodo hace un año fue de 13, 6 %.
La mayor parte del trabajo infantil se concentra en el rango entre 15 y 17 años, con 18 %, frente al 3,9 % que se registró para el rango entre 5 y 14 años. La agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, son los renglones que más concentra el trabajo infantil en el país, con 44,4 %. El comercio, hoteles y restaurantes es el segundo sector en donde más trabajan menores con el 30,1 %.
El Dane reporta que 54 % de los menores que trabajan lo hacen sin remuneración, mientras que el 25,2 % de estos son asalariados (como obrero o empleado particular, obrero o empleado del gobierno, empleado doméstico y jornalero o peón). Apenas el 13, 6 % de esta población gana más de medio salario mínimo.
Por género, el trabajo infantil se concentra más en los hombres, con 9 %, frente al 5,4 % registrado para las mujeres. En hombres se registró un descenso de 1,2 %, mientras que en las mujeres el indicador creció 0,3 %.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
Las autoridades anunciaron altos índices de esta problemática especialmente en cinco municipios, siendo San Diego con 969 casos el más alarmante. Advirtieron disminución respecto a años anteriores y conjuntamente trabajan en la erradicación.
Entre lo cultural y lo legal se centra el debate frente al trabajo infantil en el Cesar, un departamento con altos índices en municipios como San Diego, Valledupar, Aguachica, El Paso y Agustín Codazzi.
Una cultura arraigada a tradiciones familiares, defendida por padres y hasta los mismos menores que ejercen oficios especialmente en el campo y en otras áreas urbanas, pero para las autoridades son acciones que ya no se pueden catalogar como ejemplo de superación y hoy son parte del trabajo infantil o un riesgo de caer a la explotación laboral.
En el Cesar, el Comité Interinstitucional de Erradicación del Trabajo Infantil (CIETI), entregó ayer las cifras y las acciones que buscan la protección del adolescente trabajador en Valledupar y en los otros 24 municipios.
San Diego registra, a abril de 2018, la tasa más alta según los registros en el Sistema de Información Integrado para la Identificación, Registro y Caracterización del Trabajo Infantil y sus Peores Formas, SIRITI, con 969 casos, seguido por Aguachica que tiene 355, Valledupar que llega a 317, El Paso cuenta con 207 y Agustín Codazzi está en el quinto lugar, con 197.
Estos son casos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en trabajo infantil o en riesgo de practicarlo, así lo aclararon organismos como el Ministerio de Trabajo, Gobernación del Cesar, Alcaldía de Valledupar, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Policía Nacional, Migración Colombia y demás entidades que integran el CIETI, que anunciaron redoblar esfuerzos para “centrarse en la necesidad de erradicar toda exposición de nuestros niños, niñas y adolescentes a situaciones de trabajo infantil”.
El delegado del Ministerio de Trabajo en el Cesar, Jorge Luis Arzuaga, manifestó que existe una preocupación a pesar de reducir las cifras en casi un 50 % con respecto a los reportes de 2016, cuando los registros llegaban a 5.147 menores involucrados y a abril de este año, son 2.805, advirtiendo una reducción de 2.341.
Arzuaga sostuvo que el eje minero del Cesar, que incluye a localidades como Agustín Codazzi, Becerril, La Jagua de Ibirico, El Paso y Chiriguaná, son considerados como “sectores críticos”.
“Entre el 2015 y a la fecha, se ha reducido casi en un 50 % los niños que se encuentran en trabajo o en riesgo de trabajo infantil. Tenemos sectores críticos como en el eje minero, pero nosotros hemos venido trabajando y lo haremos en esa misma línea, aliados con quienes representan las instituciones”, dijo Jorge Luis Arzuaga, quien sostuvo además que los niños deben ser formados para ser ciudadanos del futuro en las instituciones educativas.
El trabajo infantil, según el Icbf, es toda actividad física o mental, remunerada o no, para producir, transformar o comercializar, bienes o servicios, realizada en forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica por personas menores de 18 años de edad, dañina para quien la ejecuta.
Y son consideradas peores formas de trabajo infantil actividades como la esclavitud, trata, servidumbre por deudas, trabajo forzoso, reclutamiento para el conflicto armado, explotación sexual, pornografía, y uso y reclutamiento para cometer ilícitos. Y son causas principales; económicas, falta de acceso a la información, de instituciones, culturales y sociales.
La directora de la Oficina de Política Social del Cesar, Ingrid Mojica Martínez, advirtió que de los 5.147 niños encontrados ejerciendo labores en los distintos aspectos, se ha disminuido la cifra a 2.805 en los últimos tres años, de estos 1.800 están en riesgo y 1.005 practican el trabajo infantil.
“Sabemos y tenemos consciencia que la situación de nuestros padres, del desempleo que existe en el departamento, puede llegar a que estos niños participen del trabajo infantil. Que la cultura con la cual nos criaron nuestros padres, al decir que a la edad de 12 años ya yo hacía esto, eso también ha aumentado los registros, por eso invito a todos los alcaldes a entrar a concientizar a los padres de esos niños”, manifestó Mojica Martínez.
El Gobierno departamental implementó un programa en municipios como El Copey, Bosconia y Aguachica, donde han atendido 1.905 niños en radicación trabajo infantil y para este año tienen 882 menores focalizados para quitárselos a los oficios y llevarlos a las aulas escolares.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familia (Icbf), liderado en el Cesar por Elizabeth Castellar, está aplicando, como en todo el territorio nacional, la campaña ‘Presentes contra el Trabajo Infantil’, que busca liderar jornadas de búsqueda de niños trabajadores y de sensibilización con los padres de familia, comerciantes, dueños de talleres y transeúntes para concientizar sobre que el trabajo infantil es una forma de violencia contra la niñez y la adolescencia.
El Icbf indica que hay 869.000 niños y adolescentes entre los 5 y 17 años trabajando. Pero los adolescentes entre los 15 y 17 años pueden hacerlo con un permiso especial que emite el Ministerio de Trabajo.
“En el marco de la campaña hemos hecho un sinnúmero de actividades, primero sensibilizando a los padres de familia porque deben comprender la responsabilidad que tienen frente a que los menores de edad cumplan sus sueños, tengan oportunidades, puedan a través de una serie de actividades educativas identificar e iniciar su proyecto de vida”, recalcó Castellar.
El Instituto informó están haciendo jornadas con colaboradores, Equipos Móviles de Protección (EMPI) y Defensorías de Familia. A nivel nacional, el Icbf desde el 2014 hasta enero de 2018 ha restablecido los derechos de más de 5.000 niños que estaban en esta situación.
“Tenemos un equipo EMPI que se ha movilizado por todo el territorio departamental, especial por el corredor minero donde tenemos gran cantidad de menores trabajadores, en Aguachica, Pailitas y para el mes de junio tenemos priorizado el municipio de San Diego porque hay un número significativo y tenemos ahí una brecha roja, son 969 niños en condiciones de trabajo infantil y queremos eliminar el flagelo”, señaló Elizabeth Castellar.
En San Diego, el Comité Interinstitucional de Erradicación del Trabajo Infantil evidenció que los menores estudian en horas de la mañana y por la tarde se dedican a actividades como ventas de productos en las calles o las vías principales del municipio.
Cuando el Icbf identifica una familia con menores de edad en trabajo infantil, inicia un acercamiento con ella para conocer cuáles son las causas que generan la problemática. En caso de que se evidencie negligencia del núcleo familiar, la autoridad administrativa puede amonestarla y obligar a los padres a asistir a un curso pedagógico sobre los derechos de la niñez, que está en manos de la Defensoría del Pueblo. Si persiste la situación y se da incumplimiento podría darse una amonestación, equivalente al valor de uno a 100 salarios mínimos diarios legales vigentes. También está el aislamiento del menor, que finalmente es recluido en un hogar de paso o va a un hogar sustituto.
El Icbf informó que puso a disposición la línea 141, en sus 33 regionales, los 211 Centros Zonales, tres líneas de Whatsapp (320 239 1685, 320 239 1320 y 320 865 5450), el correo electrónico: [email protected] y la página www.icbf.gov.co para denunciar casos de trabajo infantil.
El jefe de Protección y Servicios Especiales de la Policía en el Cesar, capitán Andrés Felipe García Chacón, reveló que las principales actividades practicadas por los menores son la agricultura, la caza, la pesca, pero también otras informales como lavar y cuidar vehículos, y vender comidas.
“En el rango de edades con mayor riesgo tenemos los adolescentes de 14 a 17 años de edad, y el género que más se encuentra esta situación es el masculino. Hacemos un llamado para que la cultura no trascienda a la violación de los derechos porque es allí, en temas como la agricultura, la caza, donde más se violan derechos como la educación, la recreación y la salud; no podemos violentar de esta manera a nuestros jóvenes”, aclaró García Chacón.
En 2017, la Policía Nacional ingresó 37 menores a un hogar de paso; de esos, 27 fueron dejados a disposición del Bienestar Familiar. En lo corrido de este año, ya van 10 niños, entre ellos siete de nacionalidad venezolana, con edades entre 10 y 15 años.
Cabe destacar que el objetivo del CIETI es el de garantizar la adecuada implementación de la Política Pública de Erradicación de trabajo infantil y sus peores formas de Protección del Adolescente Trabajador, de manera que contribuya con la construcción de un estado más eficiente, transparente, participativo y que preste mejores servicios a la infancia y a sus familias.
Autoridades en el Cesar como Migración Colombia aclararon que la masiva llegada de personas procedentes de Venezuela ha aumentado las cifras de menores en tipo de trabajo infantil y hasta mendicidad en las calles, pero solo hasta los próximos días se darán a conocer los resultados cuando termine el Registro Administrativo Migratorio, RAM.
Según las cifras del año anterior, entregadas por el Departamento Nacional de Estadística (Dane), la tasa de trabajo infantil descendió a 7,3 % en el trimestre octubre-diciembre y se ubicó en el lugar más bajo desde que se llevan registros de este indicador en 2012.
El Dane dio cuenta de un incremento en este indicador en los centros poblados y rural disperso: mientras hoy se registra una tasa de trabajo infantil de 14,7 %, en el mismo periodo hace un año fue de 13, 6 %.
La mayor parte del trabajo infantil se concentra en el rango entre 15 y 17 años, con 18 %, frente al 3,9 % que se registró para el rango entre 5 y 14 años. La agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, son los renglones que más concentra el trabajo infantil en el país, con 44,4 %. El comercio, hoteles y restaurantes es el segundo sector en donde más trabajan menores con el 30,1 %.
El Dane reporta que 54 % de los menores que trabajan lo hacen sin remuneración, mientras que el 25,2 % de estos son asalariados (como obrero o empleado particular, obrero o empleado del gobierno, empleado doméstico y jornalero o peón). Apenas el 13, 6 % de esta población gana más de medio salario mínimo.
Por género, el trabajo infantil se concentra más en los hombres, con 9 %, frente al 5,4 % registrado para las mujeres. En hombres se registró un descenso de 1,2 %, mientras que en las mujeres el indicador creció 0,3 %.
Por Carlos Mario Jiménez
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