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Columnista - 15 julio, 2021

El templo de la Música Vallenata

Aplausos y críticas ha recibido el gobernador del departamento del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, por su decisión invariable de construir el Centro Cultural de la Música Vallenata (CCMV) que, 11 años atrás, comenzaron a gestar, con la intención de preservar la idiosincrasia folclórica, el médico musicólogo Adrián  Villamizar, Lolita Acosta Maestre (q.e.p.d.), Estela Durán […]

Aplausos y críticas ha recibido el gobernador del departamento del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, por su decisión invariable de construir el Centro Cultural de la Música Vallenata (CCMV) que, 11 años atrás, comenzaron a gestar, con la intención de preservar la idiosincrasia folclórica, el médico musicólogo Adrián  Villamizar, Lolita Acosta Maestre (q.e.p.d.), Estela Durán Escalona, Santander Durán Escalona, Carlos Alberto Llanos Diazgranados y Rosendo Romero Ospino, también conocido como ‘El poeta de Villanueva’,  a quien se le brindará meritorio homenaje en el 54° Festival de la Leyenda Vallenata que se realizará del 13 al 17 de octubre de 2021.

El CCMV tomó más relevancia después del 29 noviembre de 2013, cuando la música vallenata fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación por el Consejo Nacional de Patrimonio del Ministerio de Cultura. La obligación de construir el CCMV la fortaleció la Unesco el 1 de diciembre de 2015, al incluir la música vallenata ancestral en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y en la lista de salvaguardia urgente, debido a que esta música autóctona la están menoscabando el mercantilismo  y  la preferencia de las nuevas generaciones por el vallenato con fusiones de otros ritmos, tales como baladas, salsa, reguetón, entre otros géneros musicales modernos o de la nueva ola, totalmente discordes con la idiosincrasia  folclórica de los juglares de antaño.  

Desde la propuesta de los pioneros reseñados, en procura de salvaguardar los 4 aires autóctonos de la música vallenata, hasta la espectacular celebración por la colocación artificial de la primera piedra del CCMV,  ha habido múltiples intereses, tales como el económico, lo académico, lo estético, la innegable pugnacidad por la supremacía del poder político, entre otras querencias. En fin, no es para menos teniendo en cuenta el costo de la inversión calculada en $138.817 millones, cantidad de dinero que alcanza para construir una megaobra majestuosa, tal como la ha diseñado la empresa IDOM de Bilbao, España, que goza de gran reputación a nivel mundial en el campo de la ingeniería y la arquitectura. 

La construcción adjudicada a la empresa A Construir S.A. de Barranquilla, también con alto reconocimiento, tanto en el ámbito nacional como en el internacional por materializar edificaciones con bosquejos complejos como el CCMV, dizque semejante a un árbol de mango, pero lo cierto es que su parecido es similar al cerro Minakalwa, más conocido como cerro de Cicolac, ecosistema de bosque seco tropical que Corpocesar y demás entes oficiales protectoras del medio ambiente están dejando destruir para construir viviendas, ignorando que el cerro fue declarado reserva forestal propiedad de Valledupar por el Concejo Municipal, mediante el acuerdo 032 de 1996.

A pesar de la ubicación del CCMV, de que el diseño y la construcción no la hayan confiado a ingenieros y arquitectos locales y a que no sea el momento para construirlo por las necesidades prioritarias empeoradas por la pandemia de covid-19, considero que el CCMV es beneficioso no solo para preservar la música vallenata tradicional, sino para los músicos y prosperidad de la economía regional, especialmente para Valledupar. Por ejemplo, el admirable Museo del Acordeón, Casa Beto Murgas, creado con sumo esfuerzo y sentido de pertinencia por el amor a la música vallenata.

El reto con el CCMV es que sea autosostenible y no vaya a terminar en otro elefante blanco, ojalá y no. Este centro cultural apodado ‘El templo de la música vallenata’ tiene todo el potencial para poner a prueba el emprendimiento de la economía creativa o naranja, tan impulsada por el presidente Iván Duque. Esperemos que concluya la edificación y su dotación para ver los resultados. 

Columnista
15 julio, 2021

El templo de la Música Vallenata

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Aplausos y críticas ha recibido el gobernador del departamento del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, por su decisión invariable de construir el Centro Cultural de la Música Vallenata (CCMV) que, 11 años atrás, comenzaron a gestar, con la intención de preservar la idiosincrasia folclórica, el médico musicólogo Adrián  Villamizar, Lolita Acosta Maestre (q.e.p.d.), Estela Durán […]


Aplausos y críticas ha recibido el gobernador del departamento del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco, por su decisión invariable de construir el Centro Cultural de la Música Vallenata (CCMV) que, 11 años atrás, comenzaron a gestar, con la intención de preservar la idiosincrasia folclórica, el médico musicólogo Adrián  Villamizar, Lolita Acosta Maestre (q.e.p.d.), Estela Durán Escalona, Santander Durán Escalona, Carlos Alberto Llanos Diazgranados y Rosendo Romero Ospino, también conocido como ‘El poeta de Villanueva’,  a quien se le brindará meritorio homenaje en el 54° Festival de la Leyenda Vallenata que se realizará del 13 al 17 de octubre de 2021.

El CCMV tomó más relevancia después del 29 noviembre de 2013, cuando la música vallenata fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación por el Consejo Nacional de Patrimonio del Ministerio de Cultura. La obligación de construir el CCMV la fortaleció la Unesco el 1 de diciembre de 2015, al incluir la música vallenata ancestral en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y en la lista de salvaguardia urgente, debido a que esta música autóctona la están menoscabando el mercantilismo  y  la preferencia de las nuevas generaciones por el vallenato con fusiones de otros ritmos, tales como baladas, salsa, reguetón, entre otros géneros musicales modernos o de la nueva ola, totalmente discordes con la idiosincrasia  folclórica de los juglares de antaño.  

Desde la propuesta de los pioneros reseñados, en procura de salvaguardar los 4 aires autóctonos de la música vallenata, hasta la espectacular celebración por la colocación artificial de la primera piedra del CCMV,  ha habido múltiples intereses, tales como el económico, lo académico, lo estético, la innegable pugnacidad por la supremacía del poder político, entre otras querencias. En fin, no es para menos teniendo en cuenta el costo de la inversión calculada en $138.817 millones, cantidad de dinero que alcanza para construir una megaobra majestuosa, tal como la ha diseñado la empresa IDOM de Bilbao, España, que goza de gran reputación a nivel mundial en el campo de la ingeniería y la arquitectura. 

La construcción adjudicada a la empresa A Construir S.A. de Barranquilla, también con alto reconocimiento, tanto en el ámbito nacional como en el internacional por materializar edificaciones con bosquejos complejos como el CCMV, dizque semejante a un árbol de mango, pero lo cierto es que su parecido es similar al cerro Minakalwa, más conocido como cerro de Cicolac, ecosistema de bosque seco tropical que Corpocesar y demás entes oficiales protectoras del medio ambiente están dejando destruir para construir viviendas, ignorando que el cerro fue declarado reserva forestal propiedad de Valledupar por el Concejo Municipal, mediante el acuerdo 032 de 1996.

A pesar de la ubicación del CCMV, de que el diseño y la construcción no la hayan confiado a ingenieros y arquitectos locales y a que no sea el momento para construirlo por las necesidades prioritarias empeoradas por la pandemia de covid-19, considero que el CCMV es beneficioso no solo para preservar la música vallenata tradicional, sino para los músicos y prosperidad de la economía regional, especialmente para Valledupar. Por ejemplo, el admirable Museo del Acordeón, Casa Beto Murgas, creado con sumo esfuerzo y sentido de pertinencia por el amor a la música vallenata.

El reto con el CCMV es que sea autosostenible y no vaya a terminar en otro elefante blanco, ojalá y no. Este centro cultural apodado ‘El templo de la música vallenata’ tiene todo el potencial para poner a prueba el emprendimiento de la economía creativa o naranja, tan impulsada por el presidente Iván Duque. Esperemos que concluya la edificación y su dotación para ver los resultados.