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Columnista - 23 febrero, 2025

El silencio de los sables

Se oxigena con este nombramiento el ambiente, bastante enrarecido por aquellos militares de actuar indigno, que irrespetaron el uniforme y traicionaron a la patria.

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El nombramiento como ministro de Defensa del general Pedro Arnulfo Sánchez en reemplazo de Iván Velásquez, es una movida audaz de nuestro presidente Gustavo Francisco Petro Urrego, pues no solo premia la gesta heroica de quien inició y llevó a feliz término la denominada “Operación Esperanza”, que culminó con el rescate de los cuatro niños perdidos en la selva del Guaviare, sino que, además, silencia el ruido de sables auspiciado por la oposición, pues acalla el sirirí del supuesto descontento de la tropa, por los diálogos que viene adelantando el Gobierno con los grupos armados en aras de lograr la Paz Total.


Pero es que además, el nuevo ministro de Defensa, tiene una intachable hoja de servicios prestados a la patria, tiene 52 años, no tiene investigaciones pendientes con la justicia, lo que es mucho decir, pues las condenas a miembros de la fuerza pública, que en otrora era un hecho inusual, se volvió algo cotidiano, y para muestra varios botones: el general Mauricio Santoyo fue condenado por la justicia de los EE. UU. a 85 meses de prisión por el delito de lavado de activos; el general retirado Jesús Arias Cabrales, condenado a 35 años de prisión por el delito de desaparición forzada en los hechos ocurridos en la retoma del Palacio de Justicia; general Rito Alejo del Río, condenado a 25 años de cárcel por delitos cometidos en el Urabá. Algunos militares de alto rango, están siendo procesados por la justicia ordinaria y otros por la JEP.


Se oxigena con este nombramiento el ambiente, bastante enrarecido por aquellos militares de actuar indigno, que irrespetaron el uniforme y traicionaron a la patria. Todavía hay mucha tela que cortar, pues se comenta que el contrabandista conocido con el alias “Papá Pitufo” logró permear muchas entidades oficiales en su largo historial delictivo.


El general Pedro Arnulfo Sánchez presentó su renuncia y actuará como civil, una vez tome posesione del Ministerio. Su acendrado respeto por los Derechos Humanos, contrasta con el pensamiento de una candidata a la Presidencia, de cuyo nombre no quiero acordarme, que describe a nuestras fuerzas armadas como “una fuerza letal de combate que entra a matar”. Eso está bien para quienes desde el Centro Democrático fomentan la cultura de la muerte, para quienes hicieron trizas el acuerdo de paz y para quienes solicitan la intervención militar para Venezuela, pero no para los que queremos una Colombia reconciliada, una Colombia incluyente una Colombia potencia mundial de la vida.
La cita de cierre: “No son los sistemas sino sus excesos los que deshumanizan la historia”. Autor: Gabriel García Márquez. Obra: El General en su laberinto.

Por: Darío Arregocés Baute/ darioarregoces2308@hotmail.com

Columnista
23 febrero, 2025

El silencio de los sables

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Se oxigena con este nombramiento el ambiente, bastante enrarecido por aquellos militares de actuar indigno, que irrespetaron el uniforme y traicionaron a la patria.


El nombramiento como ministro de Defensa del general Pedro Arnulfo Sánchez en reemplazo de Iván Velásquez, es una movida audaz de nuestro presidente Gustavo Francisco Petro Urrego, pues no solo premia la gesta heroica de quien inició y llevó a feliz término la denominada “Operación Esperanza”, que culminó con el rescate de los cuatro niños perdidos en la selva del Guaviare, sino que, además, silencia el ruido de sables auspiciado por la oposición, pues acalla el sirirí del supuesto descontento de la tropa, por los diálogos que viene adelantando el Gobierno con los grupos armados en aras de lograr la Paz Total.


Pero es que además, el nuevo ministro de Defensa, tiene una intachable hoja de servicios prestados a la patria, tiene 52 años, no tiene investigaciones pendientes con la justicia, lo que es mucho decir, pues las condenas a miembros de la fuerza pública, que en otrora era un hecho inusual, se volvió algo cotidiano, y para muestra varios botones: el general Mauricio Santoyo fue condenado por la justicia de los EE. UU. a 85 meses de prisión por el delito de lavado de activos; el general retirado Jesús Arias Cabrales, condenado a 35 años de prisión por el delito de desaparición forzada en los hechos ocurridos en la retoma del Palacio de Justicia; general Rito Alejo del Río, condenado a 25 años de cárcel por delitos cometidos en el Urabá. Algunos militares de alto rango, están siendo procesados por la justicia ordinaria y otros por la JEP.


Se oxigena con este nombramiento el ambiente, bastante enrarecido por aquellos militares de actuar indigno, que irrespetaron el uniforme y traicionaron a la patria. Todavía hay mucha tela que cortar, pues se comenta que el contrabandista conocido con el alias “Papá Pitufo” logró permear muchas entidades oficiales en su largo historial delictivo.


El general Pedro Arnulfo Sánchez presentó su renuncia y actuará como civil, una vez tome posesione del Ministerio. Su acendrado respeto por los Derechos Humanos, contrasta con el pensamiento de una candidata a la Presidencia, de cuyo nombre no quiero acordarme, que describe a nuestras fuerzas armadas como “una fuerza letal de combate que entra a matar”. Eso está bien para quienes desde el Centro Democrático fomentan la cultura de la muerte, para quienes hicieron trizas el acuerdo de paz y para quienes solicitan la intervención militar para Venezuela, pero no para los que queremos una Colombia reconciliada, una Colombia incluyente una Colombia potencia mundial de la vida.
La cita de cierre: “No son los sistemas sino sus excesos los que deshumanizan la historia”. Autor: Gabriel García Márquez. Obra: El General en su laberinto.

Por: Darío Arregocés Baute/ darioarregoces2308@hotmail.com