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Columnista - 25 noviembre, 2014

El socialismo cristiano

El libro Hechos en el capítulo 2 versículo 43 dice: Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según […]

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El libro Hechos en el capítulo 2 versículo 43 dice: Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvo. Imaginemos este mismo socialismo Cristiano año 2300.
Vemos una sociedad que no maneja dinero, nadie compra nada, la gente entra a un supermercado y toma solo lo que necesita y paga trabajando cuatro horas al día gratis en lo que sabe hacer donde quiera que esté, no paga taxi, toma cualquier carro y se traslada para donde lo desee y deja el carro en los sitios indicados para que otros lo utilicen, igual que las canastas rodantes que usamos en los supermercados y el chofer en carretera que exceda la velocidad al pasar por ciertos anillos magnéticos, ubicados equidistantes, estos apagan instantáneamente su auto, no hay multas para el infractor y como sanción esperará a que lo recojan. Los aviones vuelan gratis con un sensor anti gravedad, si fallan quedan suspendidos en el aire, hasta ser reparados; nadie paga cirugías, todos trabajan para todos, nadie roba no hay necesidad, a la gente se le enseña a morir aprendiendo a vivir, las escuelas enseñan primero al ser y luego actúan sobre el saber, con tecnología al servicio del planeta, nadie juzga a nadie; pues no hay ambiciones, celos, envidias, soberbia, orgullo, gula, codicia, extorsión, secuestro, guerras, nada que cause amargura en los sitios tristes de este mundo: La cárcel, el hospital y el cementerio.
La paz y la libertad estarían basadas en los pilares universales y sempiternos de toda humanidad a la luz del sol: El amor y el respeto. Probablemente esta conciencia surgiría después del horror de las bombas nucleares y el paso de un planeta más grande que la tierra que la haga temblar igual que el cristal de una ventana sacudida por el tránsito de una aplanadora; pues una democracia inconsciente e indiferente a la hambruna de los niños africanos es egoísta, un socialismo sin Dios es inexorable.
La verdadera religión emana del corazón. “De la abundancia del corazón habla la boca”, la paz es el proyecto de vida de toda la humanidad.
Lolita Acosta: Vuelo de ternura y rastro de sabiduría.

Columnista
25 noviembre, 2014

El socialismo cristiano

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rosendo Romero Ospino

El libro Hechos en el capítulo 2 versículo 43 dice: Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según […]


El libro Hechos en el capítulo 2 versículo 43 dice: Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44 todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46 y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvo. Imaginemos este mismo socialismo Cristiano año 2300.
Vemos una sociedad que no maneja dinero, nadie compra nada, la gente entra a un supermercado y toma solo lo que necesita y paga trabajando cuatro horas al día gratis en lo que sabe hacer donde quiera que esté, no paga taxi, toma cualquier carro y se traslada para donde lo desee y deja el carro en los sitios indicados para que otros lo utilicen, igual que las canastas rodantes que usamos en los supermercados y el chofer en carretera que exceda la velocidad al pasar por ciertos anillos magnéticos, ubicados equidistantes, estos apagan instantáneamente su auto, no hay multas para el infractor y como sanción esperará a que lo recojan. Los aviones vuelan gratis con un sensor anti gravedad, si fallan quedan suspendidos en el aire, hasta ser reparados; nadie paga cirugías, todos trabajan para todos, nadie roba no hay necesidad, a la gente se le enseña a morir aprendiendo a vivir, las escuelas enseñan primero al ser y luego actúan sobre el saber, con tecnología al servicio del planeta, nadie juzga a nadie; pues no hay ambiciones, celos, envidias, soberbia, orgullo, gula, codicia, extorsión, secuestro, guerras, nada que cause amargura en los sitios tristes de este mundo: La cárcel, el hospital y el cementerio.
La paz y la libertad estarían basadas en los pilares universales y sempiternos de toda humanidad a la luz del sol: El amor y el respeto. Probablemente esta conciencia surgiría después del horror de las bombas nucleares y el paso de un planeta más grande que la tierra que la haga temblar igual que el cristal de una ventana sacudida por el tránsito de una aplanadora; pues una democracia inconsciente e indiferente a la hambruna de los niños africanos es egoísta, un socialismo sin Dios es inexorable.
La verdadera religión emana del corazón. “De la abundancia del corazón habla la boca”, la paz es el proyecto de vida de toda la humanidad.
Lolita Acosta: Vuelo de ternura y rastro de sabiduría.